lunes, 16 de marzo de 1998

La Política Monetaria en Corto

 

Pulso Económico

La Política Monetaria en Corto


Por: Jonathan Heath©


Ante el anuncio del “corto”del Banco de México, mucha gente se prepara para lo peor.  Los “líderes” empresariales advierten una reducción en el consumo y menor crecimiento.  Dicen que hará caer las inversiones de las empresas y esperan que no dure mucho para evitar efectos contraproducentes.  La verdad, es que no es para tanto.

La semana pasada, las autoridades monetarias anunciaron una política que consiste en dejar “corto” al mercado por una cantidad de 20 millones de pesos, equivalente al 0.02 por ciento de la base monetaria, para mandar una señal a los intermediarios financieros de que no habrá ningún exceso de liquidez en el mercado.  Ciertamente, el resultado será un ligero y momentáneo aumento en las tasas de interés.  Sin embargo, si funciona la política como en otras ocasiones, el mercado financiero se estabilizará y las tasas de interés disminuirán, inclusive antes de que el Banco de México levante el “corto.

Es importante no perder la perspectiva y el alcance de la política.  Con el monto de 20 millones de pesos es muy difícil, más bien casi imposible, que las predicciones catastróficas de los “líderes” empresariales se hagan realidad.  Con 20 millones de pesos se pueden comprar unas 10 casas medianas o 40 Mercedes clase E (que ni siquiera son los de mayor lujo).  Es lo que se gastan Carlos Slim o Emilio Azcárraga en un buen fin de semana (aunque sea lo que yo gane cada 100 años).  Para una economía del tamaño de la mexicana, esta cantidad no representa ningún riesgo.

Para esto es importante conocer cómo funciona la política monetaria del Banco de México antes de sacar conclusiones.  El Banco calcula diariamente la cantidad de dinero que necesita la economía para realizar sus transacciones.  En base a este cálculo, va inyectando o retirando billetes de la circulación para que correspondan a la cantidad deseada.  No siempre le atinan exactamente a este monto, sin embargo, cualquier error de cálculo es ajustado al día siguiente.

De hecho, el Banco dio a conocer la cantidad de dinero que estima demandará la economía todos los días en su Programa Monetario para 1998.  Con base en esta información, nos podemos dar cuenta de que han subestimado sistemáticamente la masa monetaria en lo que va del año, en un monto promedio diario de 800 millones de pesos, es decir, 40 veces la cantidad que ahora están dejando “corto” al sistema.  De hecho, en sus estimaciones sostienen que puede existir un margen de error del 2.6 por ciento, mientras que el “corto” representa el 0.02 por ciento.

¿Si es un monto tan pequeño, cómo es que pudiera funcionar?  Lo que está haciendo el Banco Central es mandar una señal al mercado, más no una modificación significativa en su liquidez.  Dado que los bancos tienen que cumplir con la política de “encaje cero” con el Banco de México, deben asegurar que el promedio mensual que mantiene depositado con las autoridades monetarias promedie cero, es decir lo que en un momento pueden prestado tienen que depositarlo posteriormente.  Si un banco comercial mantiene un saldo positivo con el Banco Central no recibe intereses.  Si un banco mantiene un saldo deudor, las autoridades le cobran dos veces la tasa de Cetes.  Por lo mismo, existe un incentivo importante para cumplir con esta política.

Bajo este esquema, los bancos comparten entre sí los recursos financieros en el mercado interbancario.  Lo que le sobre a uno, se lo presta al otro.  Sin embargo, ahora con la nueva política, al final del mes alguien va a quedarse corto, es decir va a tener que pagar una multa al Banco de México.  Para no ser el que se quede corto, los bancos estarán dispuestos a pedir prestado a otro banco, inclusive pagando una tasa de interés mayor.  Este mecanismo es lo que hace que las tasas de interés suban.  Las autoridades monetarias no necesitan dejar al mercado “corto” por un monto elevado.  Simplemente tienen que mandar una señal a través de un monto simbólico.

Sin embargo, el monto es tan pequeño que no logra mantener elevadas las tasas de interés por mucho tiempo.  En otras ocasiones, cuando el Banco ha aplicado esta política, las tasas empiezan a bajar antes de que el Banco regrese a una posición neutral.  Por ejemplo, cuando se aplicó una política similar hacia fines de enero de 1996, subió de inmediato la tasa de fondeo de papel bancario de poco más de 35 por ciento a un máximo de 46 por ciento en marzo.  A partir de ese momento, empezó a bajar hasta llegar a 27 por ciento a principios de junio.  En forma similar, cada vez que se aplicó esta política (6 veces) durante ese año, sucedió algo similar.

Al subir las tasas de internes, se modifican la oferta y la demanda de dólares en la economía, moderando la depreciación acelerada.  De esta forma se estabiliza el mercado cambiario y presenta menor presión a los precios.  Al observar un tipo de cambio más estable y menor inflacionaria, las expectativas se empiezan a moderar.  Dado que uno de los componentes más importantes de la tasa de interés es precisamente la expectativa de inflación, estas empiezan a moderarse.  A final de cuentas y de manera paradójica, esta política consiste en subir las tasas para poder bajarlas

El Banco de México está mandando esta señal para estabilizar al mercado y no para modificar las tendencias de las principales variables.  La introducción del “corto” no es causa para modificar las expectativas de crecimiento de la economía.  Si los analistas han estado revisando hacia la baja sus expectativas, ha sido por el efecto de la baja en el precio de exportación del petróleo y los recortes subsecuentes en el gasto público.  La disminución de recursos del exterior, provoca la necesidad de un ajuste en el gasto.  Por lo mismo, el menor crecimiento proviene de esta disminución.  

Sin embargo, la reducción de la masa monetaria que está instrumentando el Banco de México es un monto demasiado pequeño para tener un impacto similar.  No se compara un recorte presupuestal de 18 mil millones de pesos con una reducción de 20 millones de pesos por parte del Banco Central.  Si la política monetaria la van a llamar ahora “restrictiva”, entonces la política fiscal resulta 900 veces más restrictiva

Resulta lamentable que las autoridades monetarias hayan decidido colocarle la etiqueta de política “restrictiva” a esta acción.  Ha causado demasiadas interpretaciones equivocadas y declaraciones exageradas por parte de los “líderes” empresariales.


Comentarios y observaciones al correo electrónico: heath@infosel.net.mx


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