martes, 6 de abril de 1999

La Apreciación del Tipo de Cambio

 

Pulso Económico


La Apreciación del Tipo de Cambio


Por: Jonathan Heath


El tipo de cambio se ha apreciado más de 10 por ciento de enero a la fecha.  Algunos analistas han expresado su preocupación por una posible sobrevaluación, mientras que algunos exportadores empiezan a quejarse.  Sin embargo, la situación actual todavía está lejos de peligro.

Después de haber llegado a 10.63 pesos por dólar el jueves 14 de enero, ante el susto provocado por la devaluación del real brasileño, el tipo de cambio se ha apreciado continuamente hasta llegar abajo de 9.50 a mediados de la semana pasada.  Con una tasa de inflación esperada de 0.94 por ciento para marzo, esto implica que el tipo de cambio real se encuentra alrededor de 10 por ciento menos competitivo en comparación al tipo de cambio real que existía en 1990.  En otras palabras, existe una sobrevaluación de aproximadamente 10 por ciento del tipo de cambio.

Lógicamente, esto ha causado cierta angustia en algunas personas, ya que recuerdan bien lo que le pasa a México cada vez que la moneda se encuentra sobrevaluada.  Cobra especial importancia la preocupación ya que estamos a menos de año y medio de las elecciones.  Partimos de un déficit de 3.8 por ciento del PIB en la cuenta corriente del año pasado, que con una sobrevaluación podría seguir creciendo.

Esto nos haría cada vez más dependientes de las entradas de capital que, al aproximarse la fecha de las elecciones, podrían parar.  Las consecuencias de un ajuste abrupto en el tipo de cambio poco antes de que acudamos todos a las urnas a votar, serían desastrosas para el partido en el poder.  Por lo mismo, las probabilidades de que el gobierno tome alguna acción de política económica encaminada a posponer el ajuste cambiario aumentaría.  Este es justamente el camino hacia otra crisis sexenal.

Esto nos lleva a preguntar ¿está realmente sobrevaluada la moneda?  ¿Es una situación peligrosa?  Desgraciadamente mucha gente toma la medida de sobrevaluación como la mejor para anticipar una situación de crisis.  En la realidad es una medida simplista y francamente engañosa.  La economía y la interacción de sus variables es un proceso dinámico muy complejo. Tratar de sintetizar su estado en un cálculo ingenuo es sumamente peligroso.

El cálculo de la sobrevaluación resulta al aplicar el diferencial de inflación entre México y el exterior al tipo de cambio de un año determinado, bajo el supuesto de que el tipo de cambio en ese momento era el correcto.  A partir de ese momento el tipo de cambio “correcto” (o teórico como algunos dicen) que es el que resulta al aplicar el diferencial, está suponiendo que el tipo de cambio real debería de ser constante a través del tiempo.

Implícita en esta teoría está la idea de que este es el tipo de cambio de “equilibrio” que haría que la balanza comercial no arrojara un déficit.  El problema es que tiene muchas debilidades al aplicarse a un país como México.  ¿Cómo sabemos que el año de partida era realmente el tipo de cambio correcto?  Pero más importante, ¿por qué hemos de suponer que el tipo de cambio real de equilibrio es constante a través del tiempo?  En un país como México que está pasando por grandes cambios estructurales, no es muy lógico pensar que lo que se requería para mantener los equilibrios en la economía hace algunos años sea lo mismo el día de hoy.

Existen en el mundo experiencias de apreciaciones sustantivas en el tipo de cambio a través del tiempo que no implicaron un desequilibrio ni provocaron una devaluación abrupta y sorpresiva.  El ejemplo clásico es Japón, que vivió una apreciación constante de su moneda por un periodo extendido.  Quizás un ejemplo todavía mejor sea el de Nueva Zelanda, que tuvo una apreciación de casi 40 por ciento en cuatro años (entre 1993 y 1997).

En el periodo en que hemos sufrido la apreciación del tipo de cambio hemos visto una mejora en el déficit comercial.  Obviamente, la apreciación del tipo de cambio tiene un efecto rezago sobre el comercio exterior y por lo mismo, no podemos pensar que la mejoría actual tiene que ver con la apreciación.  Más bien lo que estamos viendo es que son muchos los factores que van a determinar el nivel del déficit y que el tipo de cambio es únicamente uno de tantos.

Otra consideración muy importante es que nuestro punto de comparación es enero de este año.  Sin embargo, hubo una depreciación acelerada en los seis meses anteriores que no necesariamente era la adecuada.  La depreciación fue el resultado de una reacción en los mercados ante las crisis de Rusia y Brasil y no obedeció a los fundamentos de la economía mexicana.  El mercado sobrerreaccionó con base en la incertidumbre que representaba tal situación y hubo un sobreajuste en el tipo de cambio.

En los últimos meses hemos aprendido que no nos debemos preocupar tanto por las crisis en estos países ya que nuestros fundamentos económicos son lo suficientemente sólidos.  Como resultado, hemos visto que tanto el tipo de cambio como las tasas de interés están regresando a los niveles que teníamos antes de estas crisis.  Si no hubiera pasado nada en Rusia ni en Brasil seguramente el tipo de cambio hubiera mantenido cierta tendencia y sería muy similar al actual, con la diferencia de que no hubiéramos observado primeramente la depreciación acelerada entre agosto y enero ni la apreciación de los últimos meses.  En otras palabras, ya pasados los efectos de un shock temporal del exterior, estamos regresando a una cierta normalidad.

Esto no significa que debemos ignorar el nivel del tipo de cambio y que podríamos estar totalmente tranquilos con la situación actual.  Más bien, no debemos concentrarnos en un solo indicador como el nivel de sobrevaluación.  Habría que observar detenidamente el nivel de ahorro interno, el déficit de la cuenta corriente, el déficit fiscal, las expectativas de inflación, el perfil de amortización de la deuda externa, la evolución de la economía norteamericana y nuestro propio proceso electoral.

No nos hemos escapado todavía de la posibilidad de una crisis sexenal.  Parece que la política económica actual es la adecuada para minimizar nuestra vulnerabilidad.  Sin embargo, esto es una condición necesaria, más no suficiente.


Comentarios, observaciones y críticas constructivas al Email: heath@infosel.net.mx


No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Marcha de la Economía

  Pulso Económico La Marcha de la Economía Por: Jonathan Heath ® Las autoridades monetarias han manifestado su preocupación por los efectos ...