jueves, 30 de enero de 1997

La Credibilidad y la Transparencia

 Pulso Económico


La Credibilidad y la Transparencia


Por: Jonathan Heath®


Fue muy bien recibida la noticia de que el gobierno realizó un pago anticipado de nuestra deuda con el Departamento de Tesoro de EEUU y con el Fondo Monetario Internacional (FMI).  Como consecuencia, se logró liquidar por completo nuestro adeudo con los Estados Unidos por el préstamo de emergencia de 1995, que es conoció como el Fondo de Estabilización.  Al mismo tiempo, se avanzó en el proceso de liquidar pasivos de menor plazo con el exterior a través de la contratación de deudas de largo plazo.

Esta es conocida como una estrategia de “ganar-ganar”, ya que todas las partes involucradas ganan y nadie pierde.  El gobierno mexicano gana credibilidad como deudor; los funcionarios de la Secretaría de Hacienda ganan votos de confianza como políticos hábiles que han sabido instrumentar las políticas adecuadas; el gobierno de los Estados Unidos sale airoso ante las múltiples críticas que recibió cuando concedió el préstamo hace casi dos años; y nuestro país gana al restablecer parte de su imagen en el exterior después de la crisis financiera.  México ganó un respiro muy importante para poder resolver un problema mayor de liquidez, mientras que Estados Unidos ganó una suma importante de intereses sobre el préstamo concedido.  En fin, es difícil encontrar alguien que salga perjudicado con esta acción.

También debe quedar claro que la forma en que se manejó la transacción fue la correcta.  La Secretaría de Hacienda realizó una serie de colocaciones de deuda en el exterior, obteniendo recursos de mayor plazo y los juntó para realizar el pago.  Estos fondos fueron depositados en una cuenta a nombre de la Secretaría, tal y como en el pasado se guardaban en lo que fue el Fondo de Contingencia.  Estos recursos no tenían que depositarse en el Banco de México como parte de las reservas internacionales, en vista de su naturaleza, temporalidad y destino.  El Banco de México operó perfectamente bien al actuar como agente financiero, tal y como lo permite su ley orgánica (artículo III, como lo dieron a conocer hace unos días).

Debe quedar perfectamente claro que fue una transacción positiva y benéfica y que se llevó a cabo dentro de los términos legales conferidos a las instituciones involucradas.  Esta parte no se cuestiona para nada.

Lo que ha dejado muy mal sabor de boca es la utilización de un fondo secreto para manejar los recursos destinados para la liquidación de la transacción.  A lo que es bueno, le han dado un aspecto que parece malo.  ¿Por qué se manejaron estos recursos en forma escondida?  ¿Qué estaban tratando de ocultar?  No existía razón alguna para dejar de informar al público sobre la existencia de este fondo y como consecuencia, la credibilidad del gobierno ha quedado dañada.  ¿Cómo podemos confiar en que no existe otro fondo por ahí?  Si escondieron algo que no había por qué hacerlo, ¿qué más estarán tratando de esconder?

Por más positiva que haya sido la realización del famoso prepago, el gobierno mandó el mensaje implícito de que todavía maneja recursos e información en forma obscura y de que no podemos confiar plenamente en lo que hace.  Por más esfuerzos que han tratado de realizar durante los últimos dos años en cuanto al manejo de la información, esta acción nos confirma que en el fondo las cosas no han cambiado.

La comunidad financiera internacional cuestionó en forma muy severa la transparencia en el manejo de la información a raíz de la crisis devaluatoria.  Como parte de las condiciones que nos establecieron para prestarnos el paquete de recursos financieros más grande en la historia, se exigió un manejo mucho más abierto y amplio en cuanto a la información estadística.  El Banco de México tuvo que dar a conocer el monto de sus reservas (y otros datos de igual importancia) semanalmente y tuvo que poner esta información en el internet para que todos lo pudieran consultar.  La razón fue muy simple: todos querían más transparencia en el manejo de la información.  Nadie quería sentirse engañado después de un movimiento cambiario brusco, un alza repentina en las tasas de interés o alguna otra sorpresa.

Ahora, entre los que hablan y cuestionan esta falta de transparencia, se encuentra la misma comunidad financiera.  En los últimos días he platicado con manejadores de fondos de instituciones financieras en el exterior, con personas de diversas Embajadas y funcionarios de organismos internacionales.  Sin excepción, todos han cuestionado esta falta de transparencia y lo difícil que es tener credibilidad en nuestro gobierno y confianza de que está haciendo lo correcto, sin desviaciones de recursos y manejos obscuros.

Un elemento que llega como lluvia sobre mojado fue la opinión vertida en días pasados por analistas de Banamex y la respuesta subsiguiente por parte de las autoridades.  En un análisis sano y necesario, Banamex cuestionó el origen obscuro de estos recursos y el manejo por parte del Banco de México.  Las autoridades reclamaron al Banco por realizar la crítica y al día siguiente emitieron un comunicado desmintiendo su análisis anterior y elogiando el pago hecho por el gobierno.  Quedó clara la censura del gobierno a la crítica y el pobre criterio de los altos funcionarios de Banamex por la forma en que permitieron el juego sucio de las autoridades.  Inclusive corrió el rumor de que habían despedido al analista involucrado, quien únicamente hacía su trabajo.  El resultado es que perdieron imagen el gobierno, Banamex y nuestro país, mientras que se fortaleció la percepción de que no podemos platicar, analizar y criticar en forma sana nuestros problemas.  Hace poco tiempo, Serfin cometió el mismo error al despedir a uno de sus analistas porque quiso organizar una conferencia telefónica con Adolfo Aguilar Zinser (¡háganme el favor!).

Ahora, ¿cómo podemos confiar en que la Secretaría no tiene otro guardadito por allí?  ¿Cómo podemos argumentar que Hacienda no interviene en el mercado cambiario?  ¿Cómo podemos convencer a los inversionistas que vienen del exterior que las cosas han cambiado y que somos muy transparentes?




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