martes, 18 de julio de 2000

¿A Quiénes les Damos las Gracias?

 

Pulso Económico


¿A Quiénes les Damos las Gracias?


Por: Jonathan Heath


Casi todo México celebra los comicios del pasado 2 de julio, por su limpieza, la civilidad mostrada y el resultado.  Aunque el cambio nos pertenece a todos, hubo ciertas personas que jugaron un papel clave en este evento histórico.

Ahora que por fin se acabó el monopolio de la Presidencia, muchos han querido colgarse la medalla al mérito.  En estas dos semanas, hemos oído mencionar a Vicente Fox, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y hasta a Ernesto Zedillo.  ¿Pero realmente quiénes son los que la merecen?  De una forma u otra, fueron muchos los que participaron en esta batalla y la lista es larga.

Muchos definen las elecciones de 1988 como el momento crítico, cuando las corrientes opositoras empezaron a tomar fuerza.  Antes de ese momento había oposición, pero se encontraba aislada, fragmentada y hasta confundida en cuanto a cómo organizarse.  Sin embargo, la crisis económica-financiera de 1982 y el estancamiento consecuente que perduró casi toda la década, fue uno de los elementos catalizadores.  México no había sufrido una recesión en casi cinco décadas hasta que los errores de la política económica de López Portillo llevaron al país al desastre.

Fue tan grave y profunda la crisis de los ochenta, que el equipo de economistas que colaboró con Miguel de la Madrid no encontró la forma de resucitar la economía.  El resultado fue una década perdida en términos de crecimiento económico y retroceso profundo en el poder adquisitivo de la mayoría de la población.

Hasta entonces el sistema político había funcionado muy bien.  De una forma u otra, el crecimiento daba algo para todos y el PRI sabía cómo repartir los beneficios entre la élite.  Sin embargo, la crisis de los ochenta empezó a resquebrajar al sistema y tuvo que modificar su modus operandi.  Muchos políticos quedaron fuera de la jugada ante los esfuerzos por reducir el tamaño del gobierno y terminaron por frustrarse.  Además veían el camino que tomaba el gobierno como equivocado.

Cuando finalmente el PRI se inclinó por Carlos Salinas, quien representaba la continuidad de la política económica iniciada con De la Madrid, se dio un éxodo de políticos del partido en el poder y se formó un frente común opositor, destacándose Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.  Después de las elecciones más fraudulentas en la historia del país, nació el PRD con el propósito fundamental de derrocar al PRI.

Sin embargo, el PRD no fue la única fuerza opositora de importancia que empezó a tomar fuerza hace doce años.  También había que recordar los esfuerzos de Manuel Clouthier, quien casi singularmente transformó al PAN de un partido de oposición contento con su mediocridad, a un partido mucho más activo en el cambio.  Entre otros méritos, Clouthier fue quien invitó a Vicente Fox a involucrarse en la lucha política.

Los eventos ocurridos en torno a las elecciones de 1988 fueron obscuros y vergonzosos.  No solamente el fraude preparado por el PRI y la famosa caída del sistema, sino además los arreglos postelectorales que permitieron a Salinas asumir el poder.  Quizá nunca sabremos la verdad.

El éxito inicial del sexenio de Salinas casi terminó con los esfuerzos de Cárdenas y Clouthier posteriores a las elecciones de 1988.  Parecía que Salinas había encontrado el camino de la reivindicación a través de las reformas estructurales y la apertura comercial.  Sin embargo, mientras que el PAN buscaba la gobernabilidad a través de las concertacesiones, el PRD presionó lo suficiente para lograr cuatro reformas electorales cuya suma dio un avance sólido hacia la equidad y limpieza electorales.

Al final de cuentas, siempre fueron las crisis financieras electorales las que revitalizaban las fuerzas opositoras cuando el PRI parecía remontarse y recobrar su fuerza.  De nuevo los múltiples errores de política económica del equipo de colaboradores de Salinas llevaron a la devaluación de 1994 y al surgimiento de Vicente Fox como vocero importante de la necesidad del cambio.

Sin embargo, la fórmula del PRI para atender las emergencias económicas siempre había funcionado.  En vez de corregir sus errores antes de las elecciones y sufrir las consecuencias en las urnas, prefería tapar los problemas con medidas temporales (como por ejemplo, los Tesobonos) hasta después de las elecciones.  De esta manera tenía seis años para reponer el daño antes de volver a tener una contienda electoral.  El gobierno de Zedillo logró sacar a la economía de la recesión de 1995 y produjo un crecimiento sostenido de 5 por ciento en los siguientes cinco años.  ¿Por qué falló esta vez?

Primeramente, la acumulación de tantas crisis a través de los años ayudó a incrementar el voto anti-PRI.  Segundo, cuando todavía estaba fresca la memoria de la debacle de 1995, en las elecciones de 1997 el PRI perdió alrededor de 12 puntos porcentuales con respecto a las elecciones anteriores.  Tercero, cuando la población empezaba a olvidarse de la recesión, el gobierno les dio Fobaproa para que recordaran la corrupción e ineptitud.

Cuarto, surgió un candidato fuerte con la visión suficiente para unificar el voto de la oposición.  En estas elecciones el PRI perdió un poco más de 2 puntos porcentuales del voto con respecto a 1997, lo que demuestra que realmente no aumentó mucho el voto anti-PRI en los últimos tres años.  Sin embargo, el PRD perdió casi 10 puntos dado que Vicente Fox los pudo convencer de ejercer el voto útil.

No hay duda de que fueron decisivos el carácter y perseverancia de Vicente Fox.  Inició su campaña con una mentalidad ganadora y convenció a la población que él era el indicado para iniciar el verdadero cambio.  Sin embargo, también hay que reconocer que Fox aprovechó el largo camino trazado por la oposición en el transcurso de los últimos doce años.  Fueron claves las reformas electorales que permitieron la cuidadanización del IFE como canal para minimizar las posibilidades del fraude.

Por último habría que reconocer la valentía de Ernesto Zedillo en poner por delante los intereses del país.  Parece poco, pero ha sido el único Presidente en mucho tiempo que entendió que la labor del Presidente es velar primero por la nación y todos los mexicanos, antes que por su partido.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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