martes, 22 de febrero de 2000

Algunas Puntualizaciones

Pulso Económico


Algunas Puntualizaciones


Por: Jonathan Heath®


Todos los domingos, el vocero de la Secretaría de Hacienda emite un boletín de prensa con los resultados más relevantes en materia económica de la semana anterior y algunas puntualizaciones sobre algún tema en especial.  En esta ocasión vale la pena hacer algunas puntualizaciones sobre sus puntualizaciones.

La semana pasada, el INEGI dio a conocer la tasa de crecimiento de la actividad económica del año pasado, que fue 3.7 por ciento.  Esto implicó que el PIB aumentó 5.2 por ciento en el último trimestre del año y que el promedio del crecimiento económico de los últimos cuatro años es 5.1 por ciento, lo cual concuerda con la meta del Presidente Zedillo de lograr un promedio de 5 por ciento o más en sus últimos años.

No obstante los buenos resultados, la Secretaría de Hacienda consideró oportuno aclarar que este crecimiento se caracteriza por una mayor calidad y sustentabilidad que el de periodos anteriores.  La base de su argumentación radica en seis puntualizaciones: (1) la mayor generación de empleos formales; (2) la mejoría gradual que se ha dado en las percepciones salariales; (3) el hecho de que el financiamiento ha sido con una mayor proporción de recursos propios; (4) la naturaleza de los recursos externos es de mayor plazo y menor volatilidad; (5) no se ha creado un déficit demasiado elevado con el exterior; y (6) se han diversificado las exportaciones.  Según el vocero, este crecimiento con calidad es resultado de la nueva visión del Estado Mexicano como rector de la economía y del renovado papel de los sectores público, privado y social en la promoción del desarrollo.

No hay duda de que existen avances sólidos en materia macroeconómica comparado con el gobierno anterior.  Sin embargo, vale la pena aclarar algunas de estas puntualizaciones, que llevan demasiada agua a su molino.  De entrada, no queda claro en el boletín de prensa si la nueva visión del Estado es a partir de este sexenio y por lo tanto, el vocero busca enaltecer al gobierno actual, o si considera la visión actual como una continuación de la que inició Carlos Salinas el sexenio pasado.  Por la redacción, uno pensaría que el gobierno de Ernesto Zedillo busca distanciarse del anterior a través de esta afirmación de haber obtenido un crecimiento de mayor calidad.

El incremento en la actividad económica de ahora está produciendo una mayor generación de empleos.  La apertura comercial ha provocado un aumento importante en las exportaciones, que a su vez emplea más mano de obra.  Una buena parte de la explicación se debe a que ahora tenemos una base industrial eficiente, capaz de competir al tu por tu con el resto del mundo.  Sin embargo, para obtener esta eficiencia tuvimos que pasar primero por una etapa importante y costosa de incrementar la productividad.  Esto implicó una mortandad elevada de empresas ineficientes y un esfuerzo por producir más (o por lo menos lo mismo) con menos mano de obra.

Si bien ahora crecemos a tasas superiores y se crean más empleos, es gracias a la etapa anterior, tan costosa y criticada.  En otras palabras, si el crecimiento actual genera un mayor número de empleos, no se debe a una nueva visión de Estado que surge a partir de este sexenio, sino al sacrificio realizado durante el sexenio anterior.

Este comentario simplemente apunta que habría que tener cuidado de darle el crédito a quien lo merece.  Sin embargo, la segunda puntualización es realmente grave y es en torno al comentario del vocero de que el salario promedio de los derechohabientes del Seguro Social ha ido en aumento en términos del salario mínimo.  Se presume que ha disminuido el estrato de la población que recibe ingresos menores a dos salarios mínimos.  Mientras que ahora el 46.7 por ciento de los derechohabientes ganan más de dos salarios mínimos, en 1989 esta proporción era apenas 28.6 por ciento.

Podrá ser cierta la afirmación anterior, pero es mucho más el resultado de la merma tan exagerada del poder adquisitivo del salario mínimo, lo cual no es de presumir, que de una mejora en las percepciones de los asegurados.  En forma sistemática, el gobierno ha negociado aumentos en el salario mínimo por debajo de la inflación, de tal forma que su poder adquisitivo es hoy apenas una fracción de lo que fue hace diez años.  Es tan bajo el salario mínimo, que se dejó de cumplir lo estipulado en el artículo 123, fracción VI, que sostiene que debería ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia.  Ha sido tal la merma, que el salario mínimo de facto es hoy superior al salario mínimo legal.  Mucha gente ha dejado de trabajar por un salario mínimo simplemente porque ni siquiera vale la pena.  Una persona que gana hoy tres salarios mínimos, todavía tiene menor poder adquisitivo que un salario mínimo de hace más de diez años.

Por lo mismo, no se vale hablar de una mejoría en las percepciones salariales a través de las comparaciones con el salario mínimo.  A través de los múltiples intentos por estabilizar la economía y producir un crecimiento sostenido, los más sacrificados han sido los trabajadores.  Desgraciadamente, la indexación del salario mínimo con la inflación fue una relación legal perversa que terminó por perjudicar al que buscaba proteger más.  Difícilmente se podría reducir la inflación sin romper con la relación tan marcada que existía entre ambas.  Sin embargo, no era políticamente viable modificar la Constitución para imponer la lógica económica.  El resultado fue que se tuvo que hacer caso omiso a la Constitución.  Esto es un aspecto sumamente oscuro de los últimos gobiernos.  ¿Acaso es un orgullo violar la Constitución?

Lo anterior no descalifica el comentario general del vocero.  Muchos aspectos de la macroeconomía se encuentran hoy en una situación muy superior a la de hace seis años.  Era imposible pensar que podríamos crecer en forma sostenida y con beneficios para la mayoría con los desequilibrios externos que teníamos.  Se han llevado a cabo numerosas reformas y cambios estructurales que implicaron costos elevados y ya es tiempo de empezar a ver resultados.  Gracias a los sacrificios, el crecimiento de ahora empieza ser de mayor calidad.  Ahora el reto es sostenerlo.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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