martes, 4 de abril de 2000

¿Deberíamos ser Optimistas?

 Pulso Económico

¿Deberíamos ser Optimistas?


Por: Jonathan Heath®


  1. Los últimos indicadores macroeconómicos señalan una mejoría notable en el desempeño de la economía y muchos ya descartan la posibilidad de una crisis sexenal.  ¿Deberíamos compartir este optimismo o ser más cautelosos?

    1. Por un lado, la Secretaría de Hacienda presume sus logros de reactivar la economía, abatir la inflación, contener el déficit externo, mejorar el perfil de amortizaciones de la deuda externa, conservar la disciplina fiscal y reducir las tasas de interés.  Por el otro, el Banco de México habla de cautela y de un posible sobrecalentamiento de la economía.  Mientras que Moody’s le da a México el grado de inversión, Fitch IBCA señala que nuestro país tiene más problemas de deuda que otros países.  Igual, las instituciones financieras del exterior presumen el hecho de que el perfil actual de la deuda externa es el mejor que ha tenido México en las últimas tres décadas, pero muchos analistas advierten sobre los peligros de una moneda sobrevaluada y el daño que podría ocasionar al país.

    2. No hay duda de que estamos en una mejor situación que hace seis años, cuando la ilusión de casi pertenecer al primer mundo se desvaneceó con la devaluación de diciembre.  Las cifras de hoy pintan mejor ante casi cualquier comparación.  El gobierno ha puesto como su máxima prioridad evitar que caigamos de nuevo en una crisis sexenal.  Una y otra vez escuchamos a los de funcionarios públicos afirmar que van a hacer todo lo necesario para evitar una crisis y para tener una sucesión presidencial exitosa.  En el transcurso de los últimos meses ha crecido el optimismo sobre México.

    3. Sin embargo, no existe el mismo optimismo en todos lados.  Es notable que fuera del país sea mucho más significativo que dentro.  Mientras que Moody’s sostiene que México ya tiene una democracia robusta, los que vivimos aquí nos damos cuenta que todavía falta mucho.  Aunque afuera están convencidos de que no habrá crisis e invierten en México, aquí nos pesa mucho la historia de crisis recurrentes y no podemos ser optimistas tan fácilmente.  La revista Latin Finance le otorga al Presidente Zedillo el premio del hombre del año por su labor en sacar al país de la crisis y volver a ponerlo en alto.  No obstante, parece ser el mismo cuento de siempre: antes de las elecciones todo está muy bien, pero agárrense hacia fines de año.

    4. Hace seis años, cuando todo parecía estar bien, tuvimos varios incidentes que nos recordaron que siempre no.  Empezamos con Chiapas y al poco tiempo tuvimos los aumentos en las tasas de interés de Estados Unidos.  Después hubo el teatrito de Manuel Camacho y el asesinato de Luis Donaldo Colosio.  Siguieron las salidas de capital, el secuestro de Alfredo Harp Helú, la supuesta renuncia de Jorge Carpizo y el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.  Afortunadamente no hemos tenido un asesinato de alguien tan notorio, pero tampoco hemos escapado sin llamadas de atención.

    5. En lo que va del año hemos visto varios asesinatos (o aparentes suicidios) ligados al mundo del narcotráfico.  Han existido señales de que los viejos vicios políticos perduran todavía, como aparentemente ocurrió en las elecciones internas del PRI en Tabasco y las finanzas creativas de Oscar Espinoza Villarreal.  El escándalo del IPAB y el conflicto de la UNAM nos recuerdan a diario que hay un montón de problemas por resolver.

    6. Las autoridades quieren que creamos que ahora estamos mejor porque existe mayor transparencia en el manejo de la información.  Sin embargo, también existen suficientes ejemplos que nos hacen dudar de su sinceridad.  Por ejemplo, ¿por qué ha ocultado la Secretaría de Hacienda el contenido del Memorando Técnico suscrito con el Fondo Monetario Internacional?  No nos referimos a la Carta de Intención o al Memorando de Políticas Económicas, que se dieron a conocer en su momento, sino a la otra parte que parece contener información confidencial.  Mientras que el Gobierno interpreta las leyes en forma rigurosa para negarle al público la información sobre Fobaproa y el IPAB, las ablanda y las dobla con los extranjeros con tal de que nos presten dinero.

    7. La semana pasada, la empresa calificadora londinense Fitch IBCA señaló que México tenía la mayor deuda de corto plazo de cualquier país de América Latina y que la deuda externa de corto plazo, junto con su baja tasa de liquidez externa, la hacía vulnerable ante choques externos.  Obviamente molesto, el Director General de Crédito Público, Carlos García Moreno, le respondió  con detalles cómo es la situación de la deuda externa mexicana.  Por su importancia, el gobierno aseguró que todos los medios tuvieran copia de la respuesta.

    8. Después de leer la carta, queda claro que Hacienda ha hecho un trabajo extenso para mejorar el perfil de la deuda, a tal grado que sería casi imposible que tuviéramos una crisis de pagos en este año y el siguiente.  Pero lo interesante sale a relucir cuando la carta dice que “fuimos sorprendidos por estos comentarios en la medida que reflejan una comprensión superficial de las estadísticas de la deuda externa de México”.  Inclusive hace alusión a la publicación titulada Databook que la Secretaría de Hacienda difunde trimestralmente desde hace algunos años.  Para los que tienen acceso a esta publicación, resulta casi incomprensible y virtualmente imposible llegar a las conclusiones contenidas en la carta.

    9. No es que dudemos de las cifras de Hacienda.  La explicación contenida en la carta esta más que bien.  El problema es la falta de transparencia y rendición de cuentas en forma sistemática de estas cifras.  El Databook reporta números agregados sin mayor explicación, sin especificar exactamente de dónde proviene y qué significa cada rubro.  Además sale con un rezago impresionante y su distribución todavía es privilegiada.  La empresa Fitch IBCA no se equivocó en su análisis, sino más bien Hacienda se ha equivocado en su política de comunicación.  Debería existir un reporte mensual, con un rezago máximo de 40 días (similar a la mayoría de la información que maneja INEGI), con todas las cifras desagregadas y explicadas (como en la carta), incluyendo un informe sobre los cambios del último mes como amortizaciones, deuda nueva, pasivos por vencer, intereses pagados, etc.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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