lunes, 25 de agosto de 1997

¿Dónde está la Prometida Autonomía del INEGI?

 

Pulso Económico


¿Dónde está la Prometida Autonomía del INEGI?


Por: Jonathan Heath


Hace una semana, el INEGI dio a conocer la noticia de que la actividad económica había crecido 8.8 por ciento durante el segundo trimestre del año.  A pesar de que es un noticia fundamentalmente buena, existe la necesidad de una reflexión en el cómo se dio a conocer el dato.

Fue muy obvio que el INEGI le encontró al juego político de tratar de utilizar la información económica para contrarrestar noticias negativas.  Divulgó el dato del PIB un día antes de lo programado, sabiendo que el anuncio de un crecimiento muy positivo iba a equilibrar la deplorable noticia del asesinato del hermano mayor del secretario de Hacienda el sábado anterior.  Ante el temor de que los inversionistas vendieran acciones y valores gubernamentales como reacción a la posibilidad de que el asesinato tuviera motivos políticos, el INEGI violó su propio calendario de divulgación en espera de que los inversionistas reaccionaran positivamente y los mercados financieros se salvaran de una sacudida mayor.

En principio, funcionó.  Utilizando al mercado bursátil como indicador del nerviosismo de los inversionistas, pudimos observar que abrió con una marcada tendencia a la baja.  Al difundirse la noticia del INEGI, el índice de cotizaciones reaccionó como se esperaba y empezó a crecer de nuevo.  Sin embargo, la utilización de información económica para el manipuleo político es una práctica que debería de haber quedado en el pasado.  Aquí se mostró una vez más por qué es necesario que el INEGI sea un organismo autónomo y no dependa de la Secretaría de Hacienda.

En los Estados Unidos, al igual que en la mayoría de los países desarrollados, la divulgación de información económica obedece a un calendario riguroso, en el que se establece con toda claridad no solamente el día exacto de su difusión, sino hasta la hora precisa del día.  En el mundo de la finanzas, la información es un bien cotizado que puede otorgar ventajas a las personas que lo conozcan primero.  Por lo mismo, este tipo de información se maneja en forma muy transparente y en circunstancias iguales para todos.  Inclusive, es penado legalmente por la autoridades realizar operaciones con información privilegiada.

Con reglas claras, todos los usuarios de la información saben exactamente l día y la hora de su difusión,  sin embargo, al otorgar la información por adelantado, se privilegia a los más atentos y se crean situaciones injustas, que en términos financieros se llama arbitraje.  El calendario de divulgación se debe respetar al pie de la letra y su violación debería estar sancionada por la ley.  Sin embargo, la Secretaría de Hacienda en juez y parte y por lo mismo, no puede emitir un juicio imparcial.

Al dar a conocer información antes de lo establecido, el INEGI pierde la imparcialidad que lo debería de caracterizar.  En especial, tratándose de un instituto que depende directamente de la Secretaría de Hacienda, el manipuleo político de la información, para contrarrestar una tragedia personal de la familia de su titular, no es una práctica deseable.

A partir de l crisis de 1994, el Gobierno fue muy criticado por su política de comunicación en torno a la información económica.  Organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, junto con el gobierno de los Estados Unidos hicieron una petición formal a México a que cambiáramos nuestras prácticas obscuras y que fuéramos más transparentes y derechos.  Muchos analistas culparon al Gobierno de manipular la información estadística, rezagando la  divulgación de información negativa y adelantando la positiva en forma regular para incluir en las expectativas.  Independientemente de que si tenían o no la razón, el hecho es que quedó muy mal sabor de boca en este rubro.

Como resultado de lo anterior, el Banco de México empezó a divulgar información diaria y semanal, vía fax e internet, a todos los usuarios y al público en general que así lo solicitara.  Tuvieron que cambiar la metodología de algunas variables para poder cumplir con lo prometido y redoblar sus esfuerzos por difundir amplia y oportunamente sus datos.  Los avances han sido extraordinarios y tenemos hoy más y mejor información oportuna.  Inclusive, el Banco de México llegó al extremo de dar a conocer su pronóstico diario sobre la evolución de la base monetaria para todo el año, práctica que ningún oro banco central hace a nivel mundial.

Sin embargo, han existido tropiezos importantes.  En 1995 nos confundieron con dos diferentes metas de la expansión del crédito interno neto, una negociada con el FMI y otra para el consumo interno del País.  En 1996, no fueron muy claros con el punto de partida para medir la expansión de la base monetaria.  Afortunadamente, han ido corrigiendo sus fallas.

El INEGI también ha mostrado un avance extraordinario en su recopilación estadística y procesamiento de información.  Fuimos de los primeros países a nivel mundial en incorporar las últimas recomendaciones de las Naciones Unidas en nuestras cuentas nacionales.  El tiempo promedio de procesamiento de las encuestas se ha reducido para dar a conocer así la información en forma mucho más oportuna.  La extensión y cobertura de la información estadística se h ampliado para incorporar más información regional y sectorial.  No cabe duda e que el INEGI ha hecho un trabajo magnífico.

No obstante, también ha producido sus dudas.  Ha existido momentos en que parecía que presentaba los datos corregidos por factores estacionales, únicamente cuando le convenía.  No ha podido ampliar la cultura estadística entre los usuarios, es decir, explicar las limitaciones de los datos para evitar interpretaciones equivocadas.  Tampoco ha sumido la responsabilidad de la construcción de los índices de precios, cuando es un compromiso adquirido desde la autonomía del Banco Central de 1994.

Por lo mismo, es hora de que se otorgue una independencia plena al INEGI.  Dbe ser un organismo totalmente alejado de los estirones políticos, con ninguna posibilidad de manipulación como la que acabamos de observar.  Aunque no han prometido esta autonomía desde hace un par de años, simplemente nos han dado atole con el dedo.  Son justamente estos detalles los que ha entorpecido los esfuerzos por mejorar la confianza del exterior en nuestras instituciones,  ¿Cómo queremos aspirar a una calificación mejor en cuanto a nuestro riesgo país, si todavía damos señales de manipulación de nuestra información?

Ya es tiempo que l autonomía sea una realidad.  Pero en vez de otra promesa, necesitamos una fecha exacta.  ¿Cuándo será?


Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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