jueves, 29 de mayo de 1997

Las Críticas Nefastas

 

Pulso Económico


Las Críticas Nefastas


Por: Jonathan Heath


El martes pasado, el empresario regiomontano Eugenio Clariond Reyes, criticó severamente la política monetaria del Banco de México.  Dijo que esta política ha sido nefasta para la formación del capital, el ahorro y la actividad productiva.  Calificó al Banco Central de burocrático y caprichoso y lo culpó de casi todos los males el País.  También mostró una clara y profunda preocupación por la valuación del peso a través de lo últimos 27 años, que ha redundado en la aniquilación de miles de empresas.

En buena parte no extrañan los comentarios del presidente del Consejo del Grupo IMSA, dado que los resultados de las crisis recurrentes son por demás evidentes.  Nadie puede dudar que las devaluaciones bruscas han sido detonadores de un sinnúmero de problemas abismales que nos acosan por años, después de cada ocurrencia.  En este sentido, el pánico empresarial ante una sobrevaluación del peso es una reacción lógica.

Sin embargo, la irritación expresada por el también hermano del gobernador.de Nuevo león contiene varias imprecisiones que bien vale la pena aclarar.  Clariond hace un recuento de los diversos esquemas empleados para devaluar la moneda desde el sexenio de Echeverría hasta el de Salinas, para demostrar las equivocaciones del Banco de México.

No obstante, es totalmente injusto culpar al Banco Central, cuando las decisiones las tomaban los secretarios de  Hacienda y los presidentes en turno.  Dado que el Banco Central dependía directamente de Hacienda, las grandes directrices de la política monetaria fueron impuestas desde arriba.

Como ejemplo, podemos recordar el sexenio de Echeverría, justo cuando empiezan los problemas de sobrevaluación. Anteriormente, la política monetaria estaba en manos de Don Rodrigo Gómez, el director general del Banco Central durante las décadas de los cincuenta y los sesenta, sin mayor influencia de los caprichos presidenciales.

Al abordar la presidencia, Echeverría dejó muy claro que la política económica se iba a manejar desde Los Pinos.  A partir de ese momento, el Banco de México quedó subordinado a la obstinación política del aparato gubernamental.

Durante las dos décadas siguientes, el Banco de México no tenía otra opción más que la de financiar el déficit fiscal del Gobierno.  No tenía en sus manos la autoridad ni la autonomía para poder contrarrestar los abusos de la política fiscal.  Tampoco tenía en sus manos la decisión de la política cambiaría.  Prueba de ello, fue la destitución de Miguel Mancera del Banco Central cuando López Portillo implantó el control de cambios.  Meses antes, Mancera había divulgado un artículo sobre por qué el control de cambios no podría funcionar en México.

El Banco de México luchó por mucho tiempo para obtener su autonomía, pero no por un capricho personal, sino por ser una forma más efectiva d manejar la política monetaria según la experiencia de una gran cantidad de países.  Sin embargo, la política cambiaria sigue en manos de Hacienda.  Precisamente fue el secretario Jaime Serra, quien fue removido después de la devaluación de diciembre, dado que el manejo inadecuado de la devaluación estuvo a su cargo.

Aunque tanto el Banco Central como la Secretaría de Hacienda participan conjuntamente en su determinación, es este último el que tiene la palabra final.

El siguiente punto que conviene aclarar es la mala concepción del objetivo único de abatir la inflación que tiene el Banco de México.  Según Clariond, las autoridades monetarias “tienen como solo, único y absoluto propósito de su vida, de su existencia, de su trabajo, el bajar la inflación a un dígito.  No les interesa el crecimiento económico, no les importa el empleo productivo, no se preocupan por el ahorro interno “.  Clariond piensa equivocadamente, al igual que muchos empresarios, que el Banco de México está obsesionado con la inflación por encima de todos.  Esta es una concepción falsa y además peligrosa.

Basta con leer los informes anuales y los programas monetarios del Banco, al igual que los discursos diversos de sus funcionarios, para entender que aunque el abatimiento de la inflación sea el objetivo prioritario, no es el objetivo final.

La estabilidad de precios es un medio para obtener mayor crecimiento económico y generación de empleos.  No existe tal desentendimiento.  Numerosos estudios han determinado que la inflación frena la actividad económica, fomenta la mala asignación de recursos y desalienta el empleo.

Podemos encontrar un ejemplo de la preocupación del Banco Central por el buen funcionamiento de la economía en la última controversia suscitada la semana pasada, por el mayor crecimiento en la base monetaria.

Si el banco hubiera estado obsesionado por el control inflacionario, estaría aplicando una política restrictiva para frenar la demanda de dinero y así disminuir la inflación por arriba de todos los demás objetivos.  Sin embargo, las  autoridades monetarias han permitido la mayor expansión de la base monetaria dado que es sano para el crecimiento de la economía.  Su política monetaria es neutral, justamente, porque sí les preocupa el desempeño de la economía.  No es expansiva, dado que provocaría mayor inflación en detrimento del crecimiento.  No es restrictiva, dado que provocaría aumentos innecesarios en la tasa de interés en detrimento de la inversión.

Estas aclaraciones son fundamentales dado que si tomamos los señalamientos de Clariond como correctos, podríamos sugerir cambios equivocados en la conducción de la política monetaria.  También no es justo culpar a una institución por decisiones equivocadas tomadas por otros.  Sin embargo, tampoco debemos ir al extremo de descalificar todo lo expuesto por el empresario regiomontano, en especial, en su mensaje de fondo: una preocupación genuina de que la política cambiaria actual podría llegar a una sobrevaluación peligrosa.  De ser así, aun con un régimen de flotación, podríamos experimentar un ajuste brusco en el tipo de cambio con todas sus consecuencias negativas.

El régimen cambiario actual determina el tipo de cambio a través de la oferta y la demanda.  Si en un momento existe un desequilibrio entre estos factores, podemos estar seguros de que habrá una corrección.  Esto es un avance significativo dado que bajo el régimen anterior se podría posponer un ajuste necesario, incrementando el tamaño eventual de la devaluación.  Sin embargo, esto no garantiza la ausencia de los ajustes grandes y bruscos, dado que los desequilibrios se pueden presentar en forma repentina, especialmente, si el tipo de cambio ha pasado por una etapa previa de apreciación.

Aunque la forma del mensaje está plagada de aseveraciones desatinadas y espurias, el fondo queda claro: existe una preocupación por la apreciación actual del peso


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lunes, 26 de mayo de 1997

La Confianza en el Banco de México

 Pulso Económico


La Confianza en el Banco de México


Por: Jonathan Heath®


La semana pasada The Wall Street Journal (WSJ) dio a conocer al público algo que ya sabían la mayoría de los analistas que vigilan la política monetaria en México: la base monetaria está creciendo por arriba de lo que el propio Banco de México había pronosticado.  El artículo causó mucho ruido y comentarios en el medio, a tal grado que el Banco de México emitió un boletín de prensa y convocó a diferentes reuniones con analistas, columnistas y reporteros para explicarles la versión oficial de qué ha venido ocurriendo.

Aquí mismo comentamos que existen dos versiones sobre los hechos: la oficial y la cínica.  Sin embargo, faltó aclarar algunos puntos finos al respecto.  La mayoría de los analistas que se habían percatado de esta situación, que se venía gestando desde hace varios meses, ya habían acudido al Banco Central para pedir una explicación y habían aceptado la respuesta oficial.  En el fondo, se tiene que aceptar que los montos diarios dado a conocer en el programa monetario son pronósticos y no metas.  Esto hace toda la diferencia.  El Banco falló en sus proyecciones econométricas (lo cual nos pasa a todos los que intentamos predecir el futuro), sin embargo, ha sostenido la política monetaria dentro de los parámetros establecidos en su programa.

El Banco nos proporcionó sus proyecciones diarias justamente para que pudiéramos darle un seguimiento más de cerca a la evolución de la base monetaria.  En caso de alguna desviación, podíamos acudir y pedir explicaciones.  Así pasó y en la mayoría de los casos, los analistas han quedado satisfechos con el procedimiento, a tal grado que los indicadores diversos de los mercados (tasas de interés, el índice de la bolsa, el tipo de cambio, etc.) ni se inmutaron al conocer la noticia del WSJ.

En otras palabras, existe la información oportuna, se buscan explicaciones y cada quien actúa como cree necesario.  Así debe de ser.  Hace tres años, si hubiera ocurrido algo similar, nos hubiéramos enterado a los seis meses, cuando ya era irrelevante la información y no podíamos hacer nada.  Las cosas han mejorado enormemente y esto incrementa la credibilidad que deberíamos tener en el Banco Central.  La semana pasada dije que la gran oportunidad de restablecer la credibilidad en el Banco se le estaba escabullendo de las manos.  Con una poca más de reflexión, creo que me equivoqué con tal afirmación.  Más bien es todo lo contrario.  Más información, más explicaciones veraces y oportunas, más comunicación, más parámetros para entender lo que está pasando, no puede ser más que una mejoría.

La política monetaria es compleja.  Tiene muchos aspectos técnicos difíciles de entender.  Como público, tenemos mucho qué aprender.  Tenemos que saber cómo interpretar una mayor expansión monetaria, una baja en las tasas de interés, una disminución en el crédito interno neto o corto en el mercado.  Sin embargo, para poder hacerlo necesitamos más información y explicaciones.  En momentos nos equivocaremos al interpretar algún fenómeno.  Pero a la larga aprenderemos y mejoraremos.

Ya dicho lo anterior, también es necesario señalar que la existencia de la versión cínica tiene su razón de ser.  Es una versión que no tiene nada que ver con los acontecimientos de hoy en día, sino más bien viene de la frustración acumulada por los errores y la falta de información del pasado.  No se debe tratar de ridiculizar o tachar de ignorante a quien duda de las intenciones legítimas del gobierno al llevar a cabo su política económica.  Son demasiadas crisis, devaluaciones, recesiones, inflaciones y errores a través del tiempo como para despreciar estos cuestionamientos.  Más bien hay que entender por qué aparecen, escucharlas y atenderlas en forma responsable.

Aquí es donde todavía tiene que aprender el Banco Central.  No se vale dar diferente información a distintos medios.  El Banco trata de mantener bien informados a los analistas y técnicos especializados.  Sin embargo, tiene miedo de entregar la misma dosis de información a la prensa, dado que duda de su habilidad para interpretar correctamente los acontecimientos.  El Banco no puede ni debe juzgar quién sabe o quién no.  Tiene que otorgar el máximo de información al público en general y con mucha paciencia explicar lo que está pasando.  Habrá tropiezos, pero a la larga mejorará y todos entenderemos mejor.  Poco a poco se irán desapareciendo las versiones cínicas.  Pero esto se tiene que ganar con los hechos y con el tiempo.

La política de comunicación social del Banco tiene que mejorar.  Tiene que ser más abierta.  No querían explicar la razón de la mayor expansión monetaria dado que el público no lo había pedido.  Una explicación de un fenómeno que nadie pide puede interpretarse mal.  Sin embargo, una explicación vertida después de un periodicazo en el WSJ da la impresión de una justificación apologética apresurada de algo que querían esconder.  No es fácil lidiar con la prensa.  No obstante, se tiene que hacer.  La mejor forma es dar más información y explicaciones más oportunas.

Siempre será mejor dar más información que menos.  Al principio se puede malinterpretar y crear situaciones confusas como la de la semana pasada.  Pero a la larga siempre va a ser mejor y se irá ganando poco a poco la confianza del público.  En un momento dado, el Banco podrá cometer un error de política.  Pero siempre será transparente y abierto.  No podemos pedir la perfección en lo que es una ciencia social, pero sí podemos exigir estar al tanto y tener todos los elementos necesarios para poder debatir y discutir la problemática.

En resumen, podemos decir que lo que ocurrió la semana pasada fue muy positivo.  Existen dudas legítimas acerca del funcionamiento de la política monetaria y se van aclarando.  Así es como deber ser.

En busca de recuperar la credibilidad, el Banco de México experimentó con la divulgación de su pronóstico diario.  A primera vista se pudiera pensar que el experimentó falló, dado que el público no supo interpretar correctamente la información y se armó una controversia que pone en duda la credibilidad del Banco Central.  Más bien no es así.  Nos sirve el pronóstico para vigilar la política monetaria y avizorar oportunamente cualquier cambio.  Pudimos detectar una expansión monetaria más acelerada de lo previsto y entender el por qué.  Sin lugar a dudas es un avance significativo.



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jueves, 22 de mayo de 1997

La política Monetaria y las Elecciones

 

Pulso Económico


La política Monetaria y las Elecciones


Por: Jonathan Heath


Muchos analistas culpan al Banco de México por haber inducido la devaluación pasada, al incrementar su crédito interno neto para compensar las salidas de capital después del asesinato de Colosio y antes de las elecciones de 1994. Independientemente del si tienen razón o no, el Banco Central perdió mucha credibilidad al iniciar su nueva era de autonomía.  A partir de entonces, las autoridades monetarias han realizado esfuerzos extraordinarios para recuperar la confianza del público.

Una parte central de este esfuerzo fue la divulgación de sus metas diarias para la expansión de la base monetaria durante este año.  Ningún banco central del mundo ha llegado a tal extremo para ganar credibilidad.

Para asegurara público que no habría un aumento inusitado de la masa monetaria para estimular a la economía antes de las elecciones, dieron a conocer los montos diarios que debería tener par ser consistente con sus metas de crecimiento económico e inflación.  De esta manera, podríamos corroborar que no habría ninguna expansión por arriba de lo necesario para asegurar un crecimiento sano en la economía, con una inflación declinante.

De cumplirse razonablemente estas metas, las diferencias entre el pronóstico el Banco y los montos actuales deberían sumar cero a través del tiempo, al mismo tiempo que la gran mayoría de estas desviaciones deberían ,mantenerse dentro de un rango de 2.6 por ciento de la base (equivalente a una desviación estándar en términos estadísticos).

Sin embargo, desde febrero (fecha en que se empezó a divulgar esta información), ha existido consistentemente una expansión mayor en la base que lo que había dado a conocer el Banco.  No obstante, la mayoría de estas desviaciones habían sido menores al 2.6 por ciento del monto permitido.

A partir de la Semana Santa, la base monetaria empezó a crecer todavía a montos más elevados, llegando a registrar desviaciones de hasta un 4 por ciento con respecto a sus metas.  En ese momento empezó a llamar la atención de los analistas especializados que revisan las cifras diariamente.

Sin dar a conocer una explicación oficial de esta expansión extraordinaria, el Banco de México argumentaba, a nivel informal, que se debía a una demanda mayor de dinero de la economía, en parte debido a la reducción de la inflación y a la recuperación económica.  Lo único que estaba haciendo era satisfacer al mercado sin crear una sobroferta no requerida que pudiera crear presiones inflacionarias.

A partir del puente del primero de mayo, la base monetaria ha experimentado una expansión todavía mayor y recientemente ha llegado a representar un desvío de cerca de 7 por ciento con respecto a las metas.  Queda claro que las autoridades monetarias están contentas con esta expansión, dado que no han llevado a cabo su práctica de dejar “corto” al mercado (que ayuda a contener la expansión) ni alguna otra para limitar su crecimiento.

Sabemos cuál es la explicación “oficial”.  Existe un proceso de remonetización en la economía, en el cual las personas están dispuestas a mantener saldos mayores de efectivo, en la medida en que existe menos inflación y más actividad económica.  Por este motivo, el Banco calculó un factor de expansión dentro de su pronóstico, pero resultó subestimado.  Sin embargo, como se debe a un aumento sano en la demanda de dinero, no debe ser fuente de preocupación.

Existe otra explicación que podríamos llamarla la “cínica”.  Tal y como siempre ha hecho antes de las elecciones, el Banco de México está incrementando la cantidad de billetes  monedas en circulación para asegurar que la gente sienta la recuperación y no vaya a emitir votos de castigo en contra del PRI.  Si esta expansión puede causar un incremento en la inflación, éste se dará con un rezago después de haber concluido la jornada electoral.

Posteriormente, el Banco instrumentará una política restrictiva para compensar los excesos de hoy.  Aunque podría ocasionar otra devaluación, es más importante asegurar una victoria para el PRI.

Resulta difícil pensar que el Banco emitiría las metas diarias con el fin de asegurar la confianza del público, para después hacer justamente lo contrario.  La gran oportunidad de restablecer su credibilidad ahora se le está escabullendo de las manos.  No ha querido instrumentar acción alguna para corregir sus fallas, ni emitir alguna aclaración oficial.  Todo parece indicar que quiere pasar desapercibido.

Una buena parte del problema es ue aunque le demos el beneficio de la duda y aceptemos que existe una genuina demanda mayor d dinero, todavía no podemos descartar la explicación cínica.  Pude ser que esta expansión no esté inducida por el Banco Central, sino que sea resultado de una remonetización substancialmente mayor a la estimada.  Pero las autoridades está muy contentas por esta situación, dado que este proceso es el resultado de un mejor desempeño económico.  Por lo mismo, no han querido restringir la oferta para cumplir con las metas, por el miedo de que suban las tasas de interés y que se aprecie todavía más nuestra moneda.

Sin lugar a dudas, si no fuera por el hecho de que las elecciones se aproximan, seguramente, las autoridades estarían llevando a cabo medidas para disminuir la demanda de dinero.  Durante casi todo el año pasado, el Banco estuvo dejando corto al mercado para mandar un mensaje muy claro: no querían una expansión más rápida.  Un 7 por ciento de expansión extraordinario es una cifra demasiado elevada como para ignorarla y no llevar a cabo alguna medida correctiva.

¿Qué es lo que está pensando el Banco Central?  ¿Por qué está permitiendo una expansión que terminará con la poca credibilidad que tiene y que manda un mensaje de desconfianza?

Recordemos que el Gobierno permitió un sobrecalentamiento de la economía a principios de 1985, en vísperas de las elecciones federales.  Justo pasando las elecciones, tuvieron que devaluar otra vez e instrumentar una política económica restrictiva de nuevo.  Existen muchos paralelos con los errores de aquel momento.

Ahora el tipo d cambio ha sufrido una apreciación real superior al 30 por ciento durante los dos últimos años, neutralizando una buena parte e la ventaja comparativa que se había logrado.  Existe una explicación lógica de este fenómeno que, sin embargo, no estiende la mayoría de la gente.

El Banco de México está entrando de nuevo al juego peligroso de las expectativas, que en el pasado no ha sabido ganar.  Las autoridades monetarias nos prometieron cumplir con estas metas y no lo están haciendo.

¿Sabrá el Banco de México algo que los demás ignoramos?.

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lunes, 19 de mayo de 1997

Reflexiones Sobre la Política Cambiaria

 Nota Breve


Reflexiones Sobre la Política Cambiaria



Por: Jonathan Heath

El tema económico que más inquieta a la gente es, sin lugar a dudas, el de la política cambiaria. Por más que se analice y se estudie, siempre existen signos de preocupación. Antes de la devaluación la preocupación se centraba en el manejo adecuado de las bandas de intervención y el comportamiento de las reservas. Ahora nos preocupa la volatilidad y el desempeño de la balanza comercial. Queda claro que no estamos acostumbrados a un régimen cambiario de flotación y por lo mismo, nos ponemos nerviosos ante cualquier anomalía.
Una de las primeras inquietudes es acerca de la devaluación del tipo de cambio. Una subvaluación excesiva perjudica a los salarios y genera presiones  inflacionarias. Pero el otro extremo, el de una sobrevaluación, provoca un desajuste en la balanza comercial y puede llevar a una devaluación sorpresiva. Por lo mismo, buscamos que el tipo de cambio este siempre bien valuado.
Según las mediciones tradicionales, el tipo de cambio hoy en día está muy cerca de una valuación correcta. Esto nos debería tranquilizar y hacer reflexionar acerca de lo bien que esta funcionando la política cambiaria hasta ahora. Sin embargo, aun así muchos analistas han expresado su preocupación y piden un cambio de régimen. Lo que les asusta es que el tipo de cambio se ha apreciado fuertemente  durante los dos últimos años, periendo una ventaja competitiva muy amplia que se tenía a partir de 195.
Si bien es cierto que el tipo de cambio se ha fortalecido alrededor del 30 por ciento en los últimos 24 meses, también es cierto que el tipo de cambio de hoy en día es 26 por ciento más competitivo de lo que era a principios de 1994.
No nos debería preocupar  el nivel del tipo de cambio que tenemos hoy en día. Más bien debemos cuidar que a partir de ahora el tipo de cambio mantenga su nivel real, ajustándose periódicamente para evitar una futura sobrevaluación.
Este mismo régimen cambiario es el que funciona en la mayoría de los países. Debemos permitir un poco más de tiempo para ver si funci

ona aquí en México. 


La Política Económica del PRI

 

Pulso Económico


La Política Económica del PRI


Por: Jonathan Heath


Según la última encuesta realizada por  Reforma sobre la intención de voto en las elecciones para el Congreso, el PRI obtendría el 39.8 por ciento del voto, seguido por el PAN con 32.5 por ciento y el PRD con 19.3 por ciento.  Para mantener su hegemonía tradicional, el PRI necesita obtener por lo menos el 42.2 por ciento de la votación total y así lograr la mayoría de las curules en el Congreso.  Esto significa que únicamente necesitaría capturar el 2.4 por ciento de su votación del 17 por ciento de los que no manifestaron su intención de voto.  Por lo mismo, se pueden prever unas elecciones muy reñidas el próximo 6 de julio.

Obviamente, si el PRI logra retener la mayoría en el Congreso, la administración actual podrá sostener la política económica actual sin grandes cambios, salvo los que el propio Gobierno juzgue necesarios.  Sin embargo, si el PRI queda corto del umbral del 42.2 por ciento, será la primera minoría sin que ningún partido tenga el control absoluto.  Bajo este escenario, el Gobierno tendrá qie negociar las modificaciones propuestas con los otros partidos.  No significa una falta de gobernabilidad, sino más bien el comienzo de una nueva forma de llevar a cabo la administración del País.  Al final de cuentas, el Ejecutivo seguirá al mando del País, gane quien gane en el Congreso, durante lo siguientes tres años.

En la mayoría de los casos, el Ejecutivo tiene la facultar de llevar a cabo la instrumentación de la política económica que juzgue necesaria.  El Plan Nacional de Desarrollo, aprobado por el Congreso en 1995, tiene una vigencia para todo el sexenio.

Aun si el PRI pierde la mayoría durante el siguiente periodo legislativo, el Presidente tendrá todas las facultades necesarias para sostener su política económica.  Los casos que tendrá que negociar con la oposición serán la aprobación del presupuesto anual, modificaciones impositivas, cambios en la legislación que involucre desregulación y privatización al igual que iniciativas de ley que busquen corregir el rumbo o abrir espacios nuevos.  Habrá más comparecencias de secretarios y funcionarios públicos, así como una vigilancia más estrecha de las instituciones públicas.  Habrá una actividad intensa de cabildeo ya que cualquier combinación de dos partidos podrá ganar sobre el otro.  En este sentido, si el PAN y el PRD están de acuerdo en reducir el IVA el PRI no podrá impedirlo.

De la misma forma, el PRI necesitará el apoyo de alguno de los partidos de oposición para aprobar cualquier iniciativa de ley que proponga el Ejecutivo.

Por lo mismo, resulta importante conocer las intenciones del PRI, a través de su plataforma electoral, para anticipar cambios probables en la ley.  Si el PRI retiene la mayoría, su plataforma nos indicará el rumbo de la política económica durante los siguientes tres años. Si el PRI se convierte en la primera minoría, necesitamos comparar su plataforma con los otros partidos para  buscar diferencias y similitudes.

Al analizar la plataforma electoral del PRI para este periodo, en lo que se refiere a su capítulo sobre política económica, sobresalen algunos puntos en particular. Primero, el PRI hace hincapié en que su política económica es de certidumbre. Ya conocemos el rumbo actual y las intenciones del Gobierno.  Nos hemos percatado del propósito del Presidente Zedillo a través de sus discursos, el Plan Nacional de Desarrollo y los Criterios Generales de Política Económica presentados hacia finales de cada año.  Sin embargo, existe el temor en algunas personas de que una victoria del PRD o del PAN podría introducir mucha incertidumbre a la economía, ocasionando ya sea una actitud de inversión más cautelosa o salidas de capital del País.

Hacia dentro del PAN y del PRD existen acciones diferentes que proponen rumbos distintos y no podríamos conocer con exactitud cuál dominaría.  El PRI detecta este punto como una debilidad de los partidos de oposiciones y buscar capitalizarlo, a través de un énfasis en que su política es de certidumbre.

El siguiente punto que resalta de la propuesta priísta es la falta de propuestas específicas.  Su oferta económica consiste en cinco apartados genéricos de crecimiento tales como ahorro, empleo, apoyo a la pequeña empresa y concertación social.  Casi sin excepción, cualquier párrafo de lo que estipulan podrá encontrarse en las plataformas de los otros partidos.  Presentan los enunciados de cajón en forma tan general que difícilmente podría uno estar en desacuerdo. Por ejemplo, dice que va a defender el poder adquisitivo de los salarios e impulsar la creación de más y mejores empleos. No hay ningún partido que no nos diría lo mismo.

Es en el cómo que se diferencien las propuestas de los diversos partidos.  Sin embargo, en ningún momento la plataforma priísta entra a describir el cómo.  Por decir, el PRI sostiene que va a fortalecer la capacidad el sector público para que canalice mayores recursos a la atención de las necesidades sociales y el combate a la pobreza.  El PAN y el PRD proponen lo mismo.

El PAN lo haría a través de una reducción en el gasto superfluo y mal aplicado, para canalizar más gasto hacia aquellas actividades que mejoren la habilidad e las marginadas y así elevar por sí mismos su nivel de vida, es decir, menos subsidios y más educación.

El PRD lo haría a través de un aumento en los impuestos a los estratos más altos para canalizar mayores recursos al gasto social y a los subsidios.  El PRI propone lo mismo sin especificar cómo lo harían.

Todos queremos abatir la pobreza.  Ningún partido serio propondría lo contrario ni admitiría su intención de ignorar a las masas más desafortunadas.  Sin embargo, hasta ahora nadie ha encontrado una fórmula precisa y efectiva.  Por lo mismo, antes de emitir nuestro voto, necesitamos saber si un partido determinado va a intentar aplicar políticas obsoletas, inventar una propuesta nunca ante intentada o simplemente mantener el esfuerzo actual sin cambio.

Hasta cierto punto parece una contradicción proponer fortalecer una economía de la certidumbre, sin especificar cómo.  ¿Podemos tener la certidumbre de que va a existir mayor certidumbre sin la certidumbre de saber cómo?  Probablemente, el PRI busca una plataforma mucho más flexible para acomodar las negociaciones que tendrá que realizar con los partidos de oposiciones en caso de que únicamente llegue a ser la primera minoría.  También podría ser que no pense que tiene que ser más específico dado que su propuesta no es una alternativa de cambio sino simplemente sostiene el rumbo actual.  Otra explicación podría ser que dado que esperan mantener la mayoría en el Congreso no necesitan presentar más detalles.

Aunque el PRI dice que busca el voto del convencimiento, su plataforma económica carece de elementos específicos para esta tarea.  Esto no significa que no ha elaborado su propuesta en mayor detalle o que carece de rumbo.  Esta la conocemos mejor que las de los otros partidos, a través de sus acciones diarias. 

En otras ocasiones el PRI ha elaborado documentos más detallados.  ¿Habrá alguna razón de fondo?


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jueves, 15 de mayo de 1997

El PAN, el PRD, el PRI y el IVA

 Pulso Económico


El PAN, el PRD, el PRI y el IVA

Por: Jonathan Heath

Una de las propuestas centrales de la plataforma electoral del PAN es la necesidad de una redefinición del papel del Estado y una recomposición del sistema fiscal.  Dice que el gobierno debe ser un ente promotor del desarrollo del país y por lo tanto, hay que sustituir al gobierno paternalista omnipresente y omnipotente por un gobierno solidario y subsidiario, que rinda cuentas, fomente la responsabilidad del individuo y respete su libertad.  Para abatir la característica omnipotencia del gobierno, propone una gran cantidad de medidas para equilibrar las fuerzas entre los poderes y forzar una mayor transparencia alrededor de sus acciones.

El PRD también ve este punto como central en su programa, ya que menciona explícitamente diversas medidas dirigidas a evitar el dominio y discrecionalidad del Poder Ejecutivo en la fijación de la política económica.  El PAN propone limitar la intromisión del gobierno en la conducción económica del país pero fortalecer su papel rector, mientras que el PRD plantea ampliar el poder regulador del poder público sin regresar a los abusos del pasado.  A pesar de existir diferencias en la dirección, los dos partidos de oposición manifiestan su frustración por la conducción económica exclusiva del PRI durante las últimas siete décadas.
La necesidad de cambios fundamentales en el sistema fiscal es otro punto común que sostienen los partidos de oposición.  Ambos proponen diversas medidas fiscales que buscan promover una mayor actividad económica.  El PRD opina que se deberían gravar las ganancias del capital y en especial, las derivadas de operaciones bursátiles y capitales especulativos, mientras que el PAN sugiere una reducción a la tasa máxima del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y facilidades para las empresas pequeñas y medianas.  Ambos declaran la necesidad de reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA), eliminar el impuesto sobre los activos, acotar las partidas secretas de la Presidencia y establecer la exención a las personas que ganan hasta cuatro salarios mínimos.  Muchos de los puntos establecidos son tomados de las exigencias de los empresarios, que han pedido a gritos una reforma fiscal desde hace tiempo.
La reducción del IVA es una propuesta común de todos los partidos.  El PRI de Salinas instrumentó una reducción del 15 al 10 por ciento.  El PRD retoma la propuesta salinista tal cual y el PAN busca una disminución todavía mayor, al 7 por ciento.  Mientras que el PRI bajó de golpe la tasa el sexenio pasado, los dos partidos de oposición sugieren reducciones progresivas para no introducir distorsiones en la recaudación.  En los dos casos, bajarían inicialmente el IVA al 12 por ciento.  El PRD sostiene que la combinación de incrementos en otros impuestos (IVA sobre bienes de lujo y el impuesto sobre las ganancias), junto con un déficit presupuestal del 2-3 por ciento permitirá incrementar el gasto público.  El PAN subraya la necesidad de reducir el gasto público y eliminar algunas secretarías de Estado.
Las reducciones impositivas planteadas por el PAN alcanzarían, según su cálculo, un poco más de 9,100 millones de pesos.  Para poder sostener la disminución en la recaudación, proponen eliminar tres secretarías (Contraloría, Turismo y Reforma Agraria), recortar el “innecesario gasto burocrático” del aparato electoral y eliminar gastos superfluos en la administración pública.  Sin embargo, el PRI no está de acuerdo con las estimaciones del PAN.  A través de su propia interpretación, estima que el erario público perdería entre 40 y 50 mil millones de pesos, equivalente a todo el gasto en salud, toda la inversión pública y desaparecer al IMSS y al ISSSTE.  En tono de burla, el PRI acusa al PAN de querer eliminar todo el presupuesto del campo, cerrar la mitad de las escuelas públicas y correr a la mitad de los maestros.  Esto es lo que Roque Villanueva ha denominado la “economía de Disneylandia”.
Las críticas que hace el PRI al PAN en este sentido son bastante inmaduras.  Parece ser que no se han tomado la molestia de leer bien, o por lo menos leer, la propuesta del PAN.  Queda muy claro en sus escritos que el PAN propone un tope al déficit presupuestal y que las reducciones paulatinas del IVA se acompañarán de recortes de gasto.  Si el PRI está en desacuerdo con la propuesta del PAN, debería de presentar una crítica fundamentada bien armada y no demostrar su ignorancia a través de acusaciones infantiles.
De la misma manera, todo indica que el PRI tampoco ha tomado en serio la propuesta del PRD, respondiendo con la misma actitud burlona que no nos merecemos quienes emitiremos los votos.  En este caso, en vez de concentrarse en la plataforma electoral o en su programa económico, el PRI simplemente argumenta que el PRD propone aumentar, disminuir y dejar igual el IVA, dependiendo a quien se escuche, cuando explícitamente el partido de Cuauhtémoc Cárdenas propone una disminución paulatina del 15 al 10 por ciento.
Tanto el PAN como el PRD proponen medidas específicas en cuanto a la política de ingresos y gasto.  Podemos estar o no de acuerdo, pero las propuestas son explícitas.  El PAN busca cómo reducir el gasto para desburocratizar al gobierno y para disminuir los impuestos que pagamos.  El PRD trata de incrementar los ingresos para canalizar más gasto público a resolver los problemas del país.  Cada uno con su lógica distinta busca cambiar el papel del gobierno en la economía.
A pesar de sus críticas a las sugerencias de la oposición, el PRI no presenta ninguna propuesta específica.  Su plataforma contiene puros enunciados generales y se cuida ampliamente de no comprometerse con alguna medida cuantificable.  Más bien, su respuesta es enfatizar la estabilidad y recalcar que lo que ofrece es una economía de certidumbre.  La interpretación inmediata de esta posición es que no habría ningún cambio, modificación o adecuación a la actual política de ingresos y que obviarían la reforma fiscal por completo. 
No queda claro que se podría recortar tanto gasto público como para reducir eventualmente el IVA al 7 por ciento como lo propone el PAN.  Tampoco podemos estar seguros de que se podría incrementar la recaudación en un monto significativo como para poder financiar, sin incurrir en un déficit inflacionario, el aumento en el gasto que propone el PRD.  Sin embargo, también sabemos que la mayoría de los empresarios están inconformes con el sistema fiscal actual y que muchos prefieren una reforma encaminada a convertir el criterio recaudatorio actual a otro más promotor y justo.
Obviamente el IVA no es el único punto a discusión ni el más importante.  Sin embargo, si lo fuera ¿alguna de las propuestas anteriores le convence?


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lunes, 12 de mayo de 1997

La política Económica del PAN

 

Pulso Económico


La política Económica del PAN


Por: Jonathan Heath


Durante los últimos años, el partido que más ha logrado capitalizar el descontento generalizado derivado de la crisis económica ha sido el PAN.  Con victorias importantes en la mayoría de las grandes ciudades, el PAN presume hoy en día de gobernar a una tercera parte de la población del País y de ser el partido de oposición más importante.  Según su propia propaganda, esto ha sido porque es el único partido que ofrece la alternativa real a la hegemonía priísta de las últimas siete décadas.  Esta afirmación parte de una de las críticas fundamentales que ha hecho al PRD: que el partido del sol,azteca es simplemente una recomposición de la vieja guardia priísta.

Sin embargo, el PRD ha respondido a este señalamiento del PAN, argumentando que la política económica instrumentada por el Gobierno priísta durante la última década es precisamente la propuesta por el PAN dese hace mucho tiempo.  Inclusive, cuando se empezaron a observar los primeros resultados positivos de la política de modernización salinista a principios de esta década, el PAN reclamaba que el gobierno priísta estaba haciendo justamente lo que ellos habían recomendado desde tiempo atrás.

Ya iniciada la crisis económica, ningún partido ha querido estar asociado con la política salinista (incluyendo al propio PRI).  Hoy en día, tanto el PAN como el PRD hablan negativamente del neoliberalismo de Salinas como si hubiera sido la peor política económica jamás imaginada.  En tiempos de una merma impresionante en el poder adquisitivo de las mayorías, un deterioro continuo en la distribución del ingreso y una frustración creciente de la población por las crisis recurrentes, todos afirman que tienen políticas alternativas viables para salvar al País.  Sabiendo que no existen soluciones mágicas ¿será cierto?

Al igual que admitimos que existen muchos mitos y percepciones confusas acerca de la política económica que propone el PRD, también ha existido la impresión de que una de las debilidades principales del PAN ha sido su plataforma económica.  Se les ha oído hablar de propuestas vagas como una economía humana o una economía social de mercado, que más que una economía humana o una economía social de mercado que más que una propuesta clara de política económica parece ser un enunciado filosófico.  Al combinar palabras que normalmente asociamos con la izquierda (como social) con palabras de la derecha (como mercado), no queda claro lo que están proponiendo.

Parte puede ser atribuible a que hacia adentro del propio PAN han existido muchas discusiones y diferencias de opinión.  Existe un ala izquierdista que está a favor del proteccionismo y los subsidios, representadas por personas como José Angel Conchello.  Al otro extremo, existe una facción derechista que busca instrumentar las políticas tipo laissez-faire,propuestas hace varios siglos por el inglés Adam Smith y representadas por personas como Jorge Ocejo Moreno.  De la misma forma, existe la facción de Vicente Fox Quesada, que en momentos parece representar más sus propias ideas que las de su partido.

El PAN sostiene que a pesar de la discusión interna, existe unanimidad en los principios.  Las diferencias giran únicamente alrededor del cómo.  Sin embargo, si analizamos los principios generales del PAN, el PRD y el PRI encontramos más similitudes que diferencias en los grandes enunciados.

En términos muy generales, todos los partidos hablan de mejorar las garantías de la libertad individual y de la propiedad, lograr la estabilidad cambiaría y de precios, incrementar la equidad tributaria, obtener mayor transparencia en el manejo presupuestal, incrementar la producción interna y el empleo, lograr un crecimiento y desarrollo que beneficie a toda la población y fortalecer el ahorro interno.  Estos objetivos, que son los que explícitamente enuncia el PAN en su plataforma electoral, como elementos centrales para una política económica saludable, no lo distinguen en lo más mínimo del PRI o del PRD.

Es justamente el cómo, lo que hace as diferencias entre los partidos.  Muchos analistas han comentado que la preocupación principal de una victoria del PRD sería que o podríamos anticipar cuáles serían los cambios en materia de política económica, dado que existen muchas corrientes de opinión hacia dentro de la misma organización.  N principio, parece ser que podríamos afirmar lo mismo sobre el PAN, ya que tampoco quedan tan claras la diferencias sobre el cómo y quién resultaría vencedor hacia dentro del partido.  Esta debilidad se parece mucho al PRI cuando iniciaba un nuevo sexenio: no se podía saber con exactitud hacia dónde se iba a mover el nuevo presidente.

De entrada, el PAN presenta 65 párrafos de propuestas legislativas en materia económica.  Su lectura sugiere que el partido quiere reescribir la Constitución y todas las leyes generales del País. De inmediato sobresale lo parecido con las costumbres de todos los gobiernos priístas anteriores, que han modificado un sinnúmero de veces la Constitución y cambiado las leyes, como uno cambia de camisa.  No queda claro qué proponen para asegurar que las leyes se cumplan y cómo planean abatir la impunidad.  Siempre he pensado que nuestro País no requiere más leyes sino más bien su cabal cumplimiento.  No obstante, el cómo resulta ser lo difícil.

Al analizar el programa del PAN, resulta e es un conjunto de propuestas lógicas, dirigido a otorgarle mayor transparencia al manejo del presupuesto, a brindarle más equidad al sistema tributario y a cerrar los espacios de acción del poder ejecutivo.  Sin embargo, fuera de algunas modificaciones menores, no encontré una propuesta alternativa muy diferente a la política económica actual.  .No existen elementos para pensar que podría existir mayor (o menor) crecimiento económico bajo esta plataforma, comparado con lo que se hace hoy en día.

La gran mayoría de los cambios propuestos son de tipo político, por ejemplo, de cambiar o fortalecer los distintos poderes de la nación.  Son cambios que buscan evitar los usos políticos del pasado, pero no contiene realmente una política económica diferente.  Por ejemplo, una reducción en una de las tasas impositivas no es una propuesta de política económica distinta, sino simplemente una adecuación a la actual.

En su gran mayoría, caso todas las propuestas son párrafos que podríamos encontrar en la plataforma priísta.


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jueves, 8 de mayo de 1997

Las Economías de México y Estados Unidos

 

Pulso Económico


Las Economías de México y Estados Unidos


Por: Jonathan Heath


Siempre ha existido la percepción de que las economías de México y estados Unidos está muy interrelacionadas.  Se ha dicho que cuando Estados Unidos se resfría, a México le da pulmonía.  Sin embargo, si examinamos el pasado, casi nunca han coincidido nuestros ciclos recesivos.  Hasta ahora, todas las recesiones en los Estados Unidos han ocurrido cuando la economía mexicana se encuentra en una etapa de crecimiento.  De igual manera, nuestras recesiones se han desarrollado en épocas de expansión para la economía norteamericana.

La razón es relativamente simple.  Hasta hace poco, teníamos una economía cerrada y no dependíamos tanto de nuestras exportaciones como motor de crecimiento.  Cuando estalló la crisis de 1982, Estados Unidos venía saliendo de la recesión y alta inflación de Carter, para iniciar una expansión económica con Reagan, que coincidió con nuestra década perdida.  Cuando sufrimos el desplome de los precios petroleros (la recesión de 1986), Estados Unidos se vio beneficiado.

Lo más cerca que hemos llegado fue en 1993 cuando Estados Unidos experimentó una recesión que ayudó a la derrota de Bush y la eventual victoria de Clinton.  Para esos años ya empezábamos a tener una economía más abierta.  Sin embargo, pudimos incrementar nuestras exportaciones en forma acelerada a pesar de la recesión en los Estados Unidos y nuestra economía pudo crecer al 2.0 por ciento.

A pesar de que no han coincidido nuestros momentos de estancamiento, no podemos menospreciar el efecto de una desaceleración económica o un aumento en las tasas de interés del país vecino en nuestros mercados, especialmente si consideramos que somos una economía mucho más abierta que antes e interconectada con ellos a través del Tratado de Libre Comercio.  El 85 por ciento de nuestras exportaciones van a ese país y hoy dependemos mucho más que antes de la actividad exportadora.,

Hemos tenido mucha suerte en este aspecto, si consideramos la gran recesión de 1995 y nuestras posibilidades de recuperación.  Gracias a la actividad exportadora, el desplome del Producto Interno Bruto (PIB) en 1995 fue menor a lo que pudo haber alcanzado.  De igual manera, no podríamos explicar el crecimiento del 5.1 por ciento en el PIB el año pasado, sin una clara referencia a nuestras exportaciones.  En este sentido, fue muy afortunado que la economía norteamericana estuviera viviendo un periodo de expansión económica y pudiera absorber nuestros productos.

Por lo mismo, es de sumo interés para nosotros seguir de cerca el desenvolvimiento económico de los Estados Unidos para asegurar que podamos seguir creciendo.  La economía norteamericana está viviendo una de su mejores etapas, no solamente en cuanto a crecimiento económico, sino también en ,materia de generación de empleos y de abatimiento inflacionario.  Nuestros vecinos no habían experimentado tasas de desempleo tan bajas sin presión inflacionaria desde hace aproximadamente 30 años.

Existía la creencia de que la economía norteamericana no podía soportar una tasa de desempleo menor al 5.5 por ciento sin generar presiones inflacionarias.  Sin embargo, desde el año pasado han registrado tasas menores a este umbral, hasta llegar a una tasa del 4.9 por ciento en el mes de abril.  Durante todo este tiempo, la inflación no ha mostrado signos de resurgir y se ha mantenido por debajo del 3 por ciento anual desde hace varios años.

Mientras que esta situación ha mantenido contenta a la administración de Clinton y de pasada también a México, ha existido mucha preocupación por parte de diversos analistas (y en especial por parte de Alan Greenspan, el Gobernador del Banco Central de los estados Unidos, la llamada Reserva Federal) sobre cuándo podría llegar a su fin.  En 1994, ante una situación similar, Greenspan promovió un ala en las tasas de interés en su país para tratar de enfriar ligeramente la economía.  Esta estrategia resultó correcta, ya que se pudo contener la inflación por debajo del 3 por ciento sin inducir una recesión.  Sin embargo, esas alzas provocaron mucho ruido en nuestro País y fue uno de los factores que propicio ese año, la disminución de los flujos de capital hacia México.

Ahora todo parece apuntar que Greenspan está interesado en repetir la estrategia.  La economía de su país alcanzó un crecimiento de 5.6 por ciento durante el primer trimestre del año, mientras que la tasa de desempleo llegó al 4.9 por ciento.  Aunque no se han registrado signos de un repunte inflacionario, Greenspan prefiere anticipar y prevenir que lamentar.

No obstante, es interesante entender cómo se ha dado este fenómeno de pleno empleo sin inflación.  En el pasado, cuando la economía crecía mucho y el desempleo disminuía, los sindicatos norteamericanos aprovechaban para presionar por mayores aumentos salariales, incrementando a su vez a la inflación.  Ahora todo parece indicar que los sindicatos han moderado su punto de vista, aceptando que es preferible mantener un mayor número de empleos.

En parte, esta visión obedece al hecho de que hoy en día es muy fácil producir lo mismo en otras partes el mundo, con un costo laboral más reducido.  Si exigen mayores aumentos, provocan que las empresas cierren sus operaciones en ese país y se reubiquen en otro lado.  En otras palabras, la apertura comercial vista a nivel mundial está ayudando por un lado a contener la inflación, mientras que ya no permite que la brecha de salarios entre los países siga creciendo desmesuradamente.

Desde el punto d vista del bienestar económico de la población, siempre va a ser preferible tener salarios más elevados.  Sin embargo, se tiene que considerar que muchas veces los aumentos sirven únicamente para incrementar la inflación o para aumentar el desempleo.  Justamente éste es el dilema que enfrentamos.

Por lo pronto, podemos anticipar unas alzas ligeras en las tasas de interés en los Estados Unidos.  Siempre y cuando éstas sean moderadas, no deberíamos resentir una disminución en los flujos de capital ni nos deberían de provocar desajustes en la economía mexicana.  Al contrario, si estas tasas logran contener la inflación norteamericana y mantener su crecimiento económico, podríamos salir beneficiados.

Sin embargo, si los aumentos son mayores podría llegar a frenar el crecimiento norteamericano y de rebote a nuestra economía.


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lunes, 5 de mayo de 1997

Las Propuestas Económicas del PRD

 

Pulso Económico


Las Propuestas Económicas del PRD


Por: Jonathan Heath


Al acercarse el fin de la hegemonía priísta nos debemos preparar para debatir abiertamente las propuestas alternativas de ptrps partidos. Aunque todos decimos que queremos un avance sólido hacia una sociedad más democrática, pocas veces reflexionamos sobre el hecho de que esto pudiera significa la instrumentación de políticas que no nos gustan o que pensamos que no son las mejores para la sociedad.  La democracia toma como buenas las propuestas de la mayorías, que no siempre son las mejores.  Sin embargo, éste es el precio que debemos pagar para tener una sociedad más tolerante, sin imposiciones y con mayor competencia.

Este debate debería de ser lo más balanceado posible, son sesgos ideológicos y con base en resultados.  Aunque este principio es casi utópico dado que cada propuesta tiene sus tintes ideológicos, sí deberíamos ser más pragmáticos y escuchar atentamente otras ideas.  No tenemos por qué descartar una posibilidad antes de analizarla sin prejuicios.

Con esta visión siempre he buscado examinar las diversas propuestas de los partidos políticos.  Como en todo, cada partido tiene algunas propuestas descabelladas que funcionan para ganar votos, pero hasta ellos mismos saben que no son muy prácticas.  El ejemplo clásico de casi todos los países del mundo es la promesa de reducir impuestos, ampliar el gasto y mantener un presupuesto balanceado.  Todos queremos las tres cosas, pero la aritmética no da para tenerlas al mismo tiempo.

Una lección que han aprendido la mayoría de los gobiernos, es que no se puede remar en contra de las fuerzas del mercado sin pagar un precio alto.  Aunque es la responsabilidad del Gobierno corregir algunas fallas y suplir ciertas deficiencias, esta tarea se hace más fácil entre menos busquemos contradecir la oferta y la demanda naturales.  Este punto parece ser el más difícil de comprender.

En ocasiones pasadas, hemos examinado algunas propuestas del PRD, encontrando que podrían producir más daño que bien.  La razón principal no ha sido que el objetivo final sea incorrecto, pues la mayoría de las veces se busca mejorar el bienestar de la población, reducir la brecha entre los que tienen con abundancia y los que carecen de casi todo, o bien proteger a la economía de los vaivenes económicos, todos principios incuestionables.  Más bien, las objeciones han radicado en que las correcciones señaladas pudieran ocasionar más dato a través de sus efectos secundarios.

No obstante, esto no invalida el principio.  Por ejemplo, el PRD ha señalado correctamente que no es razonable hacer depender el crecimiento económico exclusivamente de las exportaciones, al igual que tampoco es posible crecer dependiendo únicamente del mercado interno.  Se debe llegar a la combinación adecuada de estos mercados y buscar que la competitividad del sector exportador no dependa exclusivamente del costo de la mano de obra.  Como elemento fundamental, necesitamos disminuir la dependencia de insumos importados dentro de las exportaciones.

La resolución de este problema es crucial para evitar problemas futuros en la balanza de pagos.  Tenemos una tendencia natural hacia un déficit creciente en la balanza comercial que únicamente corregimos (con rezago) a través de una devaluación masiva de la moneda.

No hay duda de que necesitamos una política efectiva para reducir la proporción de insumos importados que contienen nuestras exportaciones.  Sin embargo, no debemos instrumentar medidas que contradicen al mercado o que producen efectos secundarios contraproducentes.  Más bien, las medidas deben orientarse a introducir incentivos en los lugares correctos.  A través de éstos, el propio mercado por medio e la iniciativa privada deberá solucionar el problema.  En otras palabras, el Gobierno debe encaminar la producción a través de estímulos, buscando hacer la tarea más fácil para los empresarios y no por medio de restricciones, regulaciones o medidas que desalientan a la producción o encarecen el producto.

Otro ejemplo radica en la necesidad de mejorar el nivel de vida del sector laboral, que viene siendo la gran mayoría de la población.  Nadie puede cuestionar la necesidad de generar más empleos y de incrementar el poder adquisitivo de los salarios.  Sin embargo, muchas propuestas pudieran ser efectivas únicamente en el corto plazo y ocasionare más daño a la larga.  Lo que necesitamos son medidas que puedan incrementar el bienestar en forma permanente y sostenida, mientras que debemos evitar medidas que únicamente amplifican os ciclos económicos.

La apertura comercial fue una medida para incrementar la eficiencia, la productividad y la competitividad de la economía y generar mayor empleo sobre bases sólidas.  No obstante, la sociedad tuvo que pagar un precio muy alto durante la transición de una economía cerrada hacia una abierta.  Tuvimos que pasar por una etapa de destrucción de empleos como fase temporal antes de llegar a una economía que pudiera generar más empleos.  Aunque el costo fue muy elevado, fue una visión de largo plazo, dado que estamos edificando las bases para una mayor generación de empleos.

Sin embargo, no existen fórmulas mágicas.  La generación de empleos y el aumento en el poder adquisitivo de los salarios, en forma permanente, se logra a través de un esfuerzo continuo en el tiempo.  No olvidemos la experiencia de todos los países en esta materia, al igual que la nuestra.

A final de cuentas, la mayor apertura democrática va a incrementar la competencia entre los partidos.  El que ofrece la mejor solución terminará por ganar al final.


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