jueves, 20 de febrero de 1997

Más Confusiones en Torno al Tipo de Cambio

 Pulso Económico


Más Confusiones en Torno al Tipo de Cambio


Por: Jonathan Heath


Como ya hemos comentado en muchas ocasiones, todos los días se publican artículos, columnas y comentarios en torno al tipo de cambio.  Este tema es de una fascinación especial para el mexicano iniciado y todo parece indicar que por más aclaraciones y explicaciones que demos, seguiremos en la confusión total.

Buena parte de la explicación radica en los movimientos sorpresivos tan bruscos que ha tenido nuestra moneda durante los últimos 25 años y su efecto tan nocivo sobre toda la población.  En algo parecido a la fascinación con la muerte que celebramos tan espléndidamente el día 2 de noviembre.  No hay duda que al mexicano le gusta jugar y bromear con el peligro, especialmente cuando se trata de la muerte y la devaluación.

El tema del tipo de cambio es en sí muy complejo.  Tiene muchas vertientes y cada una tiene sus pros y sus contras.  No es un tema que se deba tomar a la ligera.  No obstante, otra parte de la explicación de nuestra fascinación radica en la cantidad de pseudo aclaraciones que se presentan a diario.  Mucha gente que cree  entender o que quiere expresar su opinión  no entiende a fondo el fenómeno y termina por confundir más al público a través de simplismos peligrosos..

Los ejemplos abundan.  Uno de los más recientes es el de Carlos Warner, asesor económico del CEN del PAN, que escribió un artículo en El Financiero el martes pasado.  A través de un análisis simplista lleno de errores básicos, oportunismo y una demagogia peligrosa, el autor manda mensajes confusos al público, no se sabe si es por su propia confusión mental o por su posición política de culpar al gobierno de todo mal.

No hay duda de que existe una relación entre las devaluaciones del peso y el calendario electora.  El gobierno ha cometido el mismo error un sinnúmero de veces.  Pero Wagner exagera el punto completamente cuando nos pide recordar las devaluaciones posteriores a las elecciones.  Si bien es cierto que ocurrió este fenómeno en 1976, 1982, 1985 y 1994, no es cierto que además haya ocurrido lo mismo en 1988 y 1991 como él asegura.

A principios de 1988, el tipo de cambio se encontraba exageradamente subvaluado, situación que se aprovechó para fijarlo a lo largo de ido el año y reducir ampliamente la inflación.  Nunca hubo peligro con una devaluación sorpresiva poselectoral en 1988.  En 1991, el tipo de cambio se encontraba relativamente bien valuado, flotando en forma controlada dentro de las famosas bandas de aquel entonces,  Tampoco había peligro de una devaluación.

Si la relación entre las devaluaciones  las elecciones es tan obvia, ¿por qué exagerarla con hechos falsos?  No es necesario inventar más ocasiones de errores gubernamentales, dado que con los que realmente han existido tenemos.

Enseguida, el asesor económico menciona que para analizar el fenómeno recurrente, se tienen que entender sus causas profundas, que según esto es que la paridad obedece al diferencial entre la inflación nacional y la estadounidense.  Sin embargo, una inmensa mayoría de las confusiones, mitos y problemas relacionados con el tema, son resultado de querer resumir algo tan complejo en esta relación simplista.  No se puede determinar la paridad correcta únicamente a través de este diferencial de inflación.  Intervienen una gran cantidad adicional de variables y condicionantes, que si se ignoran podrían llevar al mismo error de siempre.  Tan importante es tomar en cuenta esto último como el mismo diferencial de inflación.

Posteriormente, Wagner menciona que manipular o impedir el deslizamiento del tipo de cambio (hacia 10 pesos al final del año), destruye la balanza de pagos y la reserva de divisas hasta forzar el colapso.  De nuevo, se distorsiona la realidad a través de esta aseveración.  El problema del tipo de cambio hoy en día es que si no se manipula, se observará una apreciación y no una depreciación.  Lo que determina el tipo de cambio en un momento dado es la oferta y la demanda.  Si la oferta de divisas es mayor, entonces el tipo de cambio disminuye.  La realidad es exactamente lo contrario de lo que nos quiere hacer pensar.

En adición, dice que se destruye la reserva de divisas.  Aquí tampoco entiende que el régimen actual de flotación no induce un cambio en las reservas.  Para que se manipulara el tipo de cambio destruyendo reservas, deberían pasar dos cosas: el Banco de México tendría que cambiar el régimen cambiario y las fuerzas del mercado tendrían que voltearse.  Pero el Banco de México no está interviniendo por lo que hace difícil la manipulación, y las fuerzas del mercado están induciendo una apreciación y no una depreciación.  En el último de los casos si el Banco de México empezará a intervenir, la única posibilidad sería a través de la compra de divisas, induciendo una depreciación e incrementando las reservas.  Exactamente lo contrario de lo que dice Wagner.  Menciona Wagner que un segundo mecanismo determinante de la paridad es la cuenta corriente.  Dice que cuando es deficitaria, se tienen que financiar a través de la cuenta de capital y que esto únicamente pospone la devaluación pero nunca logra evitarla.  También es una afirmación falsa, ya que son muchos los países que han tenido constantemente un déficit en su cuenta corriente sin haber tenido una devaluación. Aquí la confusión radia en no entender lo que es el abuso de llegar a un extremo, y un fenómeno hasta cierto punto natural.

Por último, menciona un tercer mecanismo que es la confianza de los inversionistas.  Dice que cuando se pierde la confianza, se puede forzar una devaluación preventiva aun sin estar sobrevaluada la moneda, que según esto explica los movimientos cambiarios en 1987, 1985 y 1996.  De nuevo, realiza un análisis simplista para explicar un ajuste cambiario natural que se da a través de la interacción de las fuerzas del mercado.  En muchos casos, son circunstancias mucho más complejas las que explican estos movimientos.

Al final, aduce Wagner, todos los eventos actuales son un complot siniestro de las autoridades para culpar a la oposición cuando el partido oficial sea derrocado.  Son muchos los mexicanos a quienes les gustaría disfrutar de la alternancia en el poder y de un fin de las devaluaciones sorpresivas.

Sin embargo, no nos vamos a salvar de las crisis recurrentes si este es el tipo de asesoría que recibe la oposición.


Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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