jueves, 16 de noviembre de 2000

75 Años del Banco de México

 

Pulso Económico


75 Años del Banco de México


Por: Jonathan Heath®


El Banco de México está de gala al celebrar sus 75 años de existencia.  Para celebrar el acontecimiento organizó un seminario sobre la experiencia internacional de estabilización y política monetaria, con la participación de Gobernadores de Banca Central y académicos de prestigio.  Aunque la prensa resaltó el discurso de apertura de Alan Greenspan, lo más interesante fueron las conclusiones y recomendaciones que dejaron los demás sobre la mesa.

En el magno evento participaron autoridades monetarias de Estados Unidos, la Comunidad Europea, Inglaterra, Canadá, España, Chile, Australia, Brasil, Alemania e Israel, además de funcionarios del FMI, del Banco de Pagos Internacionales y académicos que se han especializado en temas monetarios de países emergentes.  Entre el público asistente había empresarios y banqueros de primer nivel, así como funcionarios jubilados del propio banco.  Vaya forma de celebrar en grande su fundación en 1925, bajo la presidencia de Plutarco Elías Calles.

En las siete sesiones de trabajo se discutieron temas relevantes de política monetaria y del papel de la banca central.  Sin embargo, el tema que predominó fue el régimen de “Metas de Inflación”, el nuevo marco de política monetaria que se ha puesto de moda desde principios de la década de los noventa.  Al respecto hubo una conclusión unánime: lo que más conviene a los países emergentes es un esquema de metas de inflación bajo un régimen cambiario de flotación.

Los esquemas de tipos de cambio “super-fijos” quedaron prácticamente en el olvido.  Casi nadie se atrevió a hablar de los consejos monetarios, que se pusieron tan de moda a raíz de las primeras experiencias de Argentina.  Únicamente Sebastián Edwards (el prestigiado economista en jefe del Banco Mundial y ahora profesor en la Universidad de California) se atrevió a hablar de los mitos y realidades de la dolarización y las reglas de convertibilidad.  Dijo que la realidad es que son esquemas muy difíciles de mantener y el mito es que resuelven muchos problemas.

El régimen de metas de inflación, conocido en inglés como inflation targeting, empezó en Nueva Zelanda en 1990 y en poco tiempo se extendió a siete países más.  Es un esquema de política monetaria que utiliza metas de inflación como ancla nominal, es decir, se pone el cumplimiento de la meta por encima de todo.  El Banco Central se compromete a utilizar todos los instrumentos a su alcance para asegurar que la inflación llegue a la meta en el año.

En este esquema la credibilidad y transparencia juegan papeles primordiales.  El Banco debe informar al público no solamente de su intención, sino además de cómo lo va a lograr, cuáles son los principales obstáculos y qué riesgos existen.  En la medida en que las autoridades monetarias cumplen sus metas año tras año, aumenta la credibilidad y las expectativas de inflación convergen hacia las metas anunciadas.

En una sesión entera se repasaron las experiencias de los países que adoptaron este esquema.  Al platicar la transición al régimen de metas de inflación, todos contaron experiencias y resultados positivos y hoy disfrutan de niveles de inflación entre 1 y 3 por ciento al año.  Sin embargo, la satisfacción no solamente se deriva de los buenos resultados, sino además de la aceptación del público en general, dado que la política incluye transparencia y rendición de cuentas.

Posteriormente, participó el Profesor Federic Mishkin de la Universidad de Columbia, uno de los académicos más reconocidos por sus investigaciones sobre metas de inflación.  A través de un estudio exhaustivo de los países que han implantado metas de inflación, derivó dieciséis lecciones de sus experiencias.  Sin listarlas todas, llega a la conclusión de que el esquema ha sido sumamente exitoso en controlar la inflación, funciona como promotor de crecimiento y ayuda a debilitar los efectos nocivos de shocks.  Sin embargo, no necesariamente reduce el costo de abatir la inflación y no se recomienda para reducir inflaciones elevadas.  Una de las recomendaciones de Mishkin es que si un país tiene una inflación inicialmente elevada, el esquema de metas se debe adoptar en forma gradual.

Esta es la ruta que escogió el Banco de México.  En los tres años después de la devaluación de diciembre de 1994, se utilizó una política monetaria ortodoxa.  A partir de 1998, el Banco Central inició su transición gradual hacia un esquema de metas de inflación.  Hoy es poco lo que se necesita hacer para terminar la etapa de transición.  Ya tenemos metas multi-anuales, reportes trimestrales y un compromiso firme del Banco en cumplir sus metas.  A partir del año pasado se abandonó la utilización de la base monetaria como instrumento principal para controlar la inflación.  Solo falta el anuncio formal.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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