Pulso Económico
Dos Visiones del Banco Central
Por: Jonathan Heath
El debate sobre el Banco de México continua en medio de una gran controversia y posiciones polarizadas. Sin embargo, el concepto de fortalecer la autonomía obedece a una lógica mucho más amplia que el enfoque monetarista que tanto critica la izquierda.
Si examinamos el debate que se está llevando a cabo, encontramos que cada partido organiza sus coloquios sin que le interesen los puntos de vista del otro lado. Por un lado, están los monetaristas que tienen un enfoque muy dogmático de los alcances de la política monetaria, y por el otro, los que por principios se oponen a este enfoque.
Tenemos dos extremos, incapaces de escucharse uno al otro, que únicamente quieren imponer su razón. En una esquina están los proponentes de la iniciativa cuya visión es que la banca central no puede ejercer control directo sobre las variables reales de la economía, sino únicamente sobre los valores nominales de algunas variables. En otras palabras, si el Banco trata de cambiar una variable clave de la economía, la inflación se ajustará de tal forma que el valor real de la variable quede igual. Esta interpretación de la economía es conocida como el enfoque monetarista.
En la otra tenemos la visión que ve al banco central como la institución que controla el dinero de la economía y por lo tanto, tiene un poder dominante sobre la política económica. Este enfoque establece que la política monetaria tiene un efecto importante sobre las variables claves de la economía y que la inflación se da por otro tipo de cuestiones.
Bajo la óptica de la primera, la autonomía de las autoridades monetarias es importante dado que los gobiernos se olvidan que el banco central no puede generar riqueza. Por lo mismo, caen en la tentación de utilizarlo como instrumento de financiamiento y lo que producen son inflación e inestabilidad. La autonomía busca aislar al banco de estas tentaciones.
La otra visión sostiene que se debería de tener un control directo sobre el banco central dado que se le puede dirigir para mejorar la justicia social. Un banco autónomo puede llegar a tener objetivos diferentes al resto de la sociedad, lo cual no se puede permitir.
Bajo esta óptica se puede ver claramente por qué se asocia la autonomía con el enfoque monetarista. Sin embargo, este no es necesariamente el caso. Existen escuelas de pensamiento que no concuerdan con las posiciones monetaristas, pero que aun así están a favor de fortalecer la independencia. En general, son personas con una visión muy pragmática de la economía y que han visto los resultados inflacionarios que produce el Banco Central cuando éste quiere abusar de su función dentro de la economía.
El caso más notable es el de Chile. Los funcionarios del Banco central de Chile no han adoptado el esquema monetariasta dado que ellos sí piensan que se puede ejercer algún control sobre las variables reales de la economía. En lo particular, ellos llevan a cabo sus políticas monetaria y cambiaria en función de un control sobre dos variables reales claves de la economía: la tasa de interés real y el tipo de cambio real.
Sin embargo, su pragmatismo los ha llevado a aprender de las experiencias que han tenido en el pasado, cuando tuvieron inflaciones sumamente elevadas (de cuatro dígitos). Aprendieron que no se puede abusar de las funciones del banco central dentro de una economía y que es muy importante otorgarle su autonomía para aislarlo del gobierno. El tiempo ha demostrado que su fórmula está funcionando. Su inflación está ubicada actualmente por debajo del 6 por ciento anual y han tenido un crecimiento elevado sostenido. Pero todavía más importante, lo han logrado sin ninguna crisis en su balanza de pagos, que como México, había sido su talón de Aquiles.
Otro ejemplo es el caso de Argentina. En este caso se fueron un paso más allá de otorgarle la autonomía a su banco central, dado que además le impusieron reglas de convertibilidad de tal forma que casi desaparece tal y como lo conocemos aquí en México. También sus resultados han sido muy positivos, aunque no se han escapado totalmente de los problemas asociados con su balanza de pagos.
Para poder convencer a los que se oponen al fortalecimiento del Banco Central, se tienen que producir resultados positivos. Para esto no existe mejor prueba que la del sexenio. Ahora con la política cambiaria en su poder, el Banco de México está obligado a seguir abatiendo la inflación en forma sostenida y mantener el funcionamiento normal de los pagos externos, es decir, de evitar una crisis en la balanza de pagos. La propuesta no obedece únicamente a una lógica monetarista, sino también a un reclamo generalizado de la sociedad.
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