lunes, 2 de junio de 1997

Esquizofrenia Monetaria

 Pulso Económico


Esquizofrenia Monetaria


Por: Jonathan Heath®


Hemos observado en las últimas semanas una gran cantidad de críticas disparatadas a la política monetaria.  Hasta cierto punto es lógico anticipar esta actitud en la medida que se vayan acercando las elecciones.  Sin embargo, aun así llama la atención la gama de opiniones tan diversas que se han vertido en contra del Banco de México.  Obviamente, cada quien busca llevar agua a su molino.  No obstante, parece ser que muchos no entienden bien la política monetaria actual y los cambios que han ocurrido a partir de la autonomía del Banco Central.
La semana pasada, el empresario Eugenio Clariond Reyes calificó como nefasta la política monetaria y al Banco Central de burocrático y caprichoso.  Dijo que la obsesión por abatir la inflación ha llevado al Banco a aplicar una política tan restrictiva que ha aniquilado miles de empresas.  Después de criticar el desempeño de la política cambiaria anterior, propuso específicamente regresar a los esquemas de antes, para depreciar gradualmente la moneda.
Después tuvimos la opinión de Adán Rivera, uno de los dizque líderes empresariales, que acusó al Banco de México de cometer exactamente el mismo error de hace tres años, permitir una sobrevaluación mayor del tipo de cambio y un déficit enorme en la cuenta corriente.  Sin embargo, no todos los dirigentes de las organizaciones cúpula comparten su opinión.  Francisco Calderón, Luis Martínez y Carlos Gutiérrez, coincidieron en que el peso no se encuentra sobrevaluado y que no es necesario un ajuste cambiario.
No tardaron mucho los políticos en encontrar terreno para lucirse y buscar votos con sus comentarios.  Felipe Calderón, del PAN, acusó al Banco Central de llevar a cabo una política monetaria expansionista a través de una sobreemisión del circulante, con la intención de generar una sensación favorable para el PRI en las próximas elecciones.  El diputado panista, Javier Beristáin, comentó que el Banco está maquillando el valor real del tipo de cambio y postergando una gran devaluación hasta después del 6 de julio.
Posteriormente, salió a opinar la diputada perredista Ifigenia Martínez, economista de prestigio dentro de la izquierda, quien culpó al Banco de México de llevar a cabo una política diabólica basada en un complot maquiavélico de Salinas.  También culpa al Banco de instrumentar una política demasiado restrictiva, aunque dice que no se debe depreciar la moneda como piden los empresarios, dado que daña a los trabajadores y va en contra del desarrollo del país.  Ella sugiere una política monetaria expansiva, que estimule el crecimiento económico y una política cambiaria que evite el deterioro del salario, sin la obsesión por reducir la inflación.
Al escuchar todas estas opiniones, podríamos llegar a la conclusión de que el Banco de México debe cambiar su política monetaria.  Parece ser que tenemos una política expansionista que debería ser más restrictiva, al mismo tiempo que es un política demasiado restrictiva que debería ser más expansionista.  Es una política que sufre de una esquizofrenia aguda, de dos caracteres simultáneos pero de extremo opuestos.
Quizás lo que tenemos es una situación parecida al cuento famoso de “el extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, de la novela escrita por Robert Stevenson hace más de cien años.  Seguramente el Lic. Mancera en su figura de Dr. Jekyll, aplica una política restrictiva de día, obsesionado con bajar la inflación a como dé lugar.  Su monomanía lo lleva a idear maneras de evitar el crecimiento económico y reducir los salarios de toda la población.  Sin embargo, de noche se convierte en el siniestro Mr. Hyde, que sale a la calle con billetes en la mano a desparramarlos por todos lados.
La mayoría de nosotros no nos hemos dado cuenta, dado que los mercados financieros muestran estabilidad.  Las acciones de Dr. Jekyll han pasado desapercibidas ya que la economía va creciendo (6.5 por ciento promedio durante los últimos cuatro trimestres) y se están generando empleos.  Las maniobras de Mr. Hyde no han sido detectadas dado que las tasas de interés muestran una tendencia a la baja, el tipo de cambio se mantiene estable y la inflación va reduciéndose poco a poco.  No obstante, todo el personal del Banco de México, junto con el INEGI, trabaja en un complot muy complejo y siniestro para maquillar todas las cifras que salen a la luz pública.
Sin embargo, existen personas que han notado actitudes tenebrosas en el Gobernador del Banco Central y empiezan a conjeturar.  Algunos empresarios han visto las acciones del Lic. Mancera durante el día y empiezan a sospechar una personalidad como la del Dr. Jekyll.  Seguramente la diputada Ifigenia Martínez lo vio vestido de diablo.  Otros lo han seguido de noche, como Felipe Calderón, encontrándose con un Mr. Hyde, bebiendo y bailando en los cabarets del PRI.
¿Será cierto?
Lo que sí nos debe quedar claro es que la política monetaria no puede ser expansionista y restrictiva a la vez.  La acusación de expansionista no tiene mucho sustento, dado que ya hubiéramos visto una alza en la inflación o tasas de interés más elevadas en anticipo a un futuro incremento en los precios.  Si existiera un monto mayor de billetes en circulación, el tipo de cambio hubiera experimentado una tendencia alcista.

Tampoco resulta creíble la imputación de una política restrictiva.  Si fuera cierto no estaríamos observando una tasa de crecimiento del 36.4 por ciento en la base monetaria, cuando la inflación de los últimos doce meses es de 21.2 por ciento.  También resultaría difícil explicar la tasa de crecimiento económico, así como un incremento de más de un millón de afiliados al Seguro Social.
Cuando uno recibe críticas de la derecha de ser izquierdista y de la izquierda de ser derechista, lo más probable es que uno está en el centro.  Igual parece ocurrir con el Banco de México y su política monetaria.  Si lo acusan de ser expansionista y restrictivo al mismo tiempo, lo más seguro es que sea neutral.
Sin embargo, independientemente de las etiquetas, lo que nos gustaría observar es una política que logre bajar la inflación poco a poco, reducir las tasas de interés, mantener cierta estabilidad en el tipo de cambio, inducir el crecimiento económico, generar empleos y evitar un gran desequilibrio en la balanza de pagos.  Aunque estaríamos felices de que todo lo anterior pudiera pasar rápidamente, debemos reconocer que los resultados exigidos requieren de tiempo.  Hasta donde alcanza mi lectura de la economía actual, la mayoría de los indicadores apuntan que esto es exactamente lo que está pasando.

¿Entonces, por qué las críticas?


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