lunes, 6 de enero de 1997

Ajustes a la Política Monetaria

 

Pulso Económico


Ajustes a la Política Monetaria


Por: Jonathan Heath


 La semana pasada el Banco de México dio a conocer las cifras de la base monetaria y sus componentes al fin del año.  Con estos números se puede evaluar el desempeño de la política monetaria en función de sus metas y compromisos..

La cifra de la base monetaria al 31 de diciembre, de 83 mil 991 millones de pesos, indica que hubo una expansión de 17 mil 182 millones de pesos durante el ño, con lo que se cumple el compromiso central de limitarla a un máximo de 18 mil millones de pesos.  Dada la amplia acumulación de reservas internacionales (con respecto a las metas originales), las demás metas se alcanzan con márgenes holgados.

El Banco de México cumplió muy bien su cometido, asegurando que las variables comprometidas estuvieron dentro de los parámetros permitidos.  El instrumento principal bajo su control, la expansión (o reducción) del crédito interno neto, siempre se manejo en forma eficaz en función de las metas, tal y como se había comprometido.  N obstante, no podemos quedarnos satisfechos con el desempeño de la política monetaria durante el año pasado.

Existen dos razones para la insatisfacción, uno de fondo y el otro de forma.  El problema de fondo es muy claro: por más que hayan cumplido todas las metas y candados puestos sobre la expansión monetaria, la inflación quedó muy por arriba del objetivo final.  Con una inflación fin de año de por lo menos 28.0 por ciento, se está quedando 36.6 por ciento por arriba de la meta, una desviación inclusive mayor que el año pasado.  El único objetivo prioritario que tiene el Banco de México, según las facultades que le otorga la Constitución, es el de procurar la estabilidad de precios.  Podrá haber cumplido con todas las metas intermedias pero falló en lo más importante.

Esto es tema de reflexión.  Si las autoridades monetarias construyen una política monetaria a través de diferentes metas intermedias y luego las cumple al pie de la letra pero no se logra reducirla inflación, entonces se debe cuestionar la eficacia de la estrategia seguida.  Quizás esta reflexión nos lleva a replantear toda la instrumentación.  Es un ejercicio que se debe hacer inmediatamente, antes de que el Banco nos presente su estrategia a seguir para 1997.

El segundo problema es de forma.  Las metas establecidas por el Banco de México no son consistentes entre si y no permiten evaluar de forma eficiente el desempeño de la política monetaria durante el año.  Primeramente, para determinar la meta para la expansión máxima en la base monetaria, se toma el crecimiento esperado de la economía (a través del PIB), la meta de inflación de fin de año y un factor de remonetización, que no significa más que permitir que las personas mantengan un poco más de dinero en sus bolsillos en la medida que baje la inflación.

El problema de este cálculo es que combina el crecimiento del PIB, que es un concepto de flujo, con la meta de inflación, que es un concepto de fin de periodo, con la remonetización, que es un concepto de promedios.  Para ser consistentes, se debería combinar el crecimiento del PIB con la inflación promedio del año y no con el fin de periodo.  Cuando la inflación va a la baja, su promedio anual siempre es mayor que el fin de periodo.

Además se está utilizando la inflación medida a través del Indice de Precios al Consumidor, que utiliza ponderaciones fijas (el método Las peyres), mientras que el PIB se mide a través de ponderaciones diferentes (tipo Paasche).  Para ser consistentes, la meta de inflación se debería determinar a través del deflector implícito del PIB, que es una inflación promedio del año.  Al combinar esto con el factor de remonetización promedio del año, se obtendría una expansión promedio de la base monetaria, en vez de una expansión de punta a punta (fin de periodo).

Existe un problema fundamental con la determinación de la expansión de la base a través d su saldo en un día determinado (el último día hábil del año, que equivale al 31 de diciembre)  En 1995, el último día del año coincidió con el viernes 29 de diciembre.  Este día fue fin de quincena y por lo mismo hubo una demanda mayor de dinero en particular.  Por eso (combinado con algunos otros factores), no se cumplió la meta establecida.

Para fines de 1996, el último día fue martes 31 de diciembre.  Del viernes 27  al martes 31, hubo una disminución (normal) en la base de 3 mil 443 millones de pesos, equivalente a casi 4 por ciento de la base.  Fue lo suficiente para poder cumplir la meta.  Existe una estacionalidad muy normal y entendible dentro de los días del mes, que tiene que ver con los días de pago.  Cuando llega la quincena, sube la demanda de dinero para poder pagar a la gente.  En los días  siguientes, va bajando esta demanda.  Es absurdo evaluar la política monetaria de todo un año en función de que si el último día hábil del año cae en viernes de quincena o no.

Para poder ejemplificar lo absurdo, podríamos imaginarnos una base monetaria que se expande 100 por ciento durante los primeros 360 días del año, pero disminuye en los últimos días para cumplir la meta.  El otro extremo es igual de válido: una base que se contrae en un porcentaje mayor durante casi todo el año pero crece en los últimos días por arriba de la meta.

En el primer caso, tendríamos un política monetaria muy expansiva que provocaría mucha inflación, pero que cumple con las metas establecidas para el fin de año.  En el segundo caso tendríamos un apolítica que se calificaría de expansiva por no haber cumplido con las metas, pero que en realidad fue muy restrictiva

No nos sirve de mucho que el Banco de México nos presente metas trimestrales o anuales que estén en función del acervo de billetes en poder del público en un día dado.  No nos da los elementos suficientes para evaluar correctamente el desempeño de la política  monetaria durante el año.  Este es un punto realmente importante, dado que la política monetaria del año de 1996 cumplió con todas sus metas, pero falló en el objetivo final de inflación.  Ahora que queremos analizar su desempeño, no sirve de nada observar el monto de la base monetaria en un día determinado.  La presión inflacionaria viene del monto promedio de la base durante todo el año.  Las decisiones de aumentar precios las toman los empresarios sobre el desempeño de su negocio y el entorno durante un período dado y no sobre lo que existe en un día determinado.

Necesitamos más consistencia y mayores elementos para evaluar correctamente la política monetaria.  Esperamos a la “Exposición sobre la Política Monetaria para 1997” que saldrá en unas cuentas semanas.


Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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