Pulso Económico
Las Cifras del Desempleo
Por: Jonathan Heath®
A principios de la semana pasada, se dio a conocer la cifra preliminar de la tasa de desempleo abierto para el mes de enero: 6.4 por ciento. Dado que presentó un aumento notable sobre el mes anterior, diciembre, que fue de 5.2 por ciento, resultó ser tema de mucha discusión. Aunque el INEGI no ha dado a conocer todas las cifras corregidas por factores estacionales, indicaron en su comunicado de prensa, que es normal observar un aumento en el desemplo a principios del año. Esto es porque en diciembre se dan muchos empleos u ocupaciones de carácter temporal que desaparecen al terminar la temporada navideña. Si se dieran a conocer las cifras corregidas por estos factores estacionales, seguramente observaríamos una tasa menor que la oficial reportada en enero.
Aun con esta aclaración, muchos mostraron preocupación con este aumento. Después de observar una clara tendencia a la baja a partir de agosto, esta cifra representa una interrupción en el mejoramiento de las oportunidades laborales. Aunque el incremento se explica por factores temporales, representa aún un aumento en el desempleo.
La tendencia a la baja observada desde agosto, no es signo de recuperación o una creación masiva de empleos. Basta con realizar una encuesta entre los empresarios para averiguar que casi nadie aumentó su planta laboral entre septiembre y diciembre del año pasado. Como resultado de lo mismo, las cifras de desempleo abierto han recibido muchas críticas. ¿Cómo es posible que nosotros tengamos menos desempleo que la gran mayoría de los países desarrollados? ¿Cómo pueder ser que tengamos menos desempleo en México estando en plena recesión, que en los Estados Unidos, que ha tenido un periodo prolongado de crecimiento? ¿Cómo es posible catalogar a una persona como empleado si trabajó únicamente una hora a la semana?
A pesar de ser críticas muy razonadas, en la mayoría de los casos existe una explicación. Muchas veces es porque no entendemos la naturaleza del proceso estadístico ni las dificultades inherentes al levantamiento de encuestas. No es que esté mal la definición de desempleo (por ejemplo, en la utilización del parámetro de una hora a la semana de trabajo para considerarse empleado). Cualquier definición utilizada , sea la que sea, será arbitraria. El problema radica en que el proceso estadístico necesita una definición exacta. A final de cuentas, las estadísticas sólo resumen aquello que realmente se puede medir.
Lo fundamental es saber cuál es la definición teórica del desempleo y cómo se mide y se define en la práctica. En la realidad, el desempleo es un concepto relativo, que depende de cada caso. Por ejemplo, en el caso de dos personas diferentes que realizan alguna labor menor por igual número de horas a la semana deberían de estar clasificadas en forma diferente: uno como empleado y otro como desempleado. Sin embargo, a nivel práctico sería casi imposible levantar una encuesta estadística con tanto nivel de detalle. Al final de cuentas se tiene que utilizar alguna definición arbitraria y aplicarla. A la hora de la interpretación, uno debe considerar la arbitrariedad como tal y utilizar el número resultante como un simple parámetro de referencia y no como una verdad absoluta.
En nuestro país, el problema laboral principal no es el desempleo abierto, sino más bien el desempleo disfrazado. Sin embargo, la definición de desempleo disfrazado es todavía mucho más difícil de aterrizar y por lo tanto, sería todavía mucho más arbitrario tratar de aplicarlo.
En este sentido, se debe utilizar la tasa de desempleo abierto como lo que es: un parámetro de referencia inicial. A partir del dato proporcionado podemos sumarle el porcentaje de empleados que no reciben ninguna remuneración y los que reciben menos de un salario mínimo. Podemos sumarle los que trabajan menos de 15 horas o los que no reciben ninguna prestación. De alguna forma u otra, podemos construir nuestra propia definición.
Las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo son las que emplea el INEGI para medir el desempleo en México. No es que esta Organización ignore los problemas específicos de nuestro país, ni que no esté al tanto de todas las críticas. Más bien, entiende muy bien las limitaciones de las estadísticas y celebra reuniones frecuentes para discutirlas y tratar de proponer mejoras.
Entre 1923 y 1993 se han celebrado quince reuniones de la Conferencia Internacional de Estadísticas del Trabajo. A partir de la reunión celebrada en 1985 se adoptó el Convenio número 160 y la recomendación número 170 sobre estadísticas del trabajo. El INEGI viene realizando la encuesta mensual de empleo urbano a partir de 1987, aplicando justamente las definiciones y recomendaciones adoptadas.
Reconociendo el problema del sector informal y las implicaciones que tiene para el empleo y desempleo, la misma Organización Internacional del Trabajo tuvo una nueva reunión hace apenas tres años. Como resultado, se adoptó una resolución sobre las estadísticas del empleo relativas a dicho sector.
Es difícil mejorar las estadísticas en sí. Sin embargo, lo que sí hace falta es una mejoría en la publicación y disponibilidad de todas las estadísticas. Aunque la política de divulgación ha mejorado, esto no significa que no puede mejorar aún más. Necesitamos tener acceso a todas las estadísticas, con lujo de detalle en cuanto a su desagregación, desde el inicio de cada serie, en forma fácil de obtener y de entender. Únicamente así minimizaremos las confusiones.
Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx
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