jueves, 9 de noviembre de 2000

Las Buenas Nuevas del Censo

 

Pulso Económico


Las Buenas Nuevas del Censo


Por: Jonathan Heath


El duodécimo Censo General de Población y Vivienda se levantó entre el 7 y el 18 de febrero de este año.  En tan sólo 15 semanas se dieron a conocer los resultados preliminares, lo que constituyó un record mundial por la rapidez.  El Censo reveló que somos 97.4 millones de mexicanos.  Se aprovechó el Censo para llevar a cabo una gran encuesta a través de un cuestionario ampliado, cuyos resultados se dieron a conocer el martes pasado.

El cuestionario ampliado se aplicó en 2 millones 237 mil viviendas, de un total de 21.9 millones, a través de un procedimiento mixto que combina la técnica censal con una encuesta por muestreo.  Por lo mismo, los resultados no tienen la exactitud de un censo que incluiría a toda la población y se deben manejar con un pequeño margen de error.  Sin embargo, se aprovecharon muy bien los esfuerzos del Censo General para incluir más preguntas y obtener resultados valiosos para el análisis demográfico de nuestro país.

El primer dato sorprendente que surge del Censo es que disminuyó la tasa de crecimiento anual de la población de 2.3 a 1.6 por ciento en la segunda mitad de la década de los noventa.  Es un logro muy importante, ya que resulta cada vez más difícil resolver los problemas de pobreza y suplir las carencias que existen en el país.  Si consideramos que el mayor crecimiento de la población ocurre en los estratos de menores ingresos, en las familias con menos años de educación y en las regiones más atrasadas del país, este hecho resulta fundamental en la lucha por abatir la pobreza.

De aquí se desprende que aunque la población sigue siendo predominantemente joven, hemos madurado en los últimos diez años.  La edad mediana pasó de 19 a 22 años y existe una proporción mayor de personas en edad de trabajar.  También existe una proporción mayor de personas en edad avanzada, lo cual significa que ha aumentado la carga de pensionados y jubilados.  Esto confirma que la reforma al seguro social y la introducción del nuevo sistema de pensiones fue una acción atinada, ya que la tendencia al envejecimiento de la sociedad significa que esta carga será cada vez mayor.

Uno de los temas examinados a través de la muestra censal es el de la migración.  En la actualidad, el 18.5 por ciento de los mexicanos residen en una entidad federativa distinta a la que nacieron, lo cual resulta sustancialmente inferior al observado en Estados Unidos, donde es el 31.9 por ciento.  Sin embargo, al preguntar las causas que los llevaron a cambiar de residencia, 75 por ciento de los migrantes lo hicieron para casarse, unirse con su pareja o parientes, por estudios, salud u otras razones ajenas a la búsqueda de un nuevo trabajo.  Esto significa que apenas 4.6 por ciento de la población ha cambiado de domicilio (fuera de su Estado) para buscar trabajo.

Esto pone de relieve que mientras existe una de las tasas de desempleo más elevadas en Tlaxcala y una escasez de mano de obra en Nuevo Laredo, la población no migra de un lugar a otro en búsqueda de trabajo.  Si estuviéramos menos arraigados a nuestro lugar de nacimiento, no existirían tantos desequilibrios regionales en el mercado laboral.  A pesar de vivir en condiciones paupérrimas, la gente prefiere quedarse en su lugar de origen a salir a otras regiones donde existen mayores oportunidades.

Hay diferentes formas de medir la pobreza en el país, ya sea a través del ingreso o de ciertos satisfactores básicos como educación, acceso a los servicios de salud, agua potable y drenaje.  No cabe duda que la pobreza ha aumentado si la medimos a través del ingreso.  El salario mínimo tiene apenas una cuarta parte del poder adquisitivo de hace veinte años.  El ingreso real per capita es casi igual al que existía hace veinte años, lo cual significa que mientras 40 por ciento de la población más acomodada ha mejorado, el resto se ha sumergido todavía más en la pobreza.

Sin embargo, si medimos la pobreza a través del acceso a los servicios básicos, encontramos otra historia.  La comparación de muchos de los datos del Censo con el de hace diez años muestra una mejoría en muchísimos aspectos.  No solamente han mejorado el alfabetismo, la asistencia escolar y el nivel educativo del país, sino que los avances más notables se han dado en los Estados de mayor atraso.  Las estadísticas muestran un avance notable en la utilización de los servicios de salud, al igual que en la calidad de las viviendas en términos de los pisos y techos.  Ha incrementado el suministro de energía eléctrica, agua potable y drenaje.

Sin dudas, los resultados del Censo General no solamente son interesantes, sino de suma utilidad para entender más a fondo a nuestro país.  En síntesis, representa una radiografía impresionante del México actual.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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