jueves, 9 de noviembre de 1995

La Política Monetaria y las Tasas de Interés

 

Pulso Económico


La Política Monetaria y las Tasas de Interés


Por: Jonathan Heath®


Coma resultado de la inestabilidad financiera observada en el mercado cambiario, la tasa de interés (Cetes 28 días) subió 10.87 puntos porcentuales el martes pasado.  El tipo de cambio ha aumentado de 6.23 nuevos pesos por dólar el día 5 de septiembre, a 7.90 el día de ayer, lo cual representa una depreciación de 26.8 por ciento.  En el mismo lapso, las tasas de interés han aumentado 23 puntos porcentuales.  Al parecer, estas variables están en una caída libre sin fondo. ¿Es reflejo de algo más que no sabemos?

Los líderes empresariales han criticado con dureza la política monetaria del Banco de México, culpándolo del alza de las tasas de interés.  Han pedido que se relaje la política monetaria para que bajen las tasas de interés, dado que sostienen que las autoridades monetarias, a través de “secar” la liquidez de la economía, han provocado estas alzas.

Resulta importante recalcar la naturaleza del aumento.  Difícilmente podría el Banco de México subir tan abruptamente las tasas en contra del mercado.  En otras palabras, la tendencia alcista la ha determinado el mercado.  Hemos tenido una gran cantidad de acontecimientos políticos durante el último mes cuyas implicaciones no quedan claras.  Aunque sean síntomas de la apertura democrática que está experimentando el país, ha creado confusiones y mayores percepciones de riesgo.  Este mayor riesgo se refleja en la tasa de interés a través de un factor que se conoce como premio al riesgo.

Por otro lado, el alza en el tipo de cambia ha creado presiones sobre el nivel de precios.  El costo de los insumos importados es ahora mayor y un aumento en el tipo de cambio como el que hemos observado, crea expectativas de una mayor inflación.  Al igual que el riesgo, las expectativas inflacionarias son un elemento que presiona al alza las tasas de interés.

El tercer elemento que influye en el aumento de las tasas es el de la incertidumbre sobre las posibilidades de crecimiento para el año entrante y las perspectivas de inflación.  En el nuevo programa del gobierno a través de la Alianza para la Recuperación Económica, a juicio de varios analistas no existen elementos contundentes para pensar que se pueda iniciar una recuperación el año entrante.  En otras palabras, el programa se percibe como insuficiente para iniciar el crecimiento sostenido que nos han prometido.

Sin embargo, más importante resulta la falta de elementos para poder reducir la inflación.  El aumento en los precios públicos es sustancialmente mayor que la meta de inflación para el año.  Por primera vez en la historia de los Pactos, el aumento a los salarios mínimos es (un uno por ciento) superior al 20 por ciento esperado de inflación.  El Banco de México no se compromete con ningún techo al crédito neto interno.  No existe elemento alguno explícito para compensar el aumento en el tipo de cambio.

Como resultado, algunos analistas están revisando a conciencia al alza sus expectativas de inflación para el año entrante.  La correduría norteamericana Bear Stearns anunció una inflación esperada del 40 por ciento para 1996.  La empresa consultora Polyconomics vaticina inflación entre 75 y 100 por ciento.  Aunque no comparto estas proyecciones, el simple hecho de que esten empezando a circular nos da una idea de las expectativas de inflación para el año entrante.  Ante mayor inflación esperada, mayor aumento en las tasas de interés.

Por esto resulta importante que el Banco de México anuncie cuanto antes sus topes para el flujo del crédito interno neto para el año entrante.  Sin embargo, para asegurar credibilidad en estas metas, se deberían anunciar en forma trimestral y no únicamente en forma anual.  Es importante restablecer credibilidad al manejo de los agregados monetarios, quitando la impresión actual de que va a existir un relajamiento importante en la política monetaria.

En buena parte, el aumento en las tasas de interés es porque se piensa que puede existir un relajamiento en la política monetaria y no porque el Banco de México este apretando demasiado ahora.  En este sentido, la demanda de los empresarios no solamente puede resultar peligrosa, sino podría ser el inicio de un embate inflacionario en serio.

Una buena parte del problema es la falta de volumen en los mercados.  Tanto el mercado cambiario, como el de los Cetes y la Bolsa, están debilitándose en volúmenes raquíticos, que muestran más falta de interés que algún tipo de pánico generalizado.  Son pocos los que están provocando este deterioro.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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