Pulso Económico
La Política Laboral
Por: Jonathan Heath
Cada vez son más las empresas que se quejan de la escasez de mano de obra calificada. Los diversos indicadores de consumo, empleo, desempleo, salarios y costos laborales, confirman el hecho de que no existe la disponibilidad de mano de obra de otros tiempos. Esta situación hace necesario que el siguiente gobierno replantee su propuesta laboral.
Entre tantas cosas que prometió Vicente Fox, una de las más recordadas es la creación de un millón 350 mil empleos al año. Cuando Francisco Labastida se comprometió crear únicamente un millón de empleos, se desató un debate sobre cuál era la cantidad necesaria para la economía. Fox dijo que necesitábamos crecer al 7 por ciento justamente para crear más empleo, no solamente para los que ingresan al mercado laboral todos los años, sino también para disminuir el desempleo actual.
El problema del desempleo en México se agudizó a partir de la apertura comercial a mediados de la década pasada. Teníamos una economía que no crecía mucho y por lo tanto no generaba nuevas oportunidades de trabajo. Pero al mismo tiempo, la apertura forzó a muchas industrias a producir lo mismo con menos gente. Hubo un esfuerzo generalizado para disminuir el costo laboral unitario en las empresas, para enfrentar la competencia del exterior.
Por ejemplo, si observamos las estadísticas del INEGI sobre el número de personas que trabajaban en el sector manufacturero, encontramos que durante 70 meses consecutivos, entre junio de 1990 y abril de 1996, hubo una disminución sostenida. Obviamente la recesión de 1995 vino a empeorar el problema y en agosto de ese año la tasa de desempleo abierto llegó a su punto más alto desde que se llevan estas estadísticas.
El resultado fue un clamor entre la población por más y mejores empleos. Era común que alguien que perdiera su empleo tardara un buen rato antes de conseguir otro. Además de los efectos normales de una recesión, hubo ciertos sectores, como el sector bancario, que pasaron por una crisis francamente inusitada. Casi todos los bancos tuvieron que reducir drásticamente el número de empleados, lo que presentó problemas para que se absorbiera esta mano de obra en otros lugares.
Sin embargo, en el transcurso de los últimos años las circunstancias han cambiado. De haber experimentado la tasa de desempleo más elevada en la historia (del indicador), pasamos ahora a tener la tasa más baja. Con muy pocas excepciones, casi todos los sectores de la economía han recuperado con creces los puestos de trabajo que se perdieron a principios de la década pasada. Por ejemplo, la industria maquiladora de exportación ha más que duplicado el número de empleos que tenía en diciembre de 1994.
La semana pasada, el Director General de General Motors, Troy Clarke, declaró que la industria automotriz enfrenta una aguda escasez de personal. Este problema se presenta sobre todo con los técnicos y operadores calificados y ha ocasionado un alto nivel de rotación. El resultado es que los planes de crecimiento de la producción están altamente comprometidos. Todo indica que el mercado laboral se está convirtiendo en un verdadero cuello de botella para el crecimiento futuro.
Hasta ahora, Fox había prometido crecer al 7 por ciento para generar más empleo. Sin embargo, el problema ahora es que no hay suficientes personas, especialmente calificadas, para crecer a este ritmo. México todavía tiene abundancia de mano de obra no calificada. Sin embargo, será casi imposible generar fuentes de trabajo para este segmento sin contar con una mayor mano de obra calificada. Por lo mismo, el problema ya no es simplemente crear un millón 350 mil empleos al año, sino más bien capacitar a un mayor número de personas no calificadas. En otras palabras, el problema laboral ya no se limita al aspecto cuantitativo sino ahora es cualitativo.
Muchos analistas argumentan que el problema se podrá resolver con una reforma laboral, que permita mayor flexibilidad y disminuya el costo de crear un trabajo nuevo. La reforma ayudaría a aumentar la demanda de empleos, lo cual es importante. Pero el problema actual es de oferta, es decir, de transformar y capacitar a más personas.
Las mismas estadísticas nos dicen que la gran mayoría de los mexicanos tienen algún tipo de ocupación. Sin embargo, no todos gozan de los beneficios que marca la ley o las prestaciones básicas como seguro social y un fondo de retiro. Por lo mismo, ya no se trata de generar más empleos, sino de convertir los actuales en trabajo dignos.
Para satisfacer sus necesidades de mano de obra, se están contratando a personas que laboran en otros lugares, ofreciéndoles mejores salarios. Para disminuir la rotación de personal, las empresas están otorgando mayores aumentos salariales. Esto lo podemos observar en las estadísticas del INEGI: los establecimientos comerciales están otorgando incrementos mayores al 9 por ciento por encima de la inflación en sus remuneraciones, mientras que la industria manufacturera los está aumentando en 6 por ciento.
Al final de cuentas, la falta de mano de obra calificada repercute en un aumento del costo laboral unitario y disminuye la competitividad de las empresas. Al enfrentar mayores costos, las empresas lo trasladan al consumidor y crean presiones inflacionarias. Lo único que se logrará es una mayor inflación sin un aumento en el bienestar de la población.
Sin embargo, todavía hay gran cantidad de personas que viven con un salario de subsistencia, ya que su productividad es sumamente baja. La mayoría son personas que no pueden funcionar en un trabajo que demanda un mínimo de capacidad, ya que apenas saben leer y escribir. Nuestro mercado laboral sufre una dicotomía bien marcada: por un lado tenemos un exceso de mano de obra no calificada que difícilmente podrá encontrar un trabajo digno, mientras que por otro lado, sufrimos de una escasez de mano de obra calificada.
Esto significa que el enfoque principal ya no puede ser simplemente crecer para generar más empleos, sino capacitar y elevar el nivel educativo de la población para transformar a la inmensa parte de la población no calificada en mano de obra calificada o por lo menos semi-calificada. Si las estadísticas nos dicen que casi todos tienen trabajo, entonces el reto ahora es mejorarlos.
Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx
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