lunes, 10 de marzo de 1997

La Oferta y Demanda de Drogas

 Pulso Económico


La Oferta y Demanda de Drogas


Por: Jonathan Heath®


La oferta y la demanda son los instrumentos analíticos más poderosos del economista.  A través de su uso se pueden, llegar a explicar y entender una gran cantidad de fenómenos, incluyendo aquellos que a veces parecen sumamente complejos.  Uno de estos fenómenos es precisamente el mercado de las drogas

Es muy dificil analizar algo a profundidad sin estudiar tanto la demanda como la oferta.  Ultimamente se ha tratado en gran detalle en la prensa el tema de la oferta de las drogas.  Dado que es un negocio demasiado lucrativo, tiene un poder corruptor más allá de la imaginación.  Las personas involucradas directamente tienen lo que podríamos llamar un margen operativo enorme, que les da la oportunidad de comprar influencias, corromper autoridades y crear grupos de interés, a un extremo que afecta a profundidad a nuestras instituciones, nuestras familias y a nuestra sociedad.  Sin embargo, esta oferta tan pervertida no se puede explicar adecuadamente sin entender a fondo la demanda tan enorme que existe..

Si bien es cierto que el consumo de drogas crea un hábito de dependencia, también tenemos que entender que la demanda va creando la oferta.  Por ejemplo, cuando el precio del petróleo era muy barato, únicamente existía una oferta limitada qie provenía básicamente del Medio Oriente.  Cuando el precio se empezó a incrementar, otros países empezaron a explorar y producir más petróleo.  En la medida en que la demanda va creciendo, crece también el precio y como consecuencia el negocio se hace más lucrativo.  Una tasa de retorno más grande hace que más países busquen cómo incrementar la oferta.

Si se quiere combatir el problema, exclusivamente a través del abatimiento de la oferta, lo que resulta es un aumento en el precio, es decir, el negocio se va haciendo todavía más lucrativo.  Inclusive, es del interés de los distintos cárteles buscar la eliminación de su competencia, dado que así pueden llegar a vender la droga a un precio mayor.  Justamente por esto es que muchas veces el combate a la droga es financiado por los mismos narcotraficantes.  El caso del General Gutiérrez Rebollo es un buen ejemplo.  Mientras que él estaba encargado de una de las zonas de influencia, recibía apoyo de uno de los otros cárteles para eliminar efectivamente a la competencia.

Esto significa que si se logra abatir la oferta en México, únicamente se cambia geográficamente el problema, pero no se elimina.  Primero, al disminuir la oferta, se logra un aumento en el precio, dado que es un bien más escaso.  Esto significa que existe un premio mayor para quien lo llega a producir y distribuir.  Este premio mayor hace que más personas (o países) quieran producirlo, pero no llega a eliminar la demanda.

Sería mucho más efectivo combatir el problema a través de la demanda.  Una disminición en la oferta hace que aumente el precio, creando el incentivo de volver a incrementar la misma oferta.  Sin embargo, una dismunición de la demanda provoca un precio menor, reduce el atractivo del negocio y por lo tanto, también el premio al riesgo de involucrarse en un negocio tan peligroso.

Es en este sentido que muchos se preguntan qué es lo que ha hecho Estados Unidos para abatir la demanda de drogas.  No se pueden subestimar los esfuerzos norteamericanos para combatir el narcotrafico en su país.  Por ejemplo, un porcentaje muy elevado de la totalidad de personas encarceladas son por crímenes relacionados con la venta y distribución de drogas.  Sin embargo, los esfuerzos principales en ese país también son por el lado de la demanda.  Mientras que han buscado incrementar el número de años en prisión por delitos relacionados con el narcotráfico, lo han disminuido para el usuario final.

Los ejemplos abundan.  El alcalde de Washington, capital de los Estados Unidos, fue sorprendido consumiendo drogas.  La sociedad lo premió con una reelección.  El Presidente del país consumió drogas cuando era más joven.  El lo admitió e inclusive no dio muestras de arrepentimiento.  En una gran cantidad de películas norteamericanas se incluyen escenas de consumo de drogas como un evento natural.  Al final de cuentas el mensaje que da la sociedad a los jóvenes que consumen drogas o que están pensando consumirlas en un futuro es que no es algo malo.  Inclusive si uno quiere llegar a ser alcalde o presidente, no importa si consume drogas.  Si se hace con tanta frecuencia en las películas, entonces no debe ser algo tan malo.

Ahora el problema se complica más, dado que muchos jóvenes que están por consumir drogras no pueden recibir un consejo apropiado de sus papás, ya que muchos de ellos fueron consumidores en su momento.  ¿Cómo pueden convencer a sus hijos de no consumir estos productos tan nocivos, si ellos mismos lo hicieron cuando tenían su edad?

Independientemente del tema de la soberanía, no es justo que un país trate de certificar los esfuerzos de otro, si dentro de su propia sociedad trata al consumo de drogas como algo justificable o inclusive socialmente aceptable.  Las agencias norteamericanas que buscan abatir la droga, como la DEA, el FBI y la Oficina de la Produraduría (Attorney General), realizan esfuerzos extraordinarios para capturar y castigar a los que distribuyen la droga, pero no tienen programas efectivos para castigar al consumidor, dado que se trata el delito como una ofensa menor.

Al final de cuentas, no podemos ver únicamente uno de los dos lados del problema.  Si queremos eliminar lo que hoy en dia representa uno de los fenómenos más corruptores de nuestra sociedad, tenemos que atacar los dos lados del problema.  Sin embargo, si se logra disminuir la oferta sin avanzar efectivamente en abatir la demanda, se complica el problema más en vez de resolverlo.

Esto no significa que debemos cometer el mismo error que ha hecho Estados Unidos.  No podemos darnos el lujo de decir que el problema es únicamente de demanda y por lo tanto, es un problema de los Estados Unidos.  Tenemos que realizar un esfuerzo sobrehumano para erradicar las drogas del país.  Si bien esto hará que el problema cambie únicamente de sede, finalmente lo eliminará de nuestro territorio.

Tenemos unas instituciones demasiado vulnerables para resistir esta enfermedad.  Por lo mismo, es necesaria una campaña integral masiva para abatir el narcotráfico de nuestro país. ¿Será capaz de tal hazaña el gobierno?


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