jueves, 7 de marzo de 1996

Las Cuentas Claras…

 Pulso Económico


Las Cuentas Claras…


Por: Jonathan Heath


Una de las múltiples hipótesis que se han dado para explicar la crisis devaluatoria, es que la política de divulgación de información pública era tardía, incompleta y sesgada.  Tardía, porque mucha de la información necesaria se daba a conocer con demasiado rezago.  Incompleta, porque no toda la información pertinente y necesaria se distribuía.  Sesgada, porque en el extranjero, hubo el sentimiento de que existía más y mejor información en México que en Nueva York.

Esta crítica es refutada por el Banco de México en un artículo reciente de Francisco Gil Díaz y Agustín Carstens.  Ellos alegan que la política de divulgación sobre reservas internacionales no se había modificado durante los últimos 50 años.  Otros indicadores, como la balanza comercial, se dan a conocer con más oportunidad que lo acostumbrado en países industrializados.  Por último, sostienen que es muy difícil pensar en la existencia de personas favorecidas con información asimétrica, dado que las compras de Tesobonos por extranjeros durante 1994, fueron precisamente para cubrirse ante la eventualidad de una devaluación.

Lo que alegan los funcionarios del Banco Central es válido.  Todos conocíamos las reglas de divulgación (que no nos gustaran es otra cosa).  Inclusive, existía la percepción, aquí en México, de que los funcionarios públicos mantenían mejor informados a los analistas extranjeros en comparación con los analistas mexicanos.  Cada rato iban el Secretario de Hacienda, algunos subsecretarios, directores del Banco de México y otros funcionarios públicos a Nueva York y otros lados para explicar lo que sucedía en México.  Los inversionistas extranjeros hacían llamadas y viajes constantes a México y tenían acceso a funcionarios de alto nivel que siempre los recibían.  Al mismo tiempo, frecuentemente había llamadas en conferencia (conference calls) con los altos funcionarios públicos mexicanos en Nueva York.

No obstante, la política de información asimétrica no es una percepción gratuita.  Resulta fácil llegar a la conclusión de que existían niveles de información desiguales en lugares diferentes, aun en el caso de que no fuera necesariamente cierto.  Tenemos que recordar la distinción entre percepción y realidad.  Muchas veces la percepción tiene un efecto más importante sobre los mercados financieros que la verdad.

Hoy en día, cuando se supone que el gobierno mexicano ha mejorado el flujo de información como compromiso y bajo la supervisión del FMI y el gobierno de los Estados Unidos, podemos observar información diferente en mercados diferentes.  Existe un ejemplo contundente: el de las metas de política económica acordadas el año pasado con el público mexicano y con el FMI.

Desde que el gobierno negoció las condiciones para el préstamo jumbo en febrero del año pasado y los compromisos adquiridos en la Alianza para la Recuperación Económica (ARE), ya había diferencias.  Las metas dadas a conocer al público en general eran diferentes que a las que el gobierno negoció con el FMI.  Sin embargo, el gobierno nunca nos informó sobre este hecho y siempre estuvo en plan de engaño.  Aquí, el gobierno nos dijo que existía un techo para la expansión del crédito interno neto por parte del Banco de México.  Sin embargo, este techo se negoció en forma diferente con el FMI y se mantuvo en secreto durante todo el año.

Dado que el techo para esta expansión que se dio a conocer aquí fue muy laxo, se pudo cumplir ampliamente.  En el documento elaborado por el Banco de México, enviado a nuestro Congreso y dado a conocer públicamente, se dice textualmente: “El Programa de política monetaria para 1995 también puede ser evaluado a la luz del cumplimiento con el límite establecido para el crédito interno neto.  El monto de éste se redujo sustancialmente desde principios del año y, en particular, a partir de mayo”.

Sin embargo, no hubo ese cumplimiento bajo los parámetros negociados con el FMI.  En la Carta de Intención, firmada por la Secretaría de Hacienda y el Banco de México en diciembre pasado, se admite este hecho textualmente en el segundo párrafo: “En estas circunstancias, y a pesar de que México ha fortalecido aún más sus políticas, podrían registrarse desviaciones respecto a las metas de reservas internacionales netas y de crédito interno neto del Banco de México para diciembre”.  De hecho, cuando se tenían las cifras finales del año, quedó claro ante el FMI que no hubo cumplimiento.

Para no divulgar este hecho, el gobierno se negó a dar a conocer al público el contenido exacto de esta Carta de Intención.  Aquí no se puede decir que esta ha sido una práctica que no se ha modificado durante los últimos 50 años.  Más bien, esta es la primera vez que el gobierno busca intencionalmente esconder el contenido de la carta.  Siempre se había publicado en forma completa.  En febrero del año pasado, se publicó la carta de intención original del programa y el complemento llamado el memorandum de políticas económicas.  La parte que siempre se ha mantenido oculta al público es el memorandum técnico, que contiene los números exactos para todos los techos, candados y metas, por trimestre.

¿Cómo pretende el gobierno restablecer la confianza del público cuando sigue ocultando lo que verdaderamente negoció?  ¿Cómo podemos tener la mínima dosis de credibildad en lo que dicen, cuando vemos que el cumplimiento de las metas es diferente para unos que para otros?  ¿Cómo podemos pensar que hoy no existen otras negociaciones o metas de las cuales no nos han informado?

Aunque debemos admitir que ha mejorado la política de divulgación, todavía le resta mucho al gobierno en cuanto al manejo de las cuentas claras.


Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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