jueves, 21 de septiembre de 2000

Las Elecciones de Estados Unidos

 

Pulso Económico


Las Elecciones de Estados Unidos


Por: Jonathan Heath®


A pesar de las interminables discusiones sobre una gran gama de temas, las elecciones presidenciales en Estados Unidos casi siempre se han decidido en función de la marcha de la actividad económica.  Por lo mismo, debería ganar Al Gore.

Las elecciones para presidente en Estados Unidos se llevarán a cabo el martes 7 de noviembre.  Las encuestas muestran muy poca diferencia entre el candidato republicano, George W. Bush, y el candidato demócrata, Al Gore.  Hace varios meses Bush llevaba una delantera muy clara.  Sin embargo, después de la convención nacional del Partido Demócrata, Gore ha repuntado y ahora tiene una ligera ventaja.

Muchos analistas políticos opinan que para México habrá muy poca diferencia quien resulte ganador.  Ambos han mostrado un cierto interés en mejorar las relaciones con nosotros, pero realmente no ha sido tema de importancia en sus campañas.  No nos debería sorprender, ya que la mayoría de los electores norteamericanos están más interesados en los temas propios de su país.  Sin embargo, lo que sorprende es que tampoco habrá mucha diferencia para la economía estadounidense quien resulte ganador.

En un estudio realizado por la empresa consultora WEFA, cuyo origen viene de la escuela de negocios de Wharton de la Universidad de Pennsylvania, se llega a la conclusión que el crecimiento económico, el desempleo, la inflación y la deuda pública serán prácticamente iguales en los siguientes años, sea quien sea el ganador en las elecciones presidenciales.  El economista Michael Donnelly tomó los detalles de las propuestas de ambos candidatos y alimentó su modelo econométrico para obtener proyecciones de aquí al 2010.  A pesar de que sí existen diferencias de fondo entre las dos, el impacto macroeconómico de sus propuestas no difiere.

Por ejemplo, el crecimiento económico promedio de 2001-2010 bajo una administración de Bush será de 2.9%, comparado con Gore de 2.8%.  También existe una diferencia casi imperceptible en la inflación, ya que con Bush será 2.8% y con Gore será 2.7%.  Las mismas diferencias marginales se encuentran en otras variables, como el desempleo y las tasas de interés.  Esta conclusión refuerza la tesis de los analistas políticos mexicanos que habían opinado que para México era indistinto quien ganara estas elecciones.

Posiblemente podría existir una diferencia entre los dos en cuanto a su visión sobre el comercio exterior, lo cual habría que tomar en cuenta dada la importancia que reviste para nuestro crecimiento.  Sin embargo, ambos candidatos han ofrecido palabras que sugieren que lo apoyarían.  Por ejemplo, Gore dijo que “la globalización no es buena o mala; es una realidad con la cual tenemos que vivir.  Dado que el 96 por ciento de los consumidores viven fuera de nuestras fronteras, tenemos que seguir comerciando con el resto del mundo”.  Bush reconoce su importancia al decir que “la etapa de la prosperidad de hoy empezó en los ochenta con la apertura al comercio global”.

Otro aspecto interesante del modelo de WEFA es que no solamente proyecta la evolución probable de la economía de Estados Unidos bajo los dos candidatos, sino que pronostica quién será el ganador.  Donnelly pronostica el porcentaje de votos que obtendrá el partido que se encuentra en el poder en el momento de las elecciones, utilizando datos del crecimiento del PIB de los últimos cuatro trimestres y del desempleo promedio del año.  Le agrega una ligera ventaja al partido en el poder y llega a la conclusión de que ganará Al Gore con 56 por ciento del voto popular.

El modelo de WEFA ha pronosticado correctamente casi todas las elecciones presidenciales de Estados Unidos desde 1956.  La única excepción fue 1968 cuando ganó Richard Nixon y el modelo pronosticaba una victoria para Hubert Humphrey del Partido Demócrata.  En esa ocasión participó un candidato independiente, George Wallace, quien obtuvo 14 por ciento del voto popular, lo suficiente para quitarle la victoria a Humphrey por un escaso margen.  Wallace era miembro del partido demócrata.

Uno de los temas de mayor debate en Estados Unidos es sobre el uso que se le podría dar al superávit que tienen en el presupuesto público.  Al Gore propone reducir los impuestos por un total de 500 mil millones de dólares e incrementar el gasto en los rubros de educación, salud y protección al medio ambiente.  Ha prometido que su reducción de impuestos será diferente a las anteriores, ya que serán recortes dirigidos a ciertos segmentos de la población y a personas que cumplen con ciertos requisitos.  Aun así, Donnelly dice que de cumplir con todo lo que ha prometido, Gore llevaría al país de nuevo a un déficit público elevado de 2.2 millones de millones de dólares.  Afortunadamente, se piensa que no será el caso y que se ajustará a la realidad.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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