martes, 1 de diciembre de 1998

El Corto y la Inflación

 

Pulso Económico


El Corto y la Inflación


Por: Jonathan Heath©


Las autoridades monetarias anunciaron otra ampliación de su política de dejar corto al mercado para tratar de abatir la inflación.  La última encuesta del Banco de México revela una incredulidad sobre la meta de inflación de 13 por ciento para 1999.

Después de que parecía que el Banco de México se había dado por vencido en su lucha contra la inflación, vuelve a la escena con una ampliación de su política de “cortos”.  Al mismo tiempo, da a conocer al público un nuevo estudio en el que presenta evidencia empírica acerca de la relación inversa entre la inflación y el crecimiento económico, los salarios reales y la distribución del ingreso, argumento elemental para justificar su política antiinflacionario.  En el mismo documento, subraya los factores que afectaron la evolución de la inflación durante 1998, recalcando el hecho de que fueron elementos fuera del control del Banco Central.

Justamente la semana pasada nos preguntábamos dónde se habían metido las autoridades monetarias, ya que la inflación para 1998 dejará mucho que desear.  Todo parecía ser que se había abandonado la lucha contra la inflación para no perjudicar al crecimiento económico en el corto plazo.  Sin muestras de querer abatir la inflación, empezábamos a dudar acerca de las intenciones del Banco para querer cumplir con la meta de 13 por ciento para 1999.

Los resultados de la última encuesta del Banco de México indican que la mayoría de los analistas estiman una inflación muy por arriba del 13 por ciento, lo cual pone en tela de juicio la credibilidad del Banco Central y el cumplimiento de su meta.  No obstante, resulta clave que la población crea en las autoridades monetarias, ya que en la medida en que no haya credibilidad, crecen los costos del abatimiento inflacionario.  El hecho de que la tendencia inflacionaria se haya revertido desde mediados de año requiere de una mayor atención, independientemente de que se pueda justificar por la existencia de los shocks externos.

Parecería que los miembros de la Junta de Gobierno del Banco leyeron lo que escribimos aquí, dado que sus acciones del día de ayer y la argumentación del documento que presentaron, responden casi punto por punto a nuestras inquietudes.  Afortunadamente subrayan su lucha contra la inflación, retoman la batalla para revertir de nuevo la tendencia alcista en los precios y buscar restablecer su propia credibilidad.  Enhorabuena.

En sí podemos concluir que la batalla contra la inflación en 1998 ya terminó.  El Banco de México acabó perdiendo, ya que la inflación a fin de año se estima en 18.6 por ciento (sino es que más) contra una meta original de 12 por ciento.  Simplemente, el efecto que las crisis asiática, rusa, brasileña y petrolera tuvieron sobre el tipo de cambio fue abrumador.  La depreciación acelerada de la moneda provoca necesariamente un ajuste en los precios relativos que se traduce en una mayor inflación.  A esto le tenemos que añadir el efecto que tuvieron las sequías y las inundaciones sobre los precios de las frutas y legumbres.  Finalmente, la propia Secretaría de Hacienda es responsable de haber provocado un aumento importante en la inflación al retirar sin piedad el subsidio a las tortillas y incrementar más allá de lo sensato el precio de la gasolina.

Ante estos hechos el Banco de México no tuvo otra opción más que rendirse.  Una restricción de la política monetaria para neutralizar por completo estos efectos, hubiera provocado una recesión inmerecida.  Toda decisión de política económica tiene que realizarse en el contexto del costo benéfico y en este caso era un costo demasiado elevado.  Por lo mismo, se recalca que la lucha antiinflacionario no es algo que se pueda realizar sin la cooperación del gobierno federal, especialmente a través de la política fiscal.

No obstante haber perdido una batalla en 1998, las autoridades monetarias no están renunciando a la guerra.  La ampliación del corto de 100 a 130 millones de pesos es el primer paso en la lucha por revertir la reciente tendencia alcista en la inflación en 1999.  Resulta primordial empezar el año con expectativas de que la inflación pueda reducirse.  Es necesario que el Banco retome el liderazgo en este esfuerzo por abatir el alza en los precios.

No es suficiente el anuncio de que por sexta vez este año se amplíe el corto, dado que ya se había visto cómo esta política perdía efectividad.  ¿Por qué hemos de pensar que ahora sí podrá funcionar?  Para esto el Banco ha establecido un depósito de los bancos comerciales en el propio instituto central para ejercer mayor control sobre las operaciones diarias que realiza en el mercado abierto.  No es lo mismo ofrecer crédito que recibirlo.  Ahora hemos de esperar para ver si efectivamente funciona esta política.

De funcionar, inmediatamente deberíamos esperar un aumento en las tasas de interés.  Esto resultará de la disminución de la liquidez en el sistema.  A fin de no quedarse “cortos”, estarán dispuestos a pagar un poco más de interés para conseguir el crédito suficiente en el mercado.  Sin embargo, después de dos o tres semanas, las tasas de internes deberían reducirse.  En la medida en que se percibe que el Banco Central está más dispuesto a combatir la inflación, las expectativas empezarán a disminuir.  Dado que las tasas de interés contienen un componente de expectativas de inflación, éstas tendrán que bajar.

Por último, todavía queda la duda de que si la política monetaria es de carácter acomodaticia y su postura restrictiva se limita más bien a una señal de mercado.  Ante esta crítica, las autoridades monetarias reconocen que enfrentan una disyuntiva entre acomodar total o parcialmente el impacto inflacionario o no acomodarlo en absoluto.  La argumentación oficial es que el costo tanto de acomodar totalmente la demanda nominal de dinero, como el de aplicar una política demasiado restrictiva, es igual de dañino.  Por lo mismo, emprenden la política de satisfacer la demanda diaria, pero a una asa de interés superior a la del mercado.

Al final de cuentas, lo único que cuentan son los resultados.  El Banco tiene un año para conseguirlos.  Estaremos esperando.


Comentarios y observaciones al correo electrónico: heath@infosel.net.mx


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