miércoles, 3 de abril de 1996

Escuchemos a la OCDE en vez de los Líderes Empresariales

 

Pulso Económico


Escuchemos a la OCDE en vez de los Líderes Empresariales


Por: Jonathan Heath


Los líderes empresariales, desesperados con la prolongación de la recesión actual, han sugerido el regreso al populismo absurdo.  Desde hace un par de semanas, Héctor Larios, presidente del desprestigiado Consejo Coordinador Empresarial (CCE), junto con Victor Manuel Díaz Romero del Concamin, han hecho una serie de declaraciones ridículas y peligrosas, que de ser tomados en cuenta podrían acabar por destruir lo poco que pudo sobrevivir la crisis actual.

Sus declaraciones, de por más irresponsables, han sido ampliamente comentadas por las columnas financieras.  Basta con leer a Isaac Katz, Luis Enrique Mercado y Roberto Salinas, entre muchos otros, para ver la reacción en cadena de los analistas serios en contra de las opiniones sorpresivas de estos señores.  Claro esta, no nos debería de sorprender que algunos han tomado partido con el regreso del populismo.  Ellos piensan que la inflación es un mal menor necesario y que el gasto deficitario es un instrumento mágico, la panacea que tanto necesita nuestro país.

Seguramente, en el fondo de las aseveraciones de Larios y Díaz Romero están los recuerdos de las ganancias que hacían muchos empresarios en los tiempos de inflación y economía cerrada.  Sin embargo, como siempre estas eran a expensas de los asalariados y personas sin los recursos necesarios para defenderse.  También conviene recordar que fue a costo de una asignación sumamente ineficiente de recursos escasos dentro de nuestra economía.

En estos días en que ha resurgido el debate en torno a las propuestas populistas de los líderes empresariales, resulta muy interesante las opiniones de Jean Claude Paye, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).  En una entrevista con REFORMA, publicado ayer en su primera plana de la sección de Negocios, Paye dice que lo que necesita México para salir adelante es aumentar la eficacia y equidad de la economía.  Esto, mediante una mayor transparencia en los procesos de las reformas estructurales y en una mejora de la infraestructura y las políticas en materia de salud, educación y la lucha contra el desempleo.

El secretario general de la OCDE ve la necesidad de apoyar a los más desprotegidos e impulsar un crecimiento en beneficio de todos y no unos cuantos.  Esto es el resultado de aplicar los principios morales más básicos a la lógica económica.  Sin embargo, nunca menciona Paye que para lograr esto se necesita aplicar una política monetaria expansionista ni buscar una reducción artificial de las tasas de interés, ni utilizar la inflación como instrumento de desarrollo.  Tampoco trata de explicar el problema del desempleo a través de la política monetaria.

Esta organización sabe distinguir muy bien entre políticos populistas y lo que es una política de ayuda de las clases más desfavorecidas.  Lo primero es la aplicación de políticas que están dirigidas a ganar votos en el corto plazo, pero cuyos efectos son efímeros y terminan por dañar.  Lo segundo es algo sumamente importante y que debe ser parte de las políticas de cualquier país.

La OCDE tiene mucha experiencia en el estudio del desempleo.  Esta organización toma la creación de fuentes de trabajo como una de sus principales prioridades.  Ha realizado un sinnúmero de investigaciones sobre el empleo que concluyen en la recomendación de políticas específicas.  Nunca ha encontrado una relación de causa-efecto entre la política monetaria y el desempleo en varios de los países miembros, nunca recomienda políticas populistas como una alternativa de consideración.  Más bien termina por recomendar siempre la preservación de los equilibrios macroeconómicos como punto de partida.

Hoy en día somos miembro de esta prestigiada organización, quienes muchos han bautizado como el club de los ricos.  Sin embargo, algunos de los países miembros no son tan diferentes o tan marcadamente más desarrollados que nosotros (como por ejemplo, Portugal y Turquía). No obstante, una de nuestras metas como miembro es la de cerrar poco a poco la brecha entre los niveles de ingresos de nuestro país con aquellos que observamos en los demás países de la OCDE.  Para esto tenemos que seguir con la aplicación de las reformas estructurales, evitar la utilización de políticas equivocadas y reducir nuestra vulnerabilidad.

Si hoy en día hiciéramos caso a las recomendaciones de los líderes empresariales aumentaríamos nuestra vulnerabilidad y nos alejaríamos de estas metas.  Debemos regresar a la senda del crecimiento sostenido y buscar mejorar nuestra distribución del ingreso.  Pero esto no tiene un camino fácil ni lo lograremos con la aplicación de medidas simplistas.  De haber sido éste el camino ya lo hubiéramos hecho hace tiempo.

Hagamos caso a la OCDE en vez de escuchar a los líderes empresariales.


Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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