Pulso Económico
Los Problemas Políticos y los Mercados Financieros
Por: Jonathan Heath
Durante los últimos veinte años hemos tenido devaluaciones catastróficas en por lo menos cuatro ocasiones: en 76, 82, 85 y 94 (la devaluación de 87 fue de dimensión y lógica diferentes). En cada ocasión, tuvimos un modelo económico distinto. Sin embargo, llegamos en cada caso a una crisis con recesión e inflación, marcada con una frustración de l población por la caída tan abrupta en su poder adquisitivo y sin los medios para lograr un cambio importante en el sistema político.
Primero tuvimos un presidente que descubrió la maquinita para imprimir billetes, lo cual trajo la ilusión de la abundancia. Después de varias décadas de déficit públicos pequeños e inflación baja, Echeverría aplicó un modelo económico de mayor intervención estatal, regulaciones y restricciones a la inversión extranjera. Al final terminó en una devaluación.
Después llegó López Portillo con la promesa de la abundancia petrolera. Se expandió el número de empresas para estatales y se introdujo una política industrial. Se incrementó enormemente la deuda pública, tratando de adelantar la prosperidad que parecía inminente. El déficit público permaneció elevado y como resultado se mantuvo una inflación alta. Igual que antes, todo terminó con una devaluación
Por último tuvimos a Salinas, quien abrió la economía a la competencia global, quitó muchas regulaciones, eliminó el déficit público y privatizó un gran número de empresas para estatales. Redujo la deuda interna a través de los recursos procedentes de las privatizaciones, sin embargo, la abundancia que dejó estas operaciones produjo abusos. También terminó en una devaluación. Tres modelos económicos diferentes con resultados similares. Sin embargo, las tres devaluaciones se dieron en una situación de abundancia de recursos, ya sea por la ilusión del déficit público, por ingresos petroleros combinados con endeudamiento externo o por privatizaciones con flujos de capital del exterior. Pero lo más importante de todo es la constante: el sistema político.
Hemos tenido un sistema político que permite los abusos y los malos manejos de los recursos públicos. Es un sistema que no solamente se ha caracterizado por una impunidad generalizada, que no castiga a los políticos y empresarios que han abusado una y otra vez, sino que además los protege. Es un sistema que permite malas decisiones sin ningún castigo ni recriminación.
La relación entre nuestro sistema político y la economía es algo que los extranjeros entienden cada vez mejor. Hoy en día, les preocupa los acontecimientos políticos porque saben que las posibilidades económicas
están limitadas por ellos. Tengo un contacto muy extenso con inversionistas extranjeros que me lo comentan con una gran frecuencia. No hay duda que los problemas más políticos afectan a los mercados.
Esto lo podemos corroborar en muchas de las operaciones día con día. Cuando la Bolsa empieza a caer a las tasas en el mercado secundario suben, les preguntamos las razones a los operadores. En muchas ocasiones ellos responden que los mercados están nerviosos por tal evento o acontecimiento político. Al final de cuentas, ellos son el mercado, dado que son los que realizan las compras y ventas. En un momento dado, pudieran estar sobrerreaccionando, pero no hay duda de que los problemas de tipo político los están poniendo nerviosos. Esto no es falta de análisis por parte de los escritores de la rama financiera, sino una realidad que emana de los inversionistas que toman las decisiones que hacen mover los mercados.
Ahora que se dio a conocer que muchos empresarios estaban involucrados en los negocios obscuros de Raúl Salinas, hubo efectos muy palpables. Los precios de las acciones de Serfín y Vitro bajaron mucho al conocer el involucramiento de Adrián Sada. La colocación de capital por parte de Televisión Azteca se tuvo que posponer cuando salió a la luz pública la implicación de Ricardo Salinas Pliego. Los comentarios acerca de la calidad ética y moral de José Maradiaga como líder de los banqueros fueron abundantes. Televisa empezó por despedir a Abraham Zabludovsky (aunque después cambiaron de parecer) cuando se conoció que era el socio principal de Raúl Salinas en la empresa MASA.
Desde que se dieron a conocer un poco más los alcances de la corrupción Salinas, muchos inversionistas extranjeros me han manifestado su preocupación. Un empresario importante aquí en el país me comentó que sus proveedores extranjeros estaban inquietos por los escándalos y a punto de pedirle pagos por adelantado,
Por eso me extraña la carta del señor Antonio López de la Parra, director de Finanzas de Carplastic, dirigida a Samuel García y reproducida el martes pasado. Dice que los escritores de la rama financiera no han sabido desarrollar una capacidad mayor de análisis para explicar diversos fenómenos que afecten a los mercados financieros, y por lo tanto, atribuyen mucho de lo que pasa a los problemas políticos.
En el informe anual del Baxico, nos podemos percatar que el análisis “oficial” de lo que produjo la devaluación de 94 fueron los acontecimientos políticos y delictivos que sucedieron durante el año. ¿Esto significa que el Banxico carece de análisis? Lo dudo. Podemos no estar de acuerdo pero no significa que es un análisis equivocado o falto de seriedad.
En resumen, los problemas políticos afectan a la economía y ponen nerviosos a los mercados financieros. De esto no hay duda. Pero esto no quiere decir que debemos o podemos ir al extremo de tratar de explicar todo a través de la política. Al final de cuentas la política es un asunto muy importante para dejarlo solo a los políticos.
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