Pulso Económico
¿Es Demasiado Restrictiva la Política Monetaria?
Por: Jonathan Heath
En el fondo de la discusión
sobre la política monetaria está la crítica de que ha sido demasiado
restrictiva, y por lo tanto, ha causado graves daños en el país. En varias ocasiones hemos discutido sobre la
necesidad de una política firme, que evite presiones inflacionarias y que
pudiera consolidar la incipiente estabilidad que estamos observando. También hemos discutido que no es el Banco
Central el que ha restado liquidez a la economía, sino más bien han sido los
cambios tan dramáticos que se observaron durante el año pasado en cuanto a los
flujos de capital del exterior. A pesar
de estas observaciones, queda claro que muchas personas, incluyendo a los
seudo-líderes empresariales, se han quedado con la impresión de que la política
ha sido más restrictiva de lo necesario.
¿De dónde han tomado esta impresión?. Creo conveniente examinar este punto para
aclarar las malas impresiones. A mi
juicio, todo esto viene de cuatro consideraciones diferentes: el no entender el
papel que juegan las variaciones estacionales de la base monetaria durante el
año, la confusión que el mismo Banco de México permitió el año pasado sobre las
diferentes definiciones de las reservas internacionales y el crédito interno
neto; una mala concepción sobre lo que puede y no puede hacer la política
monetaria; y una frustración general sobre la prolongación de la recesión actual.
Primero, las variaciones
estacionales. La demanda de dinero y la
oferta subsecuente de la base monetaria, muestran un patrón muy marcado durante
el año. Empieza el año con una contracción
muy importante, mantiene un incremento pequeño pero sostenido durante el
segundo y tercer trimestres, para finalizar el año con un repunte mayor. Este patrón ha existido desde hace décadas y
por lo tanto, no es fenómeno reciente.
El año pasado, el Banco
Central dio a conocer la meta (techo) para la expansión de su crédito interno
neto. Dada esta estacionalidad, al
principio del año hubo una gran contracción en la base monetaria, que se dio en
muy buena parte simplemente por la baja en la demanda que se observa
tradicionalmente. Sin embargo, muchas
personas interpretaron este hecho como una sobre-reacción de parte de las
autoridades monetarias ante la situación existente y pensaron que el Banco
estaba retirando liquidez de la economía innecesariamente. Hacia el final de año, cuando la base
monetaria empezó a crecer bastante, muchos llegaron a la conclusión contraria,
de que existía un relajamiento de la política monetaria. En ambos casos, el Banco de México estaba
actuando en función de las demandas estacionales, lo cual no significaba un
sobreajuste en ninguna dirección.
Segundo, las diferentes
definiciones. Los problemas creados por
la utilización de diferentes definiciones los hemos comentado en varias
ocasiones. No obstante, cada definición resultaba
en un monto muy diferente del crédito neto.
La utilizada aquí para el consumo nacional, decía que la contracción del
crédito el año pasado fue de cerca de 50 mil millones de pesos. La utilizada por el FMI para medir nuestra
política monetaria, terminó el año con una expansión entre 15 y 20 mil millones
de pesos. Como podrán ver, la diferencia
de casa 70 mil millones de pesos, no es trivial.
El problema surgió al
comparar los montos con la meta (techo) de una expansión de 10 mil millones de
pesos. Mientras el FMI estaba preocupado
porque la expansión realizada fue ligeramente mayor que la permitida, las
cifras utilizadas aquí en México apuntaban a que las autoridades monetarias
sacaron 50 mil millones de pesos de circulación cuando el compromiso era
inyectar hasta 10 mil millones. La
conclusión lógica fue que el Banco de México persiguió una política monetaria
brutalmente restrictiva, cuando realmente no fue el caso.
Tercero, lo que puede y no
puede hacer la política monetaria. Las
autoridades monetarias tienen un cierto control (no exacto) sobre la liquidez
nominal en la economía. Sin embargo, no
controlan ni determinan la liquidez real, y la diferencia entre las dos es lo
que más presiona el nivel de precios. Lo
que hace l Banco es tratar de calcular las necesidades reales de liquidez de la
economía, para después tratar de igualarlo con la liquidez nominal. Si el Banco incrementa la liquidez nominal
sobre la real, lo único que hace es crear inflación.
La liquidez real de la
economía la determina el propio mercado, a través de las relacione de
producción, los patrones de pago, la productividad y demás factores de la
economía real. El mito radica en pensar
que el Banco puede crear liquidez real.
Algunos estudios han apuntado que existe una relación temporal entre un
aumento en la liquidez por parte del Banco y una mayor producción en la
economía. Sin embargo, mientras más
memoria inflacionaria tiene una economía, menos tiempo dura este fenómeno
temporal y el costo es únicamente mayor inflación
El Baco de México busca
disminuir la inflación, para que puedan bajar las tasas de interés y se
estimule la economía. Las tasas de
interés contienen dos componentes importantes (en adición a la parte real), que
son uno que compensa la inflación, y otro, que compensa el riesgo. Al bajar la inflación, se reducen normalmente
los dos componentes, permitiendo así reducir las tasas de interés. Esto no funciona al revés.
Finalmente, existe la
frustración de la recesión. Aquí tenemos
que entender que todos queremos que se acabe la recesión y que se vuelvan a
crear empleos. Al prolongarse la recesión, muchos empiezan a cuestionar la
política económica, buscando culpables de la situación actual. En este
cuestionamiento, se empieza a olvidar que no existen soluciones mágicas ni
panaceas. En la vida nunca nada es gratis,
ni se logra sin mucho trabajo.
La solución radica en el
trabajo y en el sacrificio. Al gobierno tenemos que pedirle cambios que
faciliten el poder trabajar más. No
obstante, no podemos pedir soluciones mágicas que nos den una mejoría con menos
trabajo. Esto simplemente no existe.
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