jueves, 18 de abril de 1996

La Credibilidad de la Política Monetaria

 

Pulso Económico


La Credibilidad de la Política Monetaria


Por: Jonathan Heath


La semana pasada comenté que existían algunas señales incipientes de que el Banco de México podría contemplar un relajamiento prematuro en la política monetaria.  Los seudo-líderes empresariales han estado ejerciendo presión en este sentido, pensando que una política laxa sería como una panacea.  Hasta hoy en día el Banco Central ha aplicado una política correcta, asegurando que la liquidez existente corresponda a las necesidades reales de la economía, con lo que evita una circulación excesiva que únicamente provocaría mayor inflación.  Mis comentarios estaban más bien dirigidos a la preocupación de que las autoridades monetarias empezaran a cambiar el rumbo cediendo a la presión de varios sectores de la sociedad.
No creo que éste sea el caso.  Los funcionarios del Banco entienden bien la problemática actual.  La autonomía se les otorgó precisamente para lidiar con situaciones como la de hoy en día.  La función del Banco es remar contra la corriente para abatir la inflación, pues conoce los efectos perversos que ocasionarían si hiciera lo contrario.  En el fondo, el Banco ha hecho justamente lo que tiene que hacer.  Aquí no tengo ninguna crítica ni objeción.
No creo que el Banco esté comenzando una política laxa.  Mi preocupación radica más bien en las críticas absurdas de los líderes empresariales y otros grupos, que pudieran ir tomando fuerza.  Ahora resulta que el lunes pasado, un periódico dio a conocer la noticia de que hasta la consultora Ciemex-Wefa de Estados Unidos se dedica a vender ilusiones.  Es importante contraatacar estas posiciones peligrosas y al mismo tiempo monitorear la política monetaria para cualquier cambio en esta dirección.
Mis señalamientos han sido más bien a la forma y no al fondo.  Resulta muy importante restablecer la credibilidad en nuestras instituciones y crear una mayor dosis de confianza.  Esto se hace a través de una política de información totalmente transparente, que evite siempre posibles confusiones.  Esto se hace a través de la publicación de metas trimestrales concretas con un cumplimiento cabal posterior de las mismas.  Sin embargo, en varias ocasiones el Banco Central ha utilizado diferentes definiciones o diferentes números para diferentes personas.  Esto no se vale dado que perjudica la credibilidad de la institución.  Hace que cosas buenas parezcan malas.
Los funcionarios del Banco tienen razón cuando señalan que existe un programa de comunicación perfectamente calendarizado, en el que dan a conocer las cifras correspondientes del estado de cuentas (base monetaria, crédito interno neto, etc.) del Banco en fechas preestablecidas.  La coincidencia de la Semana Santa con el fin del trimestre no es culpa del Banco.  Ofrezco disculpas por haber insinuado lo contrario.
Sin embargo, donde ya no estoy de acuerdo es en el cumplimiento de la meta principal de la expansión de la base monetaria.  Pero antes que nada, quiero aclarar que en el fondo, este incumplimiento no es grave.  Se dio más bien por razones estacionales (de Semana Santa) y la semana pasada hubo una corrección, ahora la base esta muy cerca del compromiso adquirido.  También vale la pena mencionar en términos de abatimiento inflacionario, que lo importante es el monto promedio de la base durante un cierto periodo y no el monto exacto en un día determinado.  Otra vez insisto, en el fondo la política está bien, mi preocupación radica en la forma.
El Banco insiste (Cartas a Negocios de este periódico, página 21 A del viernes 12 de abril), en que el techo para la expansión de la base monetaria es la que señalan en el documento oficial “Exposición sobre la Política Monetaria para 1996”, cuadro 1, página 41.  Sin embargo, el miércoles 31 de enero a las 6 de la tarde, fuimos invitados a una exposición sobre la política monetaria, a la cual asistieron varios funcionarios de la institución.  En aquella plática nos dijeron que “si bien el saldo de cierre de la base monetaria en 1995 (66,809 mp) fue mayor al esperado (63,000 mp), dicha diferencia se revirtió durante enero.  Por ello, el Banco de México no estima conveniente hacer el ajuste correspondiente al límite establecido del crédito interno neto en el año”.  Esto signifícaba, según nos explicaron, que el punto de referencia para la expansión del crédito interno y de la base monetaria serían los 63 mil millones de pesos que habían estimado para el cierre de la base y no el cierre actual.
En algún artículo o columna mencioné este hecho, advirtiendo que era un error no haber dejado esta aclaración o nuevo compromiso por escrito.  Amablemente, dos funcionarios del Banco, cada quien por separado, me mandaron una copia del discurso que el Lic. Miguel Mancera pronunció el 15 de marzo pasado en la Convención Bancaria de Cancún.  Inclusive, uno de ellos incluía una nota explícita que decía “favor de poner atención al pie de página 3 de la página 14”.
Lo que dice esa nota de pie de página es que “el saldo del crédito interno neto del Banco de México al cierre de 1995 fue de 67,073 millones de pesos.  El saldo que hubiese correspondido a una base monetaria de 63 mil millones de pesos habría sido de 63,264 millones de pesos.  Por consiguiente, para ejecutar con el debido rigor el programa monetario para 1996, será la última cifra mencionada la que se tomará como punto de partida par determinar la expansión permisible del citado crédito”.
Tenemos que recordar que el crédito interno del Banco es el instrumento utilizado para manejar la expansión de la base monetaria.  Por lo mismo, sería absurdo pensar que el Banco toma un número como referencia para la expansión del crédito y otro para la base.  Esto significa que el punto de referencia para la expansión permitida de la base monetaria tiene que ser 63 mil millones de pesos, tal como lo mencioné la semana pasada.
Para mí, esto significa que no se cumplió la meta acordada al final del trimestre en la expansión permitida de la base monetaria.  Sin embargo, antes de escribir mi columna la semana pasada hablé por teléfono con un funcionario del Banco simplemente para asegurarme que estaba en lo cierto.  Al explicarle lo antes expuesto, me dio la razón.
Ahora el Banco está negando lo que nos dijeron en enero pasado y lo que confirmó el Lic. Mancera en su discurso en Cancún.  En el fondo, no es un problema grave el hecho de no haber cumplido con esta meta revisada, ni significa un relajamiento de la política monetaria.  Sin embargo, se me hace una falta de seriedad muy grave, negar el compromiso adquirido y ahora tratar de cubrirlo.
Lo que yo hubiera esperado del Banco era simplemente un comentario de que si se falló en la meta techo de la expansión de la base, acompañado de una explicación del por qué y con una nota en la que se aclara que no significa en ningún momento un relajamiento de las metas propuestas.
Insisto, la claridad en el manejo de la información es una política sana que inspira confianza y fomenta la credibilidad.

Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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