Pulso Económico
La SHyCP dio a conocer el martes pasado la suscripción de un nuevo acuerdo de Facilidad Ampliada con el FMI, con el que se completa un paquete de contingencia financiera de 23.7 mmd para hacer frente al último año del sexenio. ¿Será suficiente para ahora si evitar la maldición de las crisis sexenales?
A pesar de que la economía mexicana tiene buenos fundamentos macroeconómicos, existe todavía la posibilidad de una nueva crisis sexenal. La política económica ha logrado incrementar el ahorro interno, reducir el déficit externo, casi equilibrar las finanzas públicas y evitar una sobrevaluación sistemática del tipo de cambio. Todo esto es necesario más no suficiente. Con todo y los buenos esfuerzos, todavía falta fortalecer la credibilidad y confianza en el gobierno. De lo contrario, habrá una salida masiva de capitales el año entrante cuando muchos corran a proteger su patrimonio.
Difícilmente hay un empresario que no piense cubrirse del riesgo cambiario en el transcurso del año entrante. Muchos dicen que no les importa lo que diga la macroeconomía, pero ya no están dispuestos a jugarse su patrimonio una vez más. Esto significa que pudiéramos tener una crisis autorrealizable, es decir, que sea provocada por el simple miedo de que pudiera existir.
Sin embargo, ni siquiera hace falta una salida masiva de capitales para provocar una situación de crisis. Si los inversionistas extranjeros, que este año calculan ingresar cerca de 10 mmd al país, deciden adoptar una actitud cautelosa el año entrante, podría darse un paro repentino en los flujos de capital. Dado que la balanza de pagos es un concepto de flujo, sin flujo podría darse una crisis externa.
Esta situación no es desconocida para el gobierno. Sabe que a pesar de sus esfuerzos por evitar una crisis, si no hay credibilidad existirá esta posibilidad. Por lo mismo, no es suficiente un buen manejo de la política económica: necesita además crear un blindaje a prueba de salidas de capital. En otras palabras, las autoridades deben planear la política económica como si fuera un hecho que van a producirse salidas de capital. De esta forma, si las hay ya está contemplado; si no las hay, simplemente no pasa nada.
Este es el sentido de la noticia del Programa de Fortalecimiento Financiero, que consiste en una serie apoyos de contingencia por un total de 23.7 mmd. Si analizamos el estado actual de la balanza de pagos, el perfil de amortización y los demás aspectos relevantes de la economía, encontraremos que no es necesario contar con un apoyo extraordinario. En cambio, si analizamos nuestra historia de los últimos 25 años, queda claro que el gobierno está haciendo lo prudente.
Al examinar las partes encontramos que hay muy poco nuevo. Ya sabíamos que el gobierno estaba negociando una nueva facilidad con el FMI. Muchos esperaban que el Banco Mundial, el BID y el EXIMbank nos apoyaran con créditos frescos, tal y como lo hacen todos los años. También era conocida la existencia del arreglo entre bancos centrales bajo el marco del TLC para apoyos mutuos. Lo novedoso más bien es el todo, que es más que la simple suma de las partes. Lo que nos está diciendo el gobierno es que si alguien tiene dudas acerca de la viabilidad económica del año entrante, tranquilamente puede sacar su dinero del país. No es necesario dejarlo aquí para evitar una crisis. Aunque muchos desconfían del gobierno y prefieren protegerse, no causará ningún calambre.
En 19
82, el Presidente José López Portillo dijo en su Sexto Informe al Congreso de la Unión, “ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”, queriendo culpar a los mexicanos que buscaban proteger su patrimonio de los errores del gobierno. Ahora parece que las autoridades están reconociendo que esos errores son propios.
Realmente éste es el meollo del asunto. El gobierno prepara el camino para aguantar lo peor, para minimizar cualquier daño que pudiera causar la incertidumbre típica de fin de sexenio. No solamente promete llevar a cabo políticas monetaria y fiscal prudentes, sino que está realizando una doble cobertura. Esto es exactamente lo que tiene que hacer.
El gobierno sabe bien que tiene que llevar a cabo esta doble cobertura porque los mexicanos jamás perdonarían otra crisis que mermara todavía más su poder adquisitivo. Todos recuerdan las grandes promesas de Salinas de que pronto perteneceríamos al primer mundo. A nadie se le olvida la grandeza de Aspe cuando presumía que había erradicado la inflación. Por lo mismo, Zedillo no puede quedarse a nivel de promesa y exigir confianza al pueblo. Sabe bien que tiene que demostrarse en los hechos. Esta vez no solamente nadie lo perdonaría, sino que además podría estar en juego la viabilidad misma del país.
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