lunes, 9 de marzo de 1998

La Responsabilidad de la Política Cambiaria

 

Pulso Económico


La Responsabilidad de la Política Cambiaria



Por: Jonathan Heath©


Si el Banco Central va a tener el control sobre la política cambiaria, entonces se le tendrán que asignar dos objetivos prioritarios en vez de únicamente procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda.

Cuando fue Secretario de Hacienda a Guillermo Ortiz, le tocó la responsabilidad de elaborar el Plan Nacional de Desarrollo.  Allí se vio reflejado su pensamiento sobre las características deseadas en la política cambiaria.  En ese momento se planteo la necesidad de evitar una sobrevaluación sistemática del tipo de cambio real, par no inhibir el ahorro interno y la producción nacional.  Se establecía que esta política debería de conducir a una predictibilidad, tanto nominal como real, para evitar los estragos que causaban los ajustes cambiarios repentinos sobre la economía.  Por último, se reconocía que la política cambiaria, por su propia naturaleza, es complementaria a la política monetaria y que por lo mismo, no se podían separar.

En su momento, se vieron reflejado los elementos principales de un debate interno que se estaba llevando a cabo entre los funcionarios de Hacienda y del Banco de México.  Los primeros no estaban del todo convencidos de la política de flotación del peso y argumentaban que en cuanto se repusieran las reservas habría que adoptar una política cambiaria que buscara un tipo de cambio real relativamente fijo.  En cambio, las autoridades monetarias subrayaban las bondades de la flotación y advertían que una política de cambio real sería muy complicada.

Una de las primeras declaraciones de Guillermo Ortiz, ya como Gobernador del Banco Central, fue la admisión de que había cambiado su visión sobre la política de flotación y el convencimiento de que era una de nuestras mejores opciones.  En buena parte, tuvo que hacer esta observación en forma explícita para asegurar a los mercados de que no habría grandes cambios con su llegada al Banco Central.  Pero también fue un reconocimiento de que los resultados obtenidos a la fecha con esta política, han sido generalmente buenos.

Sin embargo, la visión de fondo no ha cambiado.  Aunque pudiera ser que se está viendo a la política de flotación como un instrumento adecuado para las circunstancias actuales, la importancia de la relación entre las políticas monetarias y cambiaria sigue vigente.  A la larga, si no se logra un control sobre la balanza de pagos, no solamente se pierde el control sobre la emisión monetaria, sino que no se podrá reducir la inflación en forma sostenida.  Durante el sexenio pasado, la separación de estas dos políticas condujo a decisiones contradictorias que terminaron por gestar la crisis de 1994-95.

Por lo mismo, Ortiz ha insistido en este punto y ha convencido al Presidente de que ya es hora de integrar estas dos responsabilidades.  Sin embargo, no se puede reconocer simplemente que la política cambiaria, por su propia naturaleza, es complementaria a la política monetaria y por lo tanto, transferir su competencia al Banco Central.  Tenemos que recordar que debe existir una correspondencia de uno a uno entre instrumentos y objetivos.  Si le vamos a agregar un instrumento adicional al Banco Central, también le tenemos que reconocer un objetivo adicional.

Hoy en día, la Constitución dota claramente al Banco de México de un objetivo prioritario: el de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda del país.  Si ahora la política cambiaria va ser un instrumento bajo su responsabilidad, habría que modificar la Constitución para hacer explícita su responsabilidad y para dejar claro que es su objetivo final.  En este caso, debería de ser el de propiciar el buen funcionamiento de los pagos internos y externos..

Si ahora el Banco de México debe asegurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda y propiciar el buen funcionamiento de los sistema de pago, internos y externos, esto se traduce en mantener un déficit razonable de la cuenta corriente.  Chile, que es de los pocos países del mundo que le han conferido explícitamente esta responsabilidad a su Banco Central, ha puesto como objetivo que el déficit en la cuenta corriente, como tendencia de mediano y largo plazo, no exceda el rango de 3 a 4 por ciento del PIB.

Sin embargo, todavía existe mucha discusión sobre este punto.  Hay quienes piensan que el tamaño del déficit de la cuenta corriente no importa, siempre y cuando se esté financiando con capital de largo plazo, como puede ser la inversión extranjera directa, y que no sea producto de in déficit fiscal excesivo.  Esta línea de pensamiento ve al ahorro externo como un complemento necesario del crecimiento sostenido.

Por otro lado, hay quienes piensan que el déficit debería de tener un límite, dado que su abuso provoca demasiada vulnerabilidad.  Recurrir al ahorro externo en exceso simplemente es ignorar otro problema de fondo: el de la insuficiencia del ahorro interno.  Por lo mismo, se debe procurar fortalecer el ahorro interno, cuidando de no provocar una dependencia peligrosa de una fuente de financiamiento inestable.

En principio, los dos puntos de vista no están tan peleados como pudiera aparecer.  Más bien, deberíamos buscar un punto intermedio que utilice el ahorro externo (sin abusos) para complementar nuestro proceso de crecimiento, mientras que fortalecemos el ahorro interno.  Los dos puntos de vista coinciden en que un déficit en la cuenta corriente financiado por capitales de corto plazo o provocado por excesos de la política fiscal, es dañino y peligroso.  También concuerdan en la importancia de fortalecer el ahorro interno, tanto en cantidad como en calidad.

Por lo mismo, esto involucra un fortalecimiento del sistema bancario, con mayor seguridad jurídica y supervisión, combinado con medidas de fondo que fomenten más el ahorro.  Significa establecer límites al déficit de la cuenta corriente y cuidar el financiamiento del desarrollo en el mediano plazo.  Trasciende en la importancia de coordinar las política monetaria, cambiaria y fiscal para lograr un crecimiento sostenido en un ambiente de estabilidad.

Todo parece indicar que vamos en la dirección correcta.


Comentarios y observaciones al correo electrónico: heath@infosel.net.mx


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