martes, 23 de mayo de 2000

El Corto

 

Pulso Económico


El Corto


Por: Jonathan Heath®


El Banco de México anunció la semana pasada un incremento en el “corto”, con el fin de fortalecer su postura restrictiva de la política monetaria y así contrarrestar los factores que podrían poner en riesgo el abatimiento de la inflación.  No obstante el uso intensivo de esta política, muchas personas siguen sin entender bien a bien cómo funciona.

Con este año, la política de cortos inicia su sexto año de operación y se ha consolidado como el instrumento principal para inducir un sesgo a la política monetaria.  Sin embargo, a la fecha predominan concepciones equivocadas sobre su operación y sus efectos.  Está falta de entendimiento no se limita a personas ajenas a los temas económicos y financieros, sino también incluye a muchos iniciados.  En este tema no podemos culpar exclusivamente al Banco de México por una falla en su comunicación.  Debemos admitir que los mismos medios de comunicación no han hecho su tarea de investigar y reportar bien su funcionamiento.

Entre los errores de apreciación más comunes se encuentra el de considerar al corto como un retiro de dinero de la circulación.  Por ejemplo, al día siguiente del anuncio, uno de los periódicos de mayor circulación y que presume de un manejo predominante de temas financieros, reporta en primera plana que el Banco de México retirará cada día 200 millones de pesos del circulante.  El mismo día, el Director General de otro periódico similar dice lo mismo en su comentario diario en radio.  Sin embargo, el Banco Central siempre proporciona el crédito suficiente para atender plenamente la demanda de billetes y moneda, incluso cuando esta en vigor el “corto”.

¿Cómo funciona esta política?  En la última semana recibí muchos correos electrónicos con preguntas muy similares, por lo cual intentaré responder por esta vía.

La gran mayoría de las operaciones de efectivo se hace a través de los bancos.  Si a una persona o empresa le sobra dinero, por lo regular lo deposita en un banco y si le falta acude al banco para hacer un retiro.  En sus operaciones diarias para satisfacer a su público, los bancos también tendrán faltantes y sobrantes, por lo que existe un mercado interbancario, es decir, entre los mismos bancos se cubren los faltantes de unos con los sobrantes de otros.

En este mercado interviene el Banco de México como regulador de efectivo para asegurar que la demanda global sea igual a la oferta.  Para este fin, calcula la demanda día a día y a través de una subasta diaria, inyecta o retira dinero para asegurar que no haya faltante o sobrante.  Para ayudar a que el mercado funcione eficazmente, el Banco Central permite que los bancos depositen o giren dinero diariamente a través de una cuenta en el instituto central.

Todas las tardes, después de haber realizado las operaciones del día, los bancos conocen el saldo preliminar de cierre de sus cuentas con el Banco de México.  A partir de ese momento, se permite a los bancos realizar transferencias de fondos entre ellos, con el fin de cubrir la mayoría de sus faltantes con los sobrantes de otros bancos y no con un sobregiro con el Banco Central.

Para este propósito, el Banco de México sostiene una política que castiga cualquier saldo que a través del tiempo no sea igual a cero.  Cada 28 días, el instituto central calcula el saldo acumulado que tiene cada banco en su cuenta.  Si es a favor del banco, es decir, existe un saldo positivo depositado en el Banco Central, éste le da las gracias pero nada más a cambio.  Obviamente, no le conviene a ningún banco depositar en forma continua sus sobrantes en el Banco de México, ya que no recibe intereses.  Más bien, busca depositar este dinero en cualquier otro banco mediante el mercado interbancario.

Igual sucede cuando un banco tiene un sobregiro acumulado, es decir, que el promedio total de sus depósitos y giros en un periodo de 28 días sea a favor del Banco Central.  En este caso, las autoridades monetarias le cobran una tasa de interés muy elevada, equivalente a la tasa de Cetes a 28 días multiplicado por dos, para que el banco prefiera cubrir sus faltantes con los otros bancos.  De esta forma, a todos los bancos les conviene mantener un saldo promedio de cero en sus cuentas con el instituto central.

La mayoría de los bancos centrales en todos los países que sostienen regímenes cambiarios similares, acomoda la oferta de dinero para asegurar que sea igual a la demanda.  Cuando percibe que la demanda es excesiva, busca disminuirla a través de un aumento en la tasa de interés.  Por ejemplo, la Reserva Federal de Estados Unidos establece la tasa que utiliza en sus operaciones interbancarias, llamada la tasa de fondos federales.  En el caso de México, en vez de establecer directamente la tasa interbancaria, el Banco de México busca influir indirectamente en la tasa a través de ciertas señales.  Este es precisamente el caso de los “cortos”.

Cuando el Banco Central quiere inducir hacia arriba la tasa de interés, establece un “corto”, que consiste en abastecer al mercado interbancario vía el mecanismo normal un monto ligeramente menor a la demanda estimada.  De esta forma obliga a los bancos a sobregirarse con el Banco Central por la cantidad faltante y a pagar una tasa de Cetes por dos.  Dado que a ningún banco le conviene quedarse con este sobregiro, están dispuestos a pedirle prestado a los otros bancos, aunque sea a una tasa mayor al mercado, con tal de no quedarse cortos.  Este mecanismo es lo que presiona al alza la tasa de interés.

En ningún momento se establece un retiro de dinero de la circulación.  Todos los bancos están obligados a satisfacer las demandas de liquidez de sus clientes.  Si en un momento dado a un banco le falta liquidez, acude ya sea a los otros bancos o al Banco de México para cubrirlo a través del mercado interbancario.  Si realiza esta práctica continuamente, terminará por acumular un saldo en su contra y pagará una tasa mayor.

Dado que el monto del corto es muy pequeño (apenas 0.13 por ciento de la base monetaria), es muy difícil pensar que su aplicación ejerce una gran presión sobre las tasas.  Más bien, termina únicamente por emitir una señal de restricción, la cual interpretan los bancos como una intención firme de limitar la demanda de dinero y evitar las presiones inflacionarias.



Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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