martes, 22 de agosto de 2000

El Tipo de Cambio y la Inflación

 

Pulso Económico


El Tipo de Cambio y la Inflación


Por: Jonathan Heath


La inflación de julio, medida a través del índice de precios al productor, fue apenas 0.03 por ciento, la tasa más baja que se haya observado en décadas.  El jueves de la semana pasada el tipo de cambio registró un nuevo mínimo para el año al cerrar en 9.1810 pesos por dólar.  Obviamente, existe una relación muy estrecha entre el tipo de cambio y la inflación.

El economista sueco Gustav Cassel, acuñó el término de la “paridad del poder adquisitivo” en 1918, al referirse al vínculo entre el tipo de cambio y la inflación.  A él se le acredita la formalización de la hipótesis que sostiene que los tipos de cambio deberían ajustarse proporcionalmente a la inflación de cada país.  Desde entonces, cuando el tipo de cambio de algún país no se considera realista, se ha recurrido a esta explicación.

Muchos analistas toman esta hipótesis como un absolutismo y argumentan que la variación del tipo de cambio debe reflejar siempre el diferencial de inflación entre México y el exterior.  Para ellos es inaceptable que crezca el déficit comercial o que los exportadores se enfrenten a un aumento en sus costos.  No importa que el régimen cambiario sea de una flotación que refleje las condiciones del mercado.  Ellos piden a gritos que se devalúe la moneda y que el Banco de México alcance un equilibrio entre la lucha contra la inflación y la lucha contra el déficit comercial.

Sin embargo, la hipótesis de la paridad del poder adquisitivo (PPA) no fue elaborada como una teoría para determinar el valor ideal del tipo de cambio.  Inclusive, ni siquiera marcaba una dirección de causalidad entre el tipo de cambio y la inflación.  Tal y como se formuló originalmente, esta hipótesis es consistente con una doble causalidad, es decir, que el tipo de cambio se ajuste al diferencial de inflación, al mismo tiempo que la inflación es susceptible a variaciones en el tipo de cambio.  La hipótesis de la PPA era una teoría sobre la relación entre las dos variables y no un modelo para la determinación ya sea de la inflación o del tipo de cambio.

En otras palabras, lo que dice esta teoría es que un diferencial positivo de inflación va a influir en una depreciación del tipo de cambio, pero también una apreciación del tipo de cambio va a reducir el diferencial de inflación.  Esto significa que si existe una mayor oferta de dólares en relación con la demanda, el tipo de cambio se apreciará y la inflación disminuirá.  Esto es justamente lo que ha pasado con el tipo de cambio y la inflación en el transcurso del último año.

Sin embargo, con el tiempo se modificó el sentido original de la PPA, a tal grado que muchos empezaron a aceptan que si existe mayor inflación en un país, tarde o temprano el tipo de cambio terminará por nivelarse, como una teoría de la determinación del tipo de cambio.  A través del tiempo, diferentes autores han considerado a la PPA como una identidad, una verdad absoluta, una relación empírica o una simplificación absurda.

Sin lugar a dudas, la teoría es controversial.  Mientras que la aplicación estricta ha demostrado estar visiblemente equivocada y la evidencia empírica muy escasa, aúun es utilizada como una de las principales explicaciones del tipo de cambio.  Sin embargo, habría que admitir que bajo ciertas circunstancias, la teoría provee una explicación útil, aunque no exacta y definitivamente incompleta, del comportamiento del tipo de cambio en el largo plazo.

Muchos piensan que la moneda mexicana se encuentra sobrevaluada, dado que no se ha compensado el diferencial acumulado de la inflación de los últimos cinco años.  Por lo mismo, anticipan la necesidad de una corrección importante en el tipo de cambio.  Sin embargo, podemos utilizar la misma teoría para explicar la apreciación cambiaria de los últimos años.  Después de la devaluación de 1994, que fue sustancialmente mayor a lo que se estimaba necesario, el tipo de cambio se ha ajustado de tal forma que hemos regresado a una paridad similar a la que existió en 1992.  ¿Por qué hemos de suponer que la teoría justifica una corrección en la actualidad y no sirve para explicar el movimiento en el tipo de cambio en los últimos años?  ¿Cómo sabemos que el nivel de equilibrio o el tipo de cambio teórico correcto no es el de ahora?  La verdad es que la teoría funciona para explicar movimientos cambiarios, más no nos dice nada acerca de cuál debería ser el tipo de cambio ideal.

Al igual que esta teoría puede explicar la tendencia del tipo de cambio como resultado de la inflación, también existen teorías que anticipan desviaciones sistemáticas de la PPA.  Por ejemplo, si existe un diferencial en la productividad entre dos países, habrá un cambio en el tipo de cambio real, es decir, en su nivel de competitividad.  Cuando un país pasa por un cambio estructural importante que provoca un aumento sustancial en la productividad, como podría ser una apertura comercial, el tipo de cambio real de equilibrio tiene que ser diferente al que existía antes.

Esto es justamente lo que pasó en México.  La apertura comercial que empezó hace 15 años, combinada con las reformas de la última década, provocó que aumentara la competitividad y productividad de la base industrial del país.  Seguramente la apreciación cambiaria de principios de los noventa fue el resultado de la mayor eficiencia de la economía, proceso que fue interrumpido por la devaluación de 1994.  Si esto fuera cierto, significa que la devaluación no fue producto de una sobrevaluación importante de los años anteriores, sino consecuencia de la desconfianza provocada por la administración salinista en acciones como la emisión de Tesobonos.

Esta hipótesis nos lleva a la conclusión de que la apreciación cambiaria de los últimos años fue consecuencia de una devaluación demasiada elevada.  Esto significaría que el año base que habríamos de considerar para el cálculo de la PPA no es 1985, 1990 o cualquier otro año que nos lleva a estimar una sobrevaluación en la actualidad.  Más bien, podríamos pensar que el año base es 1992 o 1993.  Si este fuera el caso, el tipo de cambio de ahora está relativamente bien valuado.

En lo personal, no comulgo con la teoría de la PPA.  Sin embargo, es tema de reflexión para los que piensan que es casi la verdad absoluta.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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