jueves, 3 de junio de 1999

El Déficit Externo

 

Pulso Económico


El Déficit Externo


Por: Jonathan Heath


El Banco de México dio a conocer el martes pasado el saldo de la cuenta corriente para el primer trimestre de este año.  En principio, parece señalar que no hay presiones del exterior y que pudiéramos estar tranquilos.  Sin embargo, no es el monto lo que deberíamos observar, sino las implicaciones hacia adelante.

Durante el primer trimestre de 1999 la cuenta corriente de la balanza de pagos arrojó un saldo deficitario de 2,920 millones de dólares, que es el más reducido desde el tercer trimestre de 1997.  Este monto representa 2.4 por ciento del PIB, lo cual es una proporción muy sana y la más baja desde el segundo trimestre de 1997.

Por lo mismo, muchos analistas se apresuraron a señalar que esta cifra da tranquilidad respecto a la suerte del sector externo en lo que resta del año y en el siguiente.  Dicen que la cifra dada a conocer es consistente con un déficit de 13,791 millones de dólares para el año, que es el consenso de los analistas de la encuesta que realiza el Banco de México.  Pero todavía más importante, es que el déficit de este año se puede financiar con relativa tranquilidad.

Sin embargo, puede ser un poco prematuro cantar victoria en el sentido de que no vamos a tener un déficit externo perjudicial el año entrante.  La cifra en sí es buena, pero hay factores que podrían incrementarlo rápidamente.  En muchas ocasiones hemos visto que el déficit se puede multiplicar por dos de un año a otro.

Primeramente, debemos tomar en cuenta el factor estacional excluyendo los años atípicos, es decir, veamos cuánto suele ser la proporción del primer trimestre del déficit total del año, sin incluir los años con devaluaciones bruscas o superávit.  Resulta que en años normales, el déficit del primer trimestre es alrededor de 74 por ciento del total del año.  Esto significa que si este trimestre fue de 2.4 por ciento del PIB, la cifra es consistente con un déficit de 3.2 por ciento para el año.  En otras palabras, bajo circunstancias típicas podríamos esperar un déficit de 14.2 mil millones de dólares para el año.

Segundo, deberíamos preguntarnos qué tan típico es este año.  Tuvimos una desaceleración importante en la actividad económica y una depreciación sustancial en el tipo de cambio a partir del último trimestre del año pasado.  Estos dos factores contribuyeron en forma contundente a disminuir el déficit externo.  Sin lugar a dudas, la desaceleración continuó en el primer trimestre de este año cuando el PIB creció apenas 1.9 por ciento.  No obstante, la evidencia apunta a que se tocó fondo y a partir del segundo trimestre deberíamos observar un pequeño repunte en la actividad económica. Además, el tipo de cambio se ha apreciado bastante, revirtiendo la tendencia observada entre agosto y enero pasados.

Tanto la recuperación de la actividad económica como la apreciación del tipo de cambio deberán incrementar de nuevo la demanda de importaciones.  De hecho, ya se observa una recuperación en las importaciones de los bienes de capital (desde febrero) y de consumo (desde abril).  Por lo mismo, deberíamos considerar el cálculo de un déficit en cuenta corriente de 3.2 por ciento del PIB como un piso para el año.  Lo más seguro es que sea mayor.

Habría que matizar el efecto de la recuperación sobre el déficit para este año.  Aun suponiendo que la economía crezca más en la segunda mitad del año, es posible establecer un techo razonable de 3.6 por ciento del PIB, cifra que representaría volver a tener un déficit de 15.8 mil millones de dólares en el año.  La razón estriba en que existen rezagos naturales entre el momento en que el tipo de cambio se aprecia y que tenga un efecto importante sobre la demanda de importaciones.  La diferencia entre el piso y el techo es de 1.6 mil millones de dólares y realmente el monto no representa dificultad alguna en términos de financiamiento.  Hemos visto que existen niveles holgados de liquidez en los mercados internacionales de capitales 

¿Pero qué pasaría si la economía norteamericana empieza a desacelerarse en forma importante hacia finales de este año?  Es factible que se combine la recuperación de nuestra economía y su subsecuente incremento en las importaciones, con una baja en la actividad económica de nuestro vecino, lo cual causaría una disminución en nuestras exportaciones.  Todavía no podemos descartar un escenario en que el déficit externo llegara a superar 5 por ciento del PIB el año entrante.

Si los inversionistas observan un déficit grande el año entrante, lo considerarán como un punto de vulnerabilidad.  Si además anticipan dificultades por ser año de elecciones, podrán adoptar una actitud mucho más conservadora.  Esto podría llevar a una depreciación rápida en el tipo de cambio.

Hemos avanzado mucho, pero todavía no podemos cantar victoria.


Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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