jueves, 4 de marzo de 1999

La Productividad del Sector Eléctrico

 

Pulso Económico


La Productividad del Sector Eléctrico


Por: Jonathan Heath©


Tal y como lo anticipamos, el debate sobre la reforma del sector eléctrico se ha polarizado entre los eternos defensores del intervencionismo estatal y los extremistas neoliberales que no ven más allá del mercado como solución a todos los problemas del país.  Sin embargo, la reforma debería de empezar por otro lado.

A los pocos días de haberse hecho pública la iniciativa para abrir la industria eléctrica a la inversión privada, el PRD sacó un desplegado en contra de cualquier modificación constitucional.  El gobierno no esperó para contraatacar y publicó su propio desplegado para responder punto por punto a los ataques del partido del sol azteca.

A partir de entonces, han existido una gran cantidad de arremetidas de un lado a otro.  Primero el gobierno quiso asustar a la población, advirtiendo sobre posibles apagones y racionalización del suministro eléctrico por falta de una oferta suficiente.  Enseguida los representantes sindicales advirtieron que la experiencia internacional privatizadora ha generado incrementos de tarifas, despidos masivos, fallas continuas en el suministro y desplazamiento de la tecnología propia.

El gobierno dio a conocer cifras para sustentar la posición de que en el futuro se necesitará invertir grandes cantidades.  Los que se oponen a la reforma acusaron a las autoridades de maquillar las cifras del sector para presentar una situación de crisis y justificar su intento privatizador.  Inclusive, las acusaciones llegaron al extremo de incluir al FMI como responsable de presionar al gobierno para llevar a cabo la apertura eléctrica como condición para renegociar los pagos que se deben realizar este año y el próximo.

Mientras tanto, el público ha quedado más confundido.  Por un lado, una encuesta de Berumen y Asociados revela que la mayoría de la población está de acuerdo en que participe la iniciativa privada en brindar el servicio de luz.  Por el otro, el PRD alega encuestas que dicen que la mayoría ya no quiere más privatizaciones.

Por lo pronto, el PRD sostiene que la CFE tiene índices de productividad comparables con las mejores experiencias internacionales.  Argumenta que no son necesarias las modificaciones constitucionales ya que existen mejores opciones.  Reconoce la necesidad de introducir esquemas de competencia en la generación y establece la importancia de un plan de rehabilitación que permita reducir el subsidio que se otorga a la compañía Luz y Fuerza del Centro (LFC).

Aquí sí la evidencia es innegable hasta para el PRD: la parte más enferma del sector eléctrico es LFC.  Supongamos que tiene toda la razón en que la CFE es muy productiva.  El problema es que el consumo eléctrico de los usuarios por empleado de la CFE es más del doble que la LFC.  Casi todos los demás índices de productividad indican lo mismo, llegando en algunos casos a lo ridículo.  Por ejemplo, los kilómetros de líneas de transmisión por trabajador (de transmisión) es 27 veces más elevado en CFE que en LFC.  Independientemente de la reforma estructural del sector, existe un inmenso problema de ineficiencia y abuso en LFC que se tiene que reparar.

Ahora resulta que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) emplazó a huelga a Luz y Fuerza del Centro exigiendo un aumento salarial de 46.5 por ciento.  Entre 1995 y 1999, el gobierno federal transfirió más de 30 mil millones de pesos a esa compañía para cubrir sus pérdidas de operación.  Si de por sí es una empresa altamente ineficiente, un aumento salarial de esta naturaleza la acabaría de enterrar.  El SME dice que el personal que sobra es de confianza, que de 1994 a la fecha se ha incrementado 40 por ciento, mientras que en el mismo lapso la planta de trabajadores sindicados ha decrecido 3 por ciento.

La reforma propuesta por el gobierno federal promete proteger íntegramente la planta laboral del sector.  Esto significa sostener los niveles absurdos de empleados en LFC.  Una parte medular del problema es la ineficiencia laboral, sin embargo, la reforma no lo pretender corregir.  Antes de pretender modificar la Constitución para dar paso a la apertura a la inversión privada, el gobierno debería de sanear a LFC.  Esto significa reducir la planta laboral y no atender a las demandas salariales absurdas de 3 veces la inflación.

Es obvio que el PRD está defendiendo sus principios filosóficos al querer evitar la privatización del sector eléctrico.  Sin embargo, la fuerza opositora más importante es el SME, que lo que pretende es defender una cantidad no justificada de puestos y subsidios.  Aquí es por donde se debería empezar.


Comentarios, observaciones y críticas constructivas al Email: heath@infosel.net.mx


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