Pulso Económico
México, Brasil y 1999
Por: Jonathan Heath
Las perspectivas de la economía mexicana para el año próximo no son tan alentadoras, ya que se espera una desaceleración importante en la actividad económica. Sin embargo, el grado de desaceleración podría variar drásticamente por lo que se espera que se anuncie hoy en Brasil.
A pesar de que varios indicadores de la actividad económica muestran todavía señales positivas, virtualmente todos los analistas esperan una desaceleración importante que se reflejará en los números a partir del último trimestre de este año. La disminución del gasto público a raíz de la caída en el precio del petróleo, ocasionó que la tasa de crecimiento del primer semestre fuera ligeramente inferior a la del año pasado. Sin embargo, el incremento sustancial en las tasas de interés a partir de septiembre deberá frenar en mayor grado tanto la inversión privada como las ventas al consumidor.
No obstante, los últimos indicadores macroeconómicos reflejan todavía una economía muy dinámica. La inversión interna en maquinaria y equipo en el mes de julio creció 37.0 por ciento con respecto al mismo mes del año pasado. La producción manufacturera de agosto fue 8.2 por ciento superior a la de hace doce meses. Las ventas al menudeo en establecimientos comerciales en julio crecieron 7.9 por ciento en términos anuales. El número de personas con empleo y registradas en el Seguro Social en agosto es 10.8 por ciento mayor al de agosto de 1997. Las exportaciones no petroleras avanzaron 8.9 por ciento en agosto con respecto al mismo periodo del año anterior.
No hay duda de que el entorno mundial ha sido este año mucho más difícil de lo que fue en 1997. Sin embargo, la economía norteamericana ha sostenido un crecimiento muy vigoroso que ha mantenido una demanda elevada por nuestros productos. El sector empresarial ha seguido invirtiendo para ampliar su capacidad instalada y seguir aprovechando este mercado. La generación de empleos de los últimos dos años y la recuperación en los salarios que se empezó a observar a principios de 1998, ha contribuido a que los consumidores retornen al mercado con algo más de confianza y satisfagan en buena medida la demanda reprimida acumulada desde la recesión de 1995.
Por ahora, las elevadas tasas de interés amenazan frenar el ritmo observado en la inversión privada e inducir una actitud más cautelosa en el consumidor. Ya cumplimos cerca de dos meses con tasas reales, es decir, por arriba de la inflación, a niveles verdaderamente dañinos. Qué tan profunda podría ser la desaceleración de la actividad económica depende de qué tanto tiempo se queden las tasas a los niveles actuales.
Por lo pronto, se vislumbran dos escenarios básicos que podrían materializarse el año entrante en torno a las perspectivas económicas: uno relativamente optimista, que anticipa cierta desaceleración, pero sin presentar problemas mayores para la planta productiva del país; el otro mucho más pesimista en el que la desaceleración podría llegar inclusive a nivel de una recesión.
¿De qué depende que se materialice un escenario o el otro? Desafortunadamente, la respuesta no está en manos de las autoridades, es decir, no depende ni de las políticas fiscal o monetaria, ni de otras decisiones que pudieran tomar. Depende esencialmente de la evolución económica de Estados Unidos y de los esfuerzos correctivos del gobierno de Brasil.
Con respecto a lo primero, es decir la fuerza de la economía norteamericana, ya tuvimos noticias positivas la semana pasada cuando la Reserva Federal anunció un recorte adicional en su tasa de fondos federales y una baja en la tasa de descuento. Esto significa que las autoridades monetarias no van a permitir fácilmente una desaceleración de su economía y que van a tomar acciones como estás para alentar las ventas al consumidor y para minimizar los flujos de capital hacia su país.
Lo segundo es lo más complicado. El Presidente de Brasil, Henrique Cardoso, reelecto hace un par de semanas, anunció que divulgaría su nuevo plan económico el día 20 de octubre, es decir, el día de hoy. Aquí resultará primordial que sea un plan creíble para los inversionistas internacionales, de tal forma que le dé un respiro importante para empezar a corregir los desequilibrios básicos que enfrenta.
Brasil tiene dos problemas fundamentales: un déficit fiscal sumamente elevado que se estima podría terminar cerca de 8 por ciento del PIB a fin de este año; y la amortización de su deuda externa que se encuentra totalmente abultada en el corto plazo. Lo que tendrá que anunciar Cardoso el día de hoy es la fórmula que aplicará para reducir sustancialmente el déficit público. De ser creíble, será factible conseguir el financiamiento necesario para reestructurar su deuda externa y un aval que respalde sus acciones. De funcionar, Brasil podrá alcanzar cierta normalidad y mantener en marcha su plan real.
Sin embargo, de anunciarse algo a medias tintas que no sea percibido como suficiente, será muy probable que se dé de nuevo una corrida especulativa en contra de su moneda. Una devaluación del real traerá consigo una recesión similar a la que México experimentó en 1995. El efecto de contagio lo sentirán de inmediato los demás países latinoamericanos, en especial Argentina y México. En el caso de Argentina, pondrán a prueba de nuevo el Consejo Monetario y habrá una gran salida de capital. El efecto será una contracción sustancial de su base monetaria y una recesión aguda. En el caso de México, habrá una depreciación marcada en el tipo de cambio y de nuevo un incrementó en las tasas de interés, justamente lo que se necesitaría para que se materialice el escenario pesimista mencionado.
Por lo mismo hoy deberíamos estar muy atentos a los anuncios que provienen de Brasil. La seriedad de los intentos de Cardoso va a dictaminar la posibilidad de muchos mexicanos de poder seguir cubriendo la hipoteca de sus casas, de conservar sus empleos y mantener el poder adquisitivo de sus salarios.
No solamente son los brasileños los que estarán atentos a las decisiones de su presidente. En un mundo globalizado, estas decisiones afectan a todos.
Comentarios, observaciones y críticas constructivas al Email: heath@infosel.net.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario