martes, 5 de septiembre de 2000

La Deuda Cancelada

 

Pulso Económico


La Deuda Cancelada


Por: Jonathan Heath


El 31 de agosto se liquidó la totalidad de los adeudos que teníamos con el FMI por alrededor de tres mil millones de dólares, tal y como se había anunciado el pasado 10 de julio.  La medida fue criticada por diputados del PRD, quienes en vez de aplaudir el hecho, demuestran de nuevo su confusión ideológica.

La izquierda critica el papel del FMI y las políticas draconianas que impone como condición para conceder préstamos a los países necesitados.  ¿Cómo es posible condicionar préstamos a que el gobierno imponga una austeridad que significa posponer la atención a la población marginada?  ¿Cómo justificar recortes al gasto social para asegurar los pagos a las instituciones financieras internacionales?  No cabe en la lógica de la izquierda poner primero los compromisos con los ricos y sacrificar el bienestar de los pobres.

La izquierda ha sostenido que los préstamos condicionados del FMI atentan contra la soberanía y humillan a los gobiernos.  La deuda con este organismo es un recuerdo constante de que nuestro campo de acción está limitado.  Es una obligación impuesta desde fuera, que dicta la privatización, mayor apertura y demás políticas neoliberales.  Por lo mismo, la cancelación total de estos pasivos y la liberación de nuestra política económica debería ser motivo de celebración de la izquierda mexicana.

Sin embargo, no es así.  Al conocer la noticia, surgió la crítica de un grupo de diputados del PRD, que quiere llamar a cuentas a José Angel Gurría.  Argumenta que la ley del presupuesto establece que los excedentes petroleros se deben aplicar primero a las partidas que habían sufrido recortes.  ¿Cómo es posible desviar recursos que podrían destinarse al combate a la pobreza para liquidar una deuda con el FMI?

Más que el reflejo de una preocupación genuina, esta critica demuestra la ignorancia de los diputados sobre la materia financiera.  De entrada, los recursos que se utilizaron para liquidar esta deuda no son propiedad del gobierno federal ni implicó uso alguno del presupuesto de la Federación.  Las finanzas públicas quedaron intactas, ya que se trata de la deuda del Banco de México, organismo autónomo y de naturaleza distinta a la del gobierno.  El Banco Central utilizó recursos provenientes de las reservas internacionales, que es parte del respaldo de la masa monetaria del país.

El gobierno federal tiene grandes compromisos de gasto, que son financiados a través de los ingresos tributarios y otras fuentes de recursos como los derechos de exportación de petróleo.  El gasto que no alcanza a cubrir representa el déficit público y es financiado a través de préstamos y emisión de bonos.  La ley prohíbe al gobierno obtener financiamiento a través del Banco de México, ya que sus recursos tienen una naturaleza muy distinta.

El Banco de México emite los billetes y moneda para facilitar las transacciones diarias.  Sin embargo, no puede emitir cualquier cantidad, ya que los excesos producen inflación.  Por lo mismo, tiene que cuidar que la masa monetaria tenga un respaldo y que su manejo sea el adecuado.  Parte del respaldo consiste precisamente en las reservas internacionales.

Cuando el gobierno recibe los recursos del exterior por la exportación de petróleo, le vende los dólares obtenidos al Banco de México a cambio de pesos.  Estos pesos constituyen ingresos del gobierno y son utilizados para financiar su gasto.  A su vez, los dólares que obtiene el Banco Central constituyen parte de su reserva y funcionan como respaldo de los pesos en circulación.  En tiempos de crisis, cuando se presenta una fuga de capital, disminuyen las reservas internacionales y por lo tanto, existe menos respaldo de la masa monetaria del país.  En estas instancias, el FMI otorga préstamos directos al Banco Central para que no se agoten sus reservas.  Estos préstamos de divisas no son recursos para el gobierno federal, sino sirven únicamente para propósitos del Banco de México.  Si en un momento dado el gobierno requiere realizar pagos al exterior, acude al Banco de México para que le venda las divisas necesarias.  En otras palabras, son cuentas totalmente separadas y para funciones diferentes.

Todos los bancos centrales tienen necesidad de contar con reservas internacionales, que constituyen un respaldo fundamental del dinero en circulación.  Sin embargo, cuando el FMI le presta divisas a los bancos centrales, no lo consideran como parte de su reserva neta.  Más bien es una reserva bruta que tiene como contrapartida un pasivo con el FMI.  Por lo mismo, el Banco de México mantiene dos diferentes definiciones de reservas: sus reservas netas, que constituyen la totalidad de las divisas menos las obligaciones de corto plazo; y los activos internacionales netos, que concuerdan con la definición del FMI al no incluir los pasivos con este organismo.

Esto significa que de acuerdo a la definición propia del Banco de México (las reservas internacionales netas), las reservas disminuyen en tres mil millones de dólares.  Sin embargo, de acuerdo a la definición del FMI (los activos internacionales netos), las reservas quedan inalteradas.  Simplemente el Banco de México traslada dólares de su cuenta en Nueva York a la cuenta del FMI, cancelando el pasivo que existía.

Las reservas internacionales no constituyen patrimonio del gobierno federal, ni están disponibles para su uso.  Si el gobierno federal requiere divisas, tiene que entregar la cantidad equivalente de pesos al Banco de México para que éste le venda los dólares.  Por lo mismo, la critica de los diputados del PRD simplemente no cabe.

Todos los préstamos del FMI son a los bancos centrales, ya que la naturaleza del préstamo es para respaldar las reservas internacionales y evitar una crisis en la balanza de pagos.  Sin embargo, cuando se otorga ese préstamo, siempre se suscribe un convenio que compromete la política macroeconómica, tanto del Gobierno Federal como del Banco Central, ya que el FMI lo considera necesario para evitar una crisis externa.  El resultado es que queda limitado el campo de acción tanto del gobierno como de las autoridades monetarias.  Ahora, con la cancelación total de esta deuda, nuestro gobierno tendrá una mayor libertad para instrumentar una política económica diferente.  ¿No es esto lo que siempre ha pedido la izquierda en nuestro país?


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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