jueves, 14 de enero de 1999

Urge una Nueva Política Monetaria

 

Pulso Económico


Urge una Nueva Política Monetaria


Por: Jonathan Heath


Antes de concluir este mes, el Banco de México debe dar a conocer su programa, “Exposición Sobre la Política Monetaria Para 1999”.  Si este programa contiene más de lo mismo, sin un serio compromiso de modificar la política monetaria para que procure

 verdaderamente el abatimiento inflacionario, se generará una mayor desconfianza y habrá una decepción generalizada.
El martes pasado comentamos sobre la nueva escalada de precios.  Analizamos como la política monetaria actual simplemente “acomoda” la demanda de dinero sin realmente combatir la inflación.  Es una política que ha probado ser ineficaz ante los shocks externos que han empujado la inflación hacia arriba.  Como consecuencia, la mayoría de la población está muy molesta al ver su poder adquisitivo mermado todavía más.
El reclamo empieza a ser generalizado.  Ya son muchos los editoriales, las columnas, los comentarios radiofónicos y las opiniones académicas en contra de la política monetaria actual.  Simplemente, en Reforma el martes pasado aparecieron junto a mi columna otras dos con el mismo tema y con las mismas críticas.  Sin embargo, llama la atención que no están limitadas a una cierta ideología, enfoque o manera de analizar la economía.
A mi derecha, estaba la columna del colaborador invitado, que en esta ocasión era el Dr. Manuel Sánchez, de la escuela monetarista de la Universidad de Chicago.  Como podríamos anticipar, su crítica parte del hecho de que la inflación es un fenómeno monetario y que por lo mismo, la inflación actual se debe al excesivo crecimiento de la masa monetaria que ha permitido el Banco de México a través de su política actual.  Concluye que es absolutamente indispensable un cambio en las reglas del juego; en otras palabras, urge una nueva política monetaria.
A mi izquierda, estaba la columna Plaza Pública del maestro Miguel Angel Granados Chapa.  El subraya la insatisfacción del público por lo que 

considera un fracaso institucional y un creciente deterioro de la condiciones de vida de las personas.  Señala sin titubeos que el Banco de México “ha sido impotente en el cumplimiento de su función prioritaria” que en el sexenio pasado quedó consagrada en la Constitución.  Dice que aunque el gobierno reconoce que la inflación lastima profundamente la economía de las familias, su lucha hasta ahora no ha sido triunfadora.
Estos son algunos ejemplos de la irritación de la sociedad, que cada vez refleja con palabras alejadas de la amabilidad esa frustración por la mengua de su capacidad económica.  Las autoridades monetarias no pueden quedarse al margen de esta indignación.  Tienen que escuchar y responder.  Pero no basta responder con un discurso que reconozca la necesidad de redoblar el paso.  Necesitan responder con una política triunfadora.
Por otro lado tenemos que comprender como sociedad, que la lucha contra la inflación no es fácil.  Creo que es demasiado dura la crítica de Plaza Pública al cuestionar “si la falla deriva de error o dolo”, aunque coincido en que “en ambas circunstancias no queda bien servido el interés general”.
Abatir la inflación es difícil porque involucra un costo elevado.  Quizás al final de cuentas el beneficio justifica el costo, pero es complicado para cualquier político pagar un costo cuyo beneficio no es inmediato.  En este caso, abatir la inflación rápidamente requiere de una política monetaria verdaderamente restrictiva, que bien podría empujar a la economía a una recesión.  Los que tienen que tomar la decisión, aparentemente han preferido utilizar una política monetaria gradualista que no implica un freno a la economía.
Muchos países han aplicado una política denominada inflación por objetivos (inflation targeting) que implica la fijación de un objetivo al principio de año y la instrumentación de todas las medidas necesarias para cumplir con la meta.  Inclusive, algunos países han llegado al extremo de legislar la renuncia automática de la Junta de Gobierno del Banco Central ante la eventualidad de incumplir con su objetivo.  ¿Será este el camino que deberíamos tomar?

Por lo pronto, la política monetaria actual ya probó ser ineficaz y por lo mismo es necesario un cambio.  Estaremos atentos a la divulgación del programa monetario para 1999 que se dará a conocer dentro de unas semanas.  Si contiene más de lo mismo, habrá una verdadera decepción y la credibilidad del Banco sufrirá aun más.  Necesitamos un serio compromiso para abatir la inflación y esto implica una nueva política monetaria.  Estamos en espera.

Comentarios, observaciones y críticas constructivas al Email: heath@infosel.net.mx


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