martes, 28 de marzo de 2000

Un Sexenio de Autonomía

 

Pulso Económico


Un Sexenio de Autonomía


Por: Jonathan Heath®


El sábado, 1 de abril, el Banco de México cumple seis años de autonomía formal.  Sin embargo, la mera existencia de una estructura legal no garantiza que en la práctica el Banco goce de una independencia efectiva.

La autonomía del Banco Central de la Secretaría de Hacienda es esencial para abatir la inflación y sostener la estabilidad de precios.  Tanto la argumentación teórica como la investigación empírica sugieren que la existencia de un banco central independiente contribuye a la estabilidad y es requisito necesario del crecimiento económico sostenido.  Si queremos evitar mayor deterioro en la distribución del ingreso y otorgar poder de compra constante a los salarios, tenemos que empezar por abatir la inflación.

La política monetaria juega un papel primordial en la estabilidad macroeconómica de un país.  Sin embargo, en la práctica hemos encontrado abusos frecuentes que desencadenan, acentúan o prolongan la inflación y la mayoría de estos casos se debe a la intervención del gobierno federal con objetivos encontrados.  El gobierno busca crecimiento acelerado, generación de empleos y mayor bienestar para la sociedad.  También busca formas para financiar el desarrollo y fomentar la inversión privada.  Desgraciadamente, la tentación de tomar en sus manos y abusar de la política monetaria es muy grande.

La práctica nos ha enseñado que siempre debe existir coherencia entre el número de instrumentos y objetivos, es decir, debe existir por lo menos un instrumento por objetivo.  Si se quiere utilizar un instrumento para conseguir múltiples objetivos, la política está destinada al fracaso.  En el caso de la inflación, el instrumento más idóneo es la política monetaria.  Por lo mismo, cada vez más países han definido un solo objetivo principal para sus bancos centrales y al mismo tiempo, establecen su autonomía para garantizar que el gobierno federal no pueda dictarle términos que persigan otros objetivos, desviar su atención o restarle poder sobre sus decisiones.

Con esta lógica, el Congreso aprobó la legislación necesaria para otorgarle la autonomía al Banco de México a partir del 1 de abril de 1994.  Desgraciadamente, esta independencia llegó en el peor momento posible.  Nueve días antes fue asesinado Luis Donaldo Colosio y el país entró en una crisis financiera.  En el transcurso del mes siguiente (el primer mes de autonomía del Banco Central), salieron del país casi 11 mil millones de dólares de inversionistas que buscaban protegerse de una posible devaluación.  En vez de atender la recién adquirida independencia, las autoridades monetarias se reunieron diariamente con los funcionarios de la Secretaría de Hacienda para instrumentar medidas de emergencia y adecuar la política monetaria a las necesidades del gobierno.

Un banco central independiente hubiera aplicado de inmediato una política restrictiva que aumentara las tasas de interés y evitara la esterilización de las salidas de capital.  De tener bajo su mando la política cambiaria, seguramente hubiera aprovechado la ocasión para flotar la moneda y dejar que el tipo de cambio se ajustara para reflejar el aumento súbito en la demanda de dólares.  Sin embargo, la Secretaría de Hacienda vio más importante ganar las elecciones que se iban a celebrar en cuatro meses y le impuso al Banco medidas que iban en contra de su interés.  Conjuntamente se dedicaron a emitir y a colocar una cantidad exorbitante de Tesobonos a corto plazo, mientras que el Banco incrementó su crédito interno neto para sustituir los dólares que se fugaban del país.

Por lo mismo, la primera prueba de independencia la reprobó miserablemente y empezó su autonomía enfrascado en una crisis de credibilidad como pocas veces se ha dado.  A pesar de la existencia de una nueva ley que decía lo contrario, el jefe del Gobernador del Banco de México siguió siendo el Secretario de Hacienda.  A partir de ese momento, la autonomía ha avanzado por etapas claramente definidas.

La segunda etapa llegó precisamente con el cambio de sexenio, cuando el que era su jefe dejó su puesto y fue reemplazado con un nuevo Secretario.  A partir de este momento, pudimos observar cambios sutiles en la relación con la Secretaría de Hacienda y poco a poco el Banco fue afianzando su papel de ente autónomo.  Por ejemplo, los informes anuales empezaron a ser un poco más críticos y las decisiones algo más propias.  Aunque se empezó a manejar la información con mayor transparencia, se notaba que era por obligación y no por convicción.  Sin embargo, los cambios se dieron con timidez y demasiado respeto por el gobierno federal que se confundía con un cierto servilismo.  Este periodo duró del 1 de diciembre de 1994 al 31 de diciembre de 1997, fecha en que se jubiló Miguel Mancera como Gobernador del Banco y fue reemplazado por Guillermo Ortiz.

La siguiente etapa empieza con nuevas cabezas tanto en el Banco como en Hacienda, pero ahora con un Gobernador mucho más fuerte políticamente hablando y con una enorme ventaja técnica sobre el nuevo Secretario.  Sin embargo, todavía surgían preguntas sobre la autonomía ya que el nuevo Gobernador había sido el anterior Secretario de Hacienda y además persona muy cercana al Presidente de la República.  No obstante, empezamos a observar cambios importantes y sobre todo más decisivos.  Aunque hubo un tropezón el primer año dado que aumentó la inflación como consecuencia de shocks externos, al poco tiempo se empezaron a observar resultados concretos.  Por primera vez en mucho tiempo, el Banco de México cumple sus objetivos y empieza a crecer la credibilidad.  Se ve que actúa en congruencia con su objetivo de abatir la inflación, sin atender las presiones electorales.

Ahora con el proceso de la sucesión presidencial empieza la siguiente etapa, que será una verdadera prueba de autonomía, ya que el Gobernador del Banco se queda tres años más.  El nuevo Presidente, sea Francisco Labastida, Vicente Fox o Cuauhtémoc Cárdenas, no tiene la misma cercanía que tuvo Ernesto Zedillo con el Banco.  Tampoco tendrá el mismo manejo técnico de la economía y el entendimiento de la política monetaria.  Por lo mismo, habrá más retos y problemas.  De éstos hablaremos el próximo jueves.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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