jueves, 12 de junio de 1997

Preparándonos Ante Posibles Contingencias

Pulso Económico


Preparándonos Ante Posibles Contingencias

Por: Jonathan Heath

Hace dos semanas el gobierno presentó al público el Programa de Financiamineto del Desarrollo (Pronafide), en el que esboza sus intenciones de política económica para los siguientes tres años.  Tal y como su título lo indica, se enfoca al tema de cómo se va a financiar el desarrollo en el mediano plazo.  En sí el programa está bien presentado y cumple con una necesidad central que ya hemos comentado varias veces: la de resolver la crisis tradicional de fin de sexenio con suficiente anticipación.
El contenido del programa se ha comentado en diversos foros por toda la República en múltiples ocasiones.  Ya hemos comentado bien lo que quiere hacer el gobierno: incrementar el ahorro interno privado a través del crecimiento del nuevo sistema de pensiones; mantener el ahorro público por medio de algunas reformas fiscales y finanzas públicas sanas: mantener el ahorro externo como un complemento sin abusos; y fortalecer al sistema financiero como promotor del ahorro y de la inversión productiva.
También nos dio a conocer los instrumentos principales que va a utilizar para lograr sus objetivos: una política tributaria que sea neutral, equitativa y competitiva; un buen balance fiscal económico prácticamente equilibrado; una política cambiaria con un régimen de flotación; y una regulación prudencial y la autorregulación de las instituciones financieras.  Independientemente de que estemos de acuerdo o no, es un avance significativo que el gobierno nos presente sus intenciones desde ahora y que tenga planeado lo que va hacer durante los siguientes años.
No obstante, lo que nos debería de preocupar es lo que no esáa en el Pronafide.  No es tanto por omisión, sino por lo difícil que representaría su contemplación.  Pero lo que no menciona el gobierno es lo que haría en los casos imprevistos, es decir, su reacción ante alguna eventualidad.  Estar preparado para posibles contingencias es esencial, ya que la gran mayoría de las fallas que se han dado han sido a través de reacciones tardías o equivocadas a circunstancias que no se esperaban.
Al respecto, podemos citar muchos ejemplos.  Los asesores de Echeverría pensaban que se podría contener la inflación aun con un gasto público mayor.  Estimaban que una inflación moderada no causaría daño a las posibilidades de desarrollo y que además, podría ayudar al país a alcanzar más rápidamente sus metas.  La gran falla de la política económica de López Portillo fue no haber anticipado un desplome en los precios del petróleo.  Toda su estrategia estaba fincada en los ingresos del petróleo y nunca anticiparon que la tendencia alcista podría revertirse.
En el sexenio de Salinas se cometieron un sinnúmero de errores al enfrentarse a situaciones no previstas.  Primero, se pensaba que si el gobierno cumplía finalmente con las reformas asociadas al “consenso de Washington” (esta es la frase que se ha utilizado para describir las reformas de privatización y apertura comercial que varios países empezaron a emprender hacia fines de la década pasada), siempre habría una entrada de capitales. las autoridades nunca pensaron lo que tendrían que hacer si las tasas de interés norteamericanas empezaban a subir (como pasó a principios de 1994).  Cuando ocurrió el asesinato de Colosio, decidieron expandir el crédito interno neto del Banco Central y emitir Tesobonos, sin sopesar los efectos posteriores.  Finalmente, cuando tuvieron que devaluar en diciembre de 1994, lo hicieron sin un programa anexo de política económica para contrarrestar los efectos nocivos del ajuste cambiario.
Es imposible prepararse para todas las contingencias posibles.  Sin embargo, existen varias situaciones que se pudieran presentar en forma imprevista.  ¿Qué harían las autoridades si las tasas de interés de Estados Unidos aumentaran mucho más de lo que se espera?  ¿Cuál sería la reacción de política económica ante una recesión fuerte en la economía de nuestro vecino al norte?  ¿Qué se haría si el déficit en cuenta corriente llega a sobrepasar el tope establecido del 3 por ciento del PIB?  ¿Si el régimen de flotación no realiza las correcciones eventuales en el tipo de cambio y el peso continúa sobrevaluándose?  Dado que el sistema de pensiones es el punto medular de la estrategia del ahorro interno, ¿Qué pasaría si no llega a un monto mínimo crítico?  ¿Cuál sería la respuesta del gobierno ante un crecimiento continuo en la cartera vencida de los bancos durante los siguientes años?  Como estas preguntas, podríamos pensar en muchas más cuyas respuestas no están, por lo menos en forma explícita, dentro del Pronafide.
Algunas situaciones no son tan difíciles de imaginar, siendo que podrían complicar el entorno económico en un futuro inmediato.  Por ejemplo, si el Pronafide empieza a tener éxito es posible pensar que podrían verse incrementadas las entradas de capital, a pesar del régimen de flotación.  Estas entradas provocarían una apreciación del tipo de cambio y su subsecuente sobrevaluación, mientras que haría que creciera el déficit en cuenta corriente.  La reacción natural sería una disminución en la tasa de interés.  Sin embargo, esto haría que disminuyera el ahorro interno y aumentara el consumo privado.  Es una situación muy natural, provocada enteramente por las fuerzas del mercado, pero aumentaría la vulnerabilidad de la economía ante un choque externo.
No queda claro cuál sería la respuesta del gobierno ante una situación similar.  Es un escenario que se podría presentar a pesar de los lineaminetos presentados en el Pronafide.  Las autoridades dirían que con los esfuerzos que van ha realizar ya contenidos en el Pronafide, lo más probable es que no se presentaría esta situación.  Tienen razón, lo más probable es que no.  Sin embargo, estamos considerando contingencias ante lo no esperado, ante situaciones justamente que se piensa que no se van a dar.
Hoy en día existe mucho interés en México por parte de los inversionistas extranjeros.  Aunque el régimen de flotación da un elemento de incertidumbre adicional, podría ser que todavía se mantenga este interés y por lo tanto, un flujo importante de capital especulativo hacia nuestro país.  Una disminución natural en la tasa de interés podría ser hasta contraproducente.  En otros países, como Chile, introdujeron un impuesto a este tipo de inversiones.  El PRD ha propuesto justamente lo mismo.  ¿Cuál será la reacción del gobierno ante esta situación?




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