Pulso Económico
La Captación Bancaria
Por: Jonathan Heath®
El martes de la semana pasada, Reforma publicó en primera plana que el ahorro nacional había disminuido 11.4 por ciento, como consecuencia del crecimiento acelerado en el consumo. Sin embargo, los indicadores disponibles señalan lo contrario.
El Banco de México da a conocer un reporte mensual de los agregados monetarios y la actividad financiera, en el cual incluye información detallada sobre la composición de las cifras. La desagregación del agregado monetario M4a comprende entre otras variables, la captación de la banca comercial de residentes en el país, la cual disminuye 11.4 por ciento en términos reales (es decir, ya descontado el efecto de la inflación) en el mes de agosto con respecto al mismo mes del año pasado. Esta disminución realmente es preocupante, especialmente cuando observamos que el crecimiento económico de los últimos seis meses ha sido sustancial. Aunque queda claro que la cifra resulta desconcertante, habría que analizarla con cuidado, ya que no necesariamente es reflejo de una disminución en el ahorro, que a su vez se explica por el aumento en el consumo.
Lo primero que habría que señalar es que la captación de la banca comercial de residentes no es lo mismo que el ahorro nacional. Por lo mismo, concluir que el ahorro nacional se desploma como consecuencia de una disminución en la captación bancaria es francamente engañoso. Existen muchas formas de ahorro en una economía, una de las cuales es depositar parte del ingreso en el banco. Si analizamos las cifras del ahorro interno del país, podemos observar que se ha sostenido su nivel como porcentaje del PIB, lo que sugiere que la disminución de la captación bancaria se ha compensado por aumentos en otras formas de ahorro.
Una de las primeras explicaciones es que el público ha decidido cambiar su forma de ahorrar, del sistema financiero a otros lugares, como podría ser la compra de bienes raíces o el consumo de bienes duraderos. El agregado monetario más amplio, M4a, registra básicamente la misma proporción del PIB en el segundo trimestre del año (43.9%) que en el primero (43.6%). Sin embargo, ambos trimestres son menores a la que existía hace un año (44.8% en el primer semestre de 1999). Estas cifras sugieren que el público ha buscado otras formas de ahorro fuera del sistema bancario, aunque no en un monto suficiente como para explicar la caída en los depósitos bancarios. Por lo mismo, debemos buscar dentro del mismo sistema financiero otros rubros que han aumentado.
El agregado M2a comprende los billetes y monedas en poder del público, cuentas de cheques y los activos financieros internos en poder de residentes del país. Al analizar el desglose del último componente, podemos examinar la captación de la banca comercial, los valores emitidos por el gobierno federal y el IPAB y los fondos de ahorro para el retiro. Aquí se observa claramente que la caída en la captación de la banca no se refleja en una disminución de M2a, sino al contrario, muestra un aumento a lo largo de los últimos cuatro años. Mientras que la captación comercial disminuye, todos los demás rubros siguen creciendo, lo que significa que la gente sigue utilizando al sistema financiero como vehículo de ahorro, pero ya no a través de la banca comercial.
Intuitivamente, podríamos pensar que la razón principal radica en las tasas de interés tan bajas que ofrece la banca a sus ahorradores. Por ejemplo, las tasas que paga la banca a los ahorradores pequeños en pesos son menores a la tasa que pagan los bancos en Estados Unidos a sus depósitos en dólares. Si uno no tiene lo suficiente para abrir una cuenta para inversiones medianas (más de 100 mil pesos) más vale la pena gastarse el dinero o bien buscar una forma alternativa para ahorrar. Sin embargo, estas tasas siempre han sido muy bajas y su captación no representa una proporción importante dentro de la captación total.
Una explicación de más peso la podemos encontrar en algunos cambios institucionales que han ocurrido en el transcurso de este año. No fue hace mucho que el Congreso aprobó la creación del IPAB, instituto que no solamente sustituye al Fobaproa, sino que además tiene la facultad de comprar la deuda del Fobaproa a los bancos y sustituirla por los nuevos bonos IPAB. Por ejemplo, el IPAB liquidó la deuda que tenía con Citibank, que le costaba la tasa TIIE más 4 puntos y lo sustituyó con la colocación de sus nuevos bonos que pagan la tasa de Cetes. Esto representa un ahorro para el IPAB (y para los mexicanos que pagamos impuestos) de más de 5 puntos porcentuales. Lo mismo sucedió con la mayoría de los otros bancos, aunque el ahorro varía en cada caso.
En el proceso los bancos recibieron una inyección de fondos que mejoró su liquidez y disminuyó su necesidad de fondeo. Dado que no están otorgando mucho crédito que digamos, los bancos empezaron a tener más captación que lo que requerían. El exceso que tenían lo han invertido en instrumentos emitidos por el gobierno federal y por lo propios bonos IPAB. Por lo mismo, disminuyeron las tasas que pagan por la captación tradicional y muchos ahorradores de nivel medio (entre 100 y 400 mil pesos) se salieron de la banca y se fueron a lo que se llama el mercado de dinero (que comprende principalmente instrumentos del gobierno federal, papel comercial y aceptaciones bancarias). Inclusive, se pudo observar un aumento importante en las aportaciones voluntarias a las Afores.
Esto significa que la mayor parte de la explicación de la disminución de la captación de la banca comercial radica en cambios institucionales dentro del propio mercado y no en una reducción en el ahorro. La teoría económica nos dice que el ahorro depende del ingreso disponible, es decir, entre más aumenta el ingreso de las personas, más aumentará el ahorro. Al observar una tasa de crecimiento elevado en la actividad económica, es de esperar que el ahorro debería aumentar.
Esto no significa que el sistema bancario salga bien librado. Existe aún una tasa demasiado elevada en los créditos, mientras que se le paga muy poco a los ahorradores. La diferencia, que es el margen financiero, es muy elevada. El problema es que la banca está forzada a cobrar una prima sobre sus créditos por el alto riesgo que representa prestar en este país.
Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx
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