Pulso Económico
El Tipo de Cambio
Por: Jonathan Heath®
Cuando el tipo de cambio interbancario llegó a 9.991 el jueves pasado, se desató el nerviosismo. Mientras algunos pensaban que era apenas el principio de una depreciación mayor, otros empezaron a hacer comparaciones con 1994. Sin embargo, no hubo suficiente demanda para sostener el precio en esos niveles y ayer regresó a 9.795 pesos por dólar.
¿Cuál debería ser el valor del tipo de cambio? Existen dos escuelas de pensamiento. La primera sostiene que el tipo de cambio real de equilibrio es constante a través del tiempo, es decir, que el que se necesitaba para equilibrar el mercado hace diez años es igual al de ahora. Por lo tanto, el tipo de cambio correcto se puede calcular a través del diferencial de inflación entre México y el exterior.
Esta teoría dice que tarde o temprano el tipo de cambio se va a mover de tal forma que refleje la mayor inflación de nuestro país. Esto significa que cualquier desviación hoy con respecto al que se puede calcular como el teórico, representa una sobre o subvaluación. Lo único que resta es saber en qué año del pasado se observó el tipo de cambio “correcto” para realizar este cálculo. Los defensores de esta teoría admiten que su punto débil es que no se sabe con exactitud cuál es el año base que se debe tomar. Esta escuela domina en el mundo empresarial y es utilizada comúnmente por la mayoría de los analistas. Sin embargo, se le considera como una visión parcial ya que se limita a los precios de los bienes comerciables, sin considerar el papel que juegan los movimientos de capital.
La segunda escuela de pensamiento argumenta que el tipo de cambio real de equilibrio no es constante a través del tiempo, sino que depende de las circunstancias del momento. Dado que no lo podemos calcular a través de una fórmula simple, la mejor aproximación será permitir que la libre interacción de la oferta y la demanda determinen el tipo de cambio en cualquier momento y después asegurar que no existe impedimento para que se pueda ajustar ante cualquier cambio en el entorno. Esta teoría excluye el concepto de sub o sobrevaluación, siempre y cuando exista una verdadera flexibilidad (flotación) en el mercado cambiario.
Aunque la primera escuela puede presumir de un porcentaje preciso de sobrevaluación en cualquier momento, no sirve mucho para explicar las variaciones en el corto plazo. Si esta teoría fuera certera, deberíamos estar frente a una depreciación permanente del tipo de cambio, es decir, debería estar aumentando hasta llegar a su nivel correcto. Sin embargo, al observar el tipo de cambio diario nos podemos percatar que la realidad no es así. Más bien lo que determina el tipo de cambio es la interacción de la oferta y la demanda.
Para el grueso de las operaciones diarias en el mercado cambiario existe una oferta y una demanda muy estables. Estas se realizan como consecuencia de las exportaciones e importaciones de bienes y servicios, al igual que los pagos de interés, amortizaciones, remesas de dinero de los braceros, inversiones directas y demás operaciones que involucran dólares. Como resultado, el tipo de cambio presenta estabilidad la mayoría del tiempo.
Las variaciones bruscas resultan de cambio en la oferta y la demanda del dólar. Cuando suceden movimientos abruptos como la semana pasada, debemos buscar factores o noticias que hayan inducido un aumento en la demanda (o disminución en la oferta). Cuando estos factores son noticias políticas, normalmente causan un poco de nerviosismo que termina por incrementar la demanda. Sin embargo, a no ser que sea una noticia realmente transcendental, termina por ser un aumento temporal y al poco tiempo se vuelve a apreciar el tipo de cambio.
En muchas ocasiones resulta que el mercado está nervioso porque piensa que el tipo de cambio está sobrevaluado o porque habrá un ajuste en el futuro inmediato. En estos casos se puede decir que el mercado busca pretextos para justificarse. La semana pasada se tomaron las declaraciones de Labastida como pretexto, siendo que esperábamos una poca más de volatilidad al acercarse la fecha de las elecciones. Sin embargo, sería hasta ingenuo pensar que las declaraciones de un candidato por si solas serían suficientes para mover en forma permanente el tipo de cambio.
La diferencia entre un ajuste permanente y una burbuja temporal radica en la naturaleza de la noticia o factor que motivó el movimiento. En la mayoría de los casos observamos fluctuaciones diarias como resultado de operaciones que no son exactamente iguales todos los días. Por ejemplo, puede ser que una empresa como Cemex o Alfa decida acudir al mercado para comprar una gran cantidad de dólares para realizar un pago especial al exterior. Resulta que este tipo de operaciones no es tan común y por lo mismo, existe un exceso de demanda que se refleja en el tipo de cambio. Sin embargo, ya terminada la operación desaparece la demanda excesiva y el tipo de cambio vuelve a bajar.
Los ajustes permanentes tienen que ver más con la tendencia de las operaciones a través del tiempo. Si existe un aumento sostenible en la actividad económica que requiere un número mayor de importaciones o bien, una desaceleración en la economía norteamericana que reduce la demanda de nuestras exportaciones, deberíamos observar un aumento permanente en el tipo de cambio. Sin embargo, estas modificaciones en las tendencias suelen inducir cambios graduales en el precio del dólar y no necesariamente movimientos abruptos.
Los ajustes permanentes y abruptos en el tipo de cambio suelen estar relacionados con los flujos de capital. Aunque existe constancia en ciertos flujos de capital, como por ejemplo, en la inversión extranjera directa, en general no son operaciones que tengan la misma estabilidad que el comercio exterior de bienes y servicios. Sin embargo, una salida de capital de inversión extranjera no necesariamente debe considerarse como permanente, ya que podría regresar después de despejarse las dudas. Esto fue lo que pasó en 1998. Es muy factible que esté ocurriendo ahora. Si fuera el caso, esto significaría que el tipo de cambio debería volver a apreciarse pronto.
Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx
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