jueves, 31 de agosto de 2000

La Economía de Estados Unidos

 

Pulso Económico


La Economía de Estados Unidos


Por: Jonathan Heath


Una de las razones principales de nuestro auge económico es el dinamismo de la economía de Estados Unidos.  Si nuestro vecino se resfría, nosotros podríamos contraer pulmonía, por lo que su salud tiene que ser una de nuestras principales preocupaciones.

A partir de junio del año pasado, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó la tasa de fondos federales en un cuarto de punto porcentual, hemos estado muy atentos a las acciones de las autoridades monetarias norteamericanas.  Alan Greenspan ha buscado mantener el balance entre combatir las presiones inflacionarias y evitar una recesión.  Por lo mismo, en el transcurso del último año y medio ha aumentado la tasa en seis ocasiones.

El ciclo de expansión de la economía norteamericana tiene ya alrededor de nueve años sin interrupción y es uno de los periodos de crecimiento sostenido más prolongados de su historia.  Parte de la razón es que ha disfrutado de un aumento en la productividad sin precedente, como resultado de la revolución tecnológica actual.  Esto ha permitido que la economía siga creciendo con una disminución continua en los costos de producción y con una importante creación de empleos.

Los economistas de Estados Unidos estimaban que la actividad económica podría crecer sanamente a una tasa de 3 por ciento anual, ya que una tasa mayor podría inducir presiones inflacionarias como consecuencia de un sobrecalentamiento.  Sin embargo, la economía ha crecido a una tasa promedio superior al 3 por ciento durante los últimos ocho años y la inflación ha permanecido por debajo de 3 por ciento durante todo este tiempo.  Inclusive, el crecimiento ha superado 4 por ciento en cada uno de los últimos cuatro años, incluyendo el actual.  También se consideraba que la tasa de desempleo natural de una economía sana era de 5.5 por ciento, pero el desempleo ha sido menor a esta cifra durante los últimos cuatro años.

Esto ha provocado que los economistas planteen de nuevo sus concepciones sobre los límites de la economía.  Ahora parece posible crecer en forma sostenida a una tasa superior al 3 por ciento, a pleno desempleo y sin presiones inflacionarias.  De hecho, este año se estima que la economía puede crecer 5 por ciento, a pesar de los esfuerzos por desacelerarla.

Sin lugar a dudas, la expansión actual no hubiera sido posible sin los beneficios de la revolución tecnológica, que ha introducido enormes avances en la productividad media.  No obstante, muchos economistas estiman que tanto la política fiscal como la monetaria han jugado un papel muy importante.  El Presidente Ronald Reagan (1981-88) redujo los impuestos para estimular a la economía, pero dejó un déficit público sumamente elevado que parecía imposible de reducir.  Sin embargo, el Presidente Bill Clinton logró eliminarlo, produciendo un superávit a partir de 1998 y al mismo tiempo, sosteniendo el ritmo del crecimiento económico.

Sin embargo, ha sido Alan Greenspan, el Gobernador del Sistema de la Reserva Federal (el equivalente al Banco Central de Estados Unidos), a quien más se le reconoce por el éxito obtenido.  En lo que ha durado la expansión actual, la Reserva Federal ha pasado por dos periodos distintos de restricción monetaria.  El primer periodo empezó en febrero de 1994 y se caracterizó por siete incrementos en la tasa de fondos federales, que es el instrumento principal para controlar las presiones inflacionarias y moderar el ritmo de crecimiento de la economía.  Durante este periodo, se llevó la tasa de 3.0 por ciento hasta 6.0 por ciento en febrero de 1995.  El resultado fue una moderación en el ritmo de crecimiento, sin entrar en una recesión, lo que permitió mantener la inflación bajo control.

El segundo periodo de restricción empezó en junio del año pasado y sigue hasta el día de hoy.  Ha constado de seis incrementos en la tasa, de 4.75 hasta 6.5 por ciento en la actualidad.  En la última reunión de la Reserva Federal, que se llevó a cabo la semana pasada, se tomó la decisión de no aumentar más la tasa.  Según lo dicho, los datos recientes indican que la expansión de la demanda agregada está moderándose hacia un ritmo más cercano a lo que estiman es la tasa óptima.  Sin embargo, todavía no podemos decir que ya terminó el periodo de restricción, ya que las autoridades monetarias mantienen su preocupación por los riesgos latentes que podrían generar acentuadas presiones inflacionarias en el futuro previsible.

Por lo pronto, parece que la política monetaria funciona.  El consenso es que la economía se va a desacelerar a un ritmo de 3.1 por ciento el año entrante, que siendo menor al casi 5 por ciento que se estima para este año, sigue siendo una tasa aceptable.  Al mismo tiempo, se espera que la inflación de 2001 sea de 2.6 por ciento, ligeramente menor al pronostico de 3.2 por ciento para este año.  Esto significa que aunque los riesgos permanecen, el escenario de mayor probabilidad pinta muy bien tanto para Estados Unidos como para México.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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