miércoles, 6 de septiembre de 1995

Lecciones del Modelo Chileno

 

Pulso Económico


Lecciones del Modelo Chileno


Por: Jonathan Heath®


Desde el inicio de esta década, México y Chile habían sido los países modelo para el resto de América Latina.  Ambos aplicaron un esquema similar de abrir la economía al comercio internacional, utilizar más los mecanismos de mercado para asignar eficientemente sus recursos y reducir el papel del Estado dentro de la economía.  Los dos tuvieron problemas de deuda externa a principios de los ochenta.  En ambos países ha surgido una crisis bancaria; en Chile hace diez años, en México hoy en día.  Sin embargo, hubo diferencias básicas entre las estrategias adoptadas.  Hoy en día, México está sumergido en una crisis profunda mientras que Chile está brillando por sus buenos resultados.  ¿Cuáles fueron estas diferencias?

Algunas de las diferencias fueron fundamentales.  Chile realizó su reforma microeconómica antes de abrir su economía.  Mantiene restricciones a la entrada de inversiones de portafolio.  Su política cambiaria consiste en bandas que fluctúan en términos reales.  La autonomía de la Banca Central incluye funciones adicionales no incluidas en el caso mexicano.  Instrumentaron un sistema de ahorro para el retiro mucho más robusto que el mexicano.  Privatizaron su sistema de Seguro Social.  Introdujeron UDI’s (llamadas Unidades de Fomento) hace tiempo, para lidiar con los problemas que causa la inflación sobre los intereses.  Cuando tuvieron problemas mayores de desempleo, las autoridades accedieron a crear un programa emergente de empleo, llamado red social del gobierno, con un alcance más profundo que el actual del gobierno mexicano.  Esto fue algo de lo que aprendí personalmente después de realizar un viaje a Chile hace unos meses.


La reforma microeconómica

Para los chilenos, fue muy importante asegurar que los mercados internos estuvieran funcionando antes de la apertura.  Esto significa que se tuvieron que realizar las desregulaciones primero.  No obstante, esto fue difícil dado que realizaron la desregulación financiera sin tener una cultura financiera ni banqueros de experiencia, lo que finalmente coadyuvó a la crisis bancaria.  Pero si no tienes empresarios genuinamente competidores, no vas a lograr una tasa de crecimiento genuina y sostenida.  En este sentido, la determinación de liberar primero el mercado interno antes del externo, fue esencial.


La política cambiaria

Para evitar la apreciación del tipo de cambio real, Chile fijó su política en función de una cotización llamada el dólar-acuerdo, que es una ponderación de dólar, yen y marco.  A diferencia de México, en donde fijábamos techo y piso de la banda mediante alguna regla, en Chile el acuerdo-dólar se va ajustando sólo en función de las variaciones entre los tipos de cambio de dólar, yen y marco y la propia inflación chilena.  Esta cotización de referencia, siempre es el punto medio de su banda de flotación, ya que tanto el techo como el piso se determinan automáticamente tomando más 10 por ciento para el techo y menos 10 por ciento para el piso, partiendo del acuerdo-dólar.  De esta forma, se garantiza un tipo de cambio real que evita sistemáticamente la sobrevaluación y se ofrece una mayor predictibilidad a la cotización cambiaria con un sistema de flotación dentro de una banda preanunciada.


La autonomía del Banco Central

Reconociendo (tal como lo hace nuestro Plan Nacional de Desarrollo), que la política cambiaria, por su propia naturaleza, es complementaria a la política monetaria, los chilenos no separaron la responsabilidad de las dos políticas como existe actualmente en nuestro país.  La responsabilidad, tanto de la política monetaria como de la política cambiaria, es del Banco Central.  Por lo mismo, a la finalidad primordial del Banco Central se añade un objetivo adicional.  En ambos países los Bancos Centrales buscan asegurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda y propiciar el buen funcionamiento de los sistemas internos de pago.  En el caso del Banco Central de Chile, se agrega el de mantener un funcionamiento normal de los pagos externos, lo cual lo traducen en mantener un déficit razonable de la cuenta corriente.  En este sentido, el Banco Central ha puesto como objetivo que el déficit en la cuenta corriente, como tendencia de mediano y largo plazos, no exceda el rango de 3 a 4 por ciento del PIB.


La administración de fondos de pensión

Para atacar el problema de una insuficiencia de ahorro interno, los chilenos implantaron un sistema de ahorro para el retiro, llamado fondos de pensión.  Las diferencias básicas con el fracaso mexicano del SAR fueron: una tasa de ahorro del 10 por ciento contra 2 por ciento del SAR; cuentas individualizadas desde un inicio para otorgar una transparencia total y hacer sentir a cada persona que es su dinero y no simplemente un impuesto más, a diferencia del SAR que únicamente ofreció una promesa no cumplida de cuentas individualizadas; la eliminación del beneficio anterior de jubilación por parte del Seguro Social a través de un bono de reconocimiento a cada individuo por lo que había pagado al sistema anterior, a diferencia de la experiencia mexicana que agrega el SAR (que es insuficiente) al sistema anterior (que no sirve); y la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensión en Chile es una entidad autónoma, mientras que en nuestro país la administración del SAR está escondida entre Hacienda y Banco de México.


El programa emergente de empleo

En Chile, durante los años 1982-84, la crisis económica llegó a un nivel tan crítico que el gobierno tuvo que instrumentar un programa de emergencia, llamado “red social”, para afrontar los problemas de pobreza y desempleo.  Se crearon subsidios de alimentos, empleos, etc. y combatieron intensamente los problemas de desnutrición infantil y analfabetismo.  La crisis laboral era tan agobiante que se procedió a implantar esta política que por su naturaleza pudiera parecer muy populista, precisamente el tipo de política que el gobierno mexicano ha buscado evitar.  Las diferencias con el Programa Emergente de Empleo Temporal anunciado por Zedillo, es simplemente el alcance.


Nota final

Como podemos apreciar, son muchas las lecciones que nos ofrece la experiencia chilena.  Si vamos a introducir un sistema de ahorro, más vale hacerlo bien y agresivo.  Si vamos a darle autonomía al Banco Central, hay que incluir la política cambiaria y la responsabilidad de asegurar los pagos externos.  Si vamos a abrir la economía al exterior, vamos a asegurar primero la eficiencia interna.  Si establecemos una nueva política cambiaria, hagámoslo de tal manera que evite la sobrevaluación.  Si queremos mitigar el problema del desempleo, vamos al fondo.  Al final de cuentas, a ellos les funcionó y a nosotros no.  Mi máximo reconocimiento al pueblo chileno que está bien encaminado para resolver sus problemas.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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