lunes, 18 de noviembre de 1996

Crónica de una Derrota Anunciada

 

Pulso Económico


Crónica de una Derrota Anunciada


Por: Jonathan Heath


Eran ya las seis de la tarde.  Alrededor de la mesa había un buen ejemplo de la pléyade mexicana, cada uno reflejando un humor distinto.  Unos con semblante indiferente, otros más pensativo.

Había rostros intranquilos, preocupados, fastidiados, sonrientes, asombrados y estupefactos, pero principalmente cansados.  Todos encerrados en un cuarto pequeño sin ventilación, donde la única relación con el exterior era un boquete en la pared en forma de puesta, que servía de entrada.

  Inclusive, todavía quedaba arrumbado en una esquina el cascajo que resultó de abrir el acceso.  Allí parados había un montón de personas curiosas queriendo indagar lo que estaba pasando.  Se encimaban, empujando, buscando un recoveco para asomarse y sentir partícipes de aquel evento.  Por un lado había ventanas, pero estaban cerradas y tapizadas con papel periódico.  El humo de cigarro se iba acumulando y formaba una nube en el centro.  El ambiente que prevalecía parecía al de un juego de póker.
De pronto se callaba la mayoría dejando escuchar a un señor, que en medio de todos, contaba en voz alta unas boletas que había sacado de una caja.  Al terminar de contar 138 boletas, todas con una equis encima del emblema del PAN, el representante suplente del PRI pide que se vuelva a contar desde el inicio, dado que no traía sus lentes y no podía ver de lejos.  No importa que el señor no use lentes, ni importa que el número contando coincida con las formas debidamente formuladas por los funcionarios de casilla.  Se vuelve a contar.
Ahora interrumpe el mismo señor pidiendo que se verifique si la grabadora está funcionando, dado que quedaba retirada de él y sus comentarios pudieron no escucharse.  Al terminar el conteo por segunda ocasión, los números vuelven a coincidir indicando que la casilla estaba en perfecto orden.  No importa.  El representante del PRI vuelve a pedir la palabra pidiendo que se escuchara el conteo en la grabación dado que le pareció oír que se saltaba el número 53.
Se localiza en la grabación el conteo a partir del número 47 y se escucha perfectamente bien cuando el Secretario dice con voz clara 52…53…54.  Ofrece disculpas el representante, aludiendo al ruido y las distracciones del momento.
Pide de nuevo la palabra el representante suplente del PRI.  Pide que se verifique el número de votos emitidos con los marcados en la lista nominal con fotografía.  El Secretario le entrega la lista y se pone a contar con la ayuda de los representantes del Partido Cardenista y el Partido del Trabajo.
Coincide el número de votantes con la lista según el conteo, a pesar de que el señor hace notar que dos marcas están chuecas.  Se ríe por el juego de palabras y el señor aclara que quería decir que no estaban centradas correctamente en el cuadrito correspondiente.
El Secretario pide aprobar la casilla, dado que los números coinciden con el conteo rápido realizado dos días antes.  El señor del PRI interrumpe de nueva cuenta y pide moción de orden.  Dice que el señor Secretario está realizando funciones que le corresponden únicamente al Presidente del Consejo y por lo tanto, no tiene validez sus comentarios.  Además, pide que se asiente en el acta.
Uno de los consejeros electorales le dice en voz baja al consejero de al lado, “éste no deja escapar ni una”.  El otro le responde “están en plan de cuestionar todo y más, es parte de su estrategia”.  “Pero de qué sirve, responde el otro, “ve nada más el margen con que perdieron”.
Ahora el representante del PRI pide de nuevo la palabra.  Dice que los números no le suman.  Menciona el número total de votos emitidos, las boletas nulificadas que no se utilizaron y los números de folio de las boletas entregadas en la casilla.
Según sus cálculos faltaban 10 boletas que están desaparecidas.  Uno de los consejeros pide la palabra y le dicta los números de nuevo, sumando a la vez en su calculadora.  Los números suman exacto.  Sin embargo, el señor del PRI insiste en sus sumas.  Dice que va a presentar un recurso de apelación para cuestionar la validez de esta casilla.  Según él esto violentaba todo el proceso electoral y subrayaba el favoritismo de los funcionarios de casilla por el partido ganador.
Dos días antes, al realizar el conteo rápido, se dio el caso de que una de cada seis o siete casillas traían un error de suma en la forma correspondiente.  Queda claro que son muchos los que no saben sumar.  Sin embargo, uno de los consejeros que había llevaba el conteo en una computadora, había corregido la mayoría de estos errores, por lo que no afectaba el conteo final.  El mismo consejero le menciona al de al lado, “como suma este señor, puede ser funcionario de casilla para las otras elecciones”.  El otro consejero le responde con una ironía marcada, “mejor lo proponemos para Secretario de Educación”.
De nuevo pide la palabra el del PRI.  Ahora pide revisar el acta de instalación de la casilla.  Hace notar que únicamente el Presidente de la casilla era el titular y que los demás eran suplentes.  Poner a leer todos los datos del Presidente, incluyendo su domicilio, fecha de nacimiento y número de elector.  Menciona que en su credencial no se aclara si tiene teléfono.  Indignado, pide copias certificadas de todas las actas de esta casilla para su debida impugnación.
Pide la palabra el representante del PAN.  En forma muy respetuosa, dice que sin dejar de reconocer el derecho de todos los partidos a expresar su opinión, quiere recordar a la mesa de que esta es una sesión de cómputo de votos y no una revisión minuciosa de cada casilla.  Para esto existen las instancias jurídicas correspondientes.  Sin dejar de terminar su intervención, el representante del PRI pide de nuevo la palabra, poniendo en evidencia la fuerza moral con la cual se va a gobernar el municipio durante el próximo trienio.  Voltea uno de los consejeros electorales y le comenta al otro, “creo que queda bastante claro dónde falta la fuerza moral”.
Por fin accede el PRI a dar por terminada la revisión de la casilla.  Habían transcurrido nueve horas desde que comenzó la sesión.  Ya se había revisado una casilla.  Faltaban 916 casillas más.
Esto no es ficción.  Es un relato textual de uno de los consejeros electorales.

Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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