lunes, 5 de mayo de 1997

Las Propuestas Económicas del PRD

 

Pulso Económico


Las Propuestas Económicas del PRD


Por: Jonathan Heath


Al acercarse el fin de la hegemonía priísta nos debemos preparar para debatir abiertamente las propuestas alternativas de ptrps partidos. Aunque todos decimos que queremos un avance sólido hacia una sociedad más democrática, pocas veces reflexionamos sobre el hecho de que esto pudiera significa la instrumentación de políticas que no nos gustan o que pensamos que no son las mejores para la sociedad.  La democracia toma como buenas las propuestas de la mayorías, que no siempre son las mejores.  Sin embargo, éste es el precio que debemos pagar para tener una sociedad más tolerante, sin imposiciones y con mayor competencia.

Este debate debería de ser lo más balanceado posible, son sesgos ideológicos y con base en resultados.  Aunque este principio es casi utópico dado que cada propuesta tiene sus tintes ideológicos, sí deberíamos ser más pragmáticos y escuchar atentamente otras ideas.  No tenemos por qué descartar una posibilidad antes de analizarla sin prejuicios.

Con esta visión siempre he buscado examinar las diversas propuestas de los partidos políticos.  Como en todo, cada partido tiene algunas propuestas descabelladas que funcionan para ganar votos, pero hasta ellos mismos saben que no son muy prácticas.  El ejemplo clásico de casi todos los países del mundo es la promesa de reducir impuestos, ampliar el gasto y mantener un presupuesto balanceado.  Todos queremos las tres cosas, pero la aritmética no da para tenerlas al mismo tiempo.

Una lección que han aprendido la mayoría de los gobiernos, es que no se puede remar en contra de las fuerzas del mercado sin pagar un precio alto.  Aunque es la responsabilidad del Gobierno corregir algunas fallas y suplir ciertas deficiencias, esta tarea se hace más fácil entre menos busquemos contradecir la oferta y la demanda naturales.  Este punto parece ser el más difícil de comprender.

En ocasiones pasadas, hemos examinado algunas propuestas del PRD, encontrando que podrían producir más daño que bien.  La razón principal no ha sido que el objetivo final sea incorrecto, pues la mayoría de las veces se busca mejorar el bienestar de la población, reducir la brecha entre los que tienen con abundancia y los que carecen de casi todo, o bien proteger a la economía de los vaivenes económicos, todos principios incuestionables.  Más bien, las objeciones han radicado en que las correcciones señaladas pudieran ocasionar más dato a través de sus efectos secundarios.

No obstante, esto no invalida el principio.  Por ejemplo, el PRD ha señalado correctamente que no es razonable hacer depender el crecimiento económico exclusivamente de las exportaciones, al igual que tampoco es posible crecer dependiendo únicamente del mercado interno.  Se debe llegar a la combinación adecuada de estos mercados y buscar que la competitividad del sector exportador no dependa exclusivamente del costo de la mano de obra.  Como elemento fundamental, necesitamos disminuir la dependencia de insumos importados dentro de las exportaciones.

La resolución de este problema es crucial para evitar problemas futuros en la balanza de pagos.  Tenemos una tendencia natural hacia un déficit creciente en la balanza comercial que únicamente corregimos (con rezago) a través de una devaluación masiva de la moneda.

No hay duda de que necesitamos una política efectiva para reducir la proporción de insumos importados que contienen nuestras exportaciones.  Sin embargo, no debemos instrumentar medidas que contradicen al mercado o que producen efectos secundarios contraproducentes.  Más bien, las medidas deben orientarse a introducir incentivos en los lugares correctos.  A través de éstos, el propio mercado por medio e la iniciativa privada deberá solucionar el problema.  En otras palabras, el Gobierno debe encaminar la producción a través de estímulos, buscando hacer la tarea más fácil para los empresarios y no por medio de restricciones, regulaciones o medidas que desalientan a la producción o encarecen el producto.

Otro ejemplo radica en la necesidad de mejorar el nivel de vida del sector laboral, que viene siendo la gran mayoría de la población.  Nadie puede cuestionar la necesidad de generar más empleos y de incrementar el poder adquisitivo de los salarios.  Sin embargo, muchas propuestas pudieran ser efectivas únicamente en el corto plazo y ocasionare más daño a la larga.  Lo que necesitamos son medidas que puedan incrementar el bienestar en forma permanente y sostenida, mientras que debemos evitar medidas que únicamente amplifican os ciclos económicos.

La apertura comercial fue una medida para incrementar la eficiencia, la productividad y la competitividad de la economía y generar mayor empleo sobre bases sólidas.  No obstante, la sociedad tuvo que pagar un precio muy alto durante la transición de una economía cerrada hacia una abierta.  Tuvimos que pasar por una etapa de destrucción de empleos como fase temporal antes de llegar a una economía que pudiera generar más empleos.  Aunque el costo fue muy elevado, fue una visión de largo plazo, dado que estamos edificando las bases para una mayor generación de empleos.

Sin embargo, no existen fórmulas mágicas.  La generación de empleos y el aumento en el poder adquisitivo de los salarios, en forma permanente, se logra a través de un esfuerzo continuo en el tiempo.  No olvidemos la experiencia de todos los países en esta materia, al igual que la nuestra.

A final de cuentas, la mayor apertura democrática va a incrementar la competencia entre los partidos.  El que ofrece la mejor solución terminará por ganar al final.


Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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