jueves, 17 de octubre de 1996

La Importancia de la Educación

 

Pulso Económico


La Importancia de la Educación


Por: Jonathan Heath


Al observar la ventaja tan amplia que han tomado los países asiáticos en cuanto a su éxito económico, han surgido muchas teorías para explicar esta brecha creciente.  Algunos sostienen que se debe a la instrumentación de su política industrial.  Otros dicen que tiene que ver con sus valores y rasgos culturales.  Sin embargo, como lo ha señalado la revista inglesa The Economist,

 todos concuerdan en que una buena parte de la explicación radica en el énfasis que ponen a la educación.
El éxito tan notorio que en materia de educación tienen países como Taiwan, Singapur, Hong Kong, Corea del Sur y Japón es utilizado constantemente como ejemplo, al contrastarlo con países más pobres en el resto de Asia y con América Latina.  Sin embargo, ahora los últimos estudios muestran claramente su superioridad inclusive en comparación con países más desarrollados como Estados Unidos.
Una de las características más sobresalientes de estos países que su énfasis ha sido en incrementar los niveles de toda la población en su conjunto y no únicamente de la élite.  En otras palabras, no han gastado los millones en mejorar su educación superior o en establecer maestrías y doctorados, sino simplemente han mejorado el conocimiento básico.  Sin lugar a dudas, se ha visto que los países emergentes que han investido más en mejorar la educación primaria, han obtenido mejores resultados económicos que aquellos que han concentrado sus esfuerzos en mejorar la educación universitaria.  Esto significa que en México las autoridades educativas deberían poner más énfasis en ampliar la educación básica a una mayor parte de la población y al mismo tiempo mejorar la calidad de esta educación.
Parte de nuestro problema es que no existe la cultura educativa a nivel familiar en los segmentos más pobres de la población.  Es muy típico encontrar una familia de la clase más baja, en la que los padres han dejado de mandar a sus hijos a la escuela para que ayuden al sostenimiento familiar.  Sin embargo, en los países asiáticos este fenómeno casi no existe.  La familia básica pone la educación como la primera prioridad, con la creencia de que es el camino al sustento familiar en el futuro.  Existe el convencimiento de que todos pueden y deben progresar.  No porque son pobres no deben tener el derecho a la educación.  Primero sacrifican lo demás antes de tomar una decisión de retirar a sus hijos de la escuela.  Su visión es más amplia y de un mayor horizonte de tiempo.
Otra característica fundamental es el tiempo que le dedican los países asiáticos a la educación.  Para empezar, el número de horas por día escolar y el número de días de clase durante el ciclo escolar es mucho mayor que los de nosotros.  Según, el apoyo familiar es de tal grado, que en muchos casos, cuando es posible, mandan a los hijos a clases adicionales en la tarde.  La preocupación por mejorar la cantidad y calidad educativa existe casi a nivel de obsesión, pero lo más importante, es que esta obsesión empieza a nivel de los valores familiares sin esperar que el gobierno les resuelva el problema.
Estas observaciones son fundamentales para la elaboración de nuestra política educativa.  Queda claro para todos que debemos mejorar el nivel de la educación del País para poder progresar.  Esta es la solución para mejorar la distribución del ingreso, para generar más empleos y obtener una tasa más elevada de crecimiento sostenido.  Sin embargo, lo que no ha quedado claro es cómo armar la estrategia educativa y llevarla a cabo.
Lo primero que debemos hacer es mejorar y ampliar la educación básica a nivel de la primaria, para todos los estratos de la población.  Esto no significa promulgar una nueva ley que diga que la educación básica es obligatoria para todos los niños, dado que eso sería simplemente ilusorio.  Se debe buscar inculcar la cultura educativa a nivel individual y familiar.  Necesitamos meter a la cabeza de cada uno, a nivel de obsesión, la importancia de la educación.  Debemos extender el presupuesto educativo primordialmente en esta rama como la prioridad más alta, dejando momentáneamente a un lado la mejoría educativa a nivel medio y superior.
También debemos concentrarnos en mejorar la calidad de esta educación, a través de un mayor énfasis en las matemáticas y las ciencias.  Se tiene que mejorar la habilidad de razonar y pensar, en vez de memorizar y recitar.  Hay que inculcar a nuestros niños el gusto por el conocimiento, el gusto por la lectura y el gusto por el aprendizaje.
Si la educación básica es amplia y de buena calidad, las decisiones diarias a todos los niveles serán mejores.  Los valores personales y familiares podrán mejorar.  Si los papás tienen un mayor nivel de educación, podrán educar mejor a sus hijos.  Al mismo tiempo, los hijos que progresen a un nivel superior tendrán mayor competencia y podrán aprovechar mejor sus estudios.
Hasta ahora la falta primordial de la educación en México no solamente recae en la cantidad, sino también en la calidad.  Los jóvenes universitarios tienen dificultad para redactar ensayos sencillos y elementales, tienen fallas enormes de ortografía, no saben razonar problemas de lógica, tienen bases matemáticas deficientes y no saben realizar trabajos simples de investigación.  Por más buena que sea la calidad de la educación universitaria, estas fallas disminuyen el nivel y el posible aprovechamiento.  No se trata de mejorar la universidad, sino de regresar a la educación primaria.
Hasta ahora el Gobierno no ha hecho mucho en materia educativa.  Necesitamos empezar a impulsar la educación como primera prioridad en el País.  Necesitamos una política educativa espectacular, activa, integral e inclusive, agresiva.  Cada día que dejemos pasar tiene un costo elevado para la sociedad, nuestros hijos y las generaciones que vienen.
Simplemente, no existe mejor inversión.

Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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