jueves, 18 de enero de 1996

El Pago Pendiente a los Estados Unidos

 

Pulso Económico


El Pago Pendiente a los Estados Unidos


Por: Jonathan Heath


El problema de la amortización de Tesobonos por más de 29 mil millones de dólares (mmd) quedó resuelto el año pasado gracias a la ayuda de la comunidad financiera internacional.  A través del programa de rescate financiero, los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, otorgaron a México suficientes recursos para afrontar satisfactoriamente todas las obligaciones existentes.  Ahora, en 1996, tenemos un perfil de amortización normal que podemos pagar sin  ningún problema.

Durante todo el año no tenemos que realizar ninguna amortización del dinero recibido, más que 1.3 mmd de un “swap” de corto plazo que vence el 29 de enero.  Como parte del programa de rescate, el gobierno de Estados Unidos otorgó a México 2 mmd, el 2 de febrero del año pasado; la mitad provino del Departamento del Tesoro y otra mitad de la Reserva Federal.  Este préstamo fue un swap de tres meses a una tasa de 5.25 por ciento, que se renovó por otros tres meses en mayo y en agosto.

Sin embargo, en octubre el gobierno de los Estados Unidos no renovó el swap completo, sino exigió a México que pagáramos una parte.  De esta forma, se pagaron 700 millones de dólares el 11 de octubre y se otorgó una extensión de tres meses más a los 1.3 mmd restantes.  Ahora debemos pagar este monto el 29 de enero, o bien, conseguir una extensión adicional.

Este pago no debe resultar oneroso para México, ya que tenemos reservas suficientes para afrontarlo, además de que el FMI otorgó a México 1.7 mmd adicionales en diciembre pasado.  Dado el régimen cambiario existente, el pago no debe afectar el precio del dólar, ni crear presión alguna sobre los mercados financieros.  Sin embargo, esta deuda esta representando problemas a la comunidad financiera internacional.  ¿Por qué?

El problema radica en la relación existente entre el FMI, el gobierno de Estados Unidos y los países europeos.  Si México realiza el pago, lo haríamos con dinero de las reservas, que son casi en su totalidad pasivos con el FMI.  En otras palabras, México le pagaría a Estados Unidos con dinero del FMI, lo cual esta causando irritación entre los países europeos.

Para los europeos, los recursos del FMI son para resolver los problemas de todos los países miembros.  En este momento, México está muy por encima de su cuota permitida y no ven por qué el FMI debe pagar una deuda a los Estados Unidos.  El gobierno de Estados Unidos fue el autor del paquete y se lleva todo el crédito, pero utiliza al FMI para que le pague su participación.  Ellos reclaman que Estados Unidos renueve la línea de crédito y que México no utilice los recursos del FMI para pagarlo.

Para Estados Unidos, el problema radica en la percepción política de los votantes en un año de elecciones.  Desde un principio no fue bien recibida la ayuda que otorgó Clinton a México.  El prepago de los 700 millones de dólares fue exigido por su gobierno para disminuir las críticas en su contra.  Ahora que inicia la plena campaña para su reelección, Clinton no puede permitir las criticas por renovar el préstamo otra vez.  En cambio, si México paga la totalidad a fines de este mes, Clinton podrá afrontar a su oposición argumentando que el préstamo a México sí funcionó.

El FMI se encuentra justo en medio de esta discusión.  Tanto Estados Unidos como los europeos son miembros con pleno derecho en el consejo del FMI.  La discusión no tiene una solución fácil, ya que involucra puntos inclusive filosóficos del papel que debe desempeñar la propia institución.  Al final de cuentas, todo parece indicar que el gobierno norteamericano no renovará la línea de crédito y México pagará lo que debe al final del mes.

Es importante recalcar que el pago no debe perjudicar a nuestro país.  Si nos renuevan el préstamo, a la tasa actual de 5.25 por ciento, lo aceptaríamos con gusto.  Sin embargo, tenemos las reservas disponibles y no representaría una distorsión en el mercado cambiario la realización del pago.  El único problema que pudiera causar sería de expectativas.  Si existiera una percepción por parte del mercado de que la disminución en reservas implicaría una escasez de divisas, podríamos pensar en un aumento en la demanda de dólares que se reflejaría en un tipo de cambio más elevado.  Sin embargo, sería un efecto menor y pasajero.

Lo interesante de esta situación, es que ahora amortizar o no este año lo que debemos, ya no es problema de nosotros, sino más bien de la comunidad financiera internacional.  No obstante, pesará mucho sobre los casos futuros que se presentarán en otros países.


Comentarios, observaciones y críticas al Email: heath@infosel.net.mx


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