jueves, 20 de julio de 1995

La Primera Parte del Articulo de Aspe

 

Pulso Económico


La Primera Parte del Articulo de Aspe


Por: Jonathan Heath®


Hace dos semanas The Wall Street Journal publicó un artículo llamado “The Peso Surprise” (reproducido en Reforma en esta sección el jueves 6 de julio), dando un paso más en el debate sobre la política económica y las decisiones políticas tomadas durante 1994 que resultaron en la devaluación.  En ese artículo, que seguramente ustedes ya leyeron, se comenta cómo Zedillo y Salinas acordaron devaluar y Aspe no se los permitió.  El artículo, como recordarán, dice que era tanta la confianza que los expertos tenían en Aspe, que se dejaron engañar.  Los comentarios vertidos allí le dolieron tanto a Aspe, que a la semana rompió su silencio y escribió un artículo comentando su versión de los hechos (publicado en Reforma el viernes pasado).

En su artículo afirma que durante los últimos ocho meses, han surgido las críticas naturales sobre lo que hizo o dejó de hacer como Secretario de Hacienda, habiéndose concentrado las interrogantes y las críticas de la opinión pública en tomo a dos temas relativamente concretos: la política económica instrumentada a lo largo de 1994 y los últimos 10 días de su gestión, en particular la famosa reunión del 20 de noviembre de 1994. Sobre lo segundo, Aspe se extiende bastante y da una explicación interesante que ha contribuido al debate.  Sin embargo, sobre lo primero, su respuesta deja mucho que desear, ya que no contesta ninguna de las múltiples interrogantes que han surgido acerca del papel de la política económica en 1994.  Su respuesta se limita a decir que ha leído los documentos públicos y que coincide con los argumentos, explicaciones, cifras y resultados expuestos.

Existen claramente dos partes fundamentales en el debate.  La primera se concentra en las decisiones de política económica tomadas durante el año que a final de cuentas provocaron o dieron lugar a la devaluación.  La segunda se refiere directamente a las decisiones tomadas al final del año que provocaron que el monto de la devaluación fuera mucho más grande de lo que debería haber sido.  Lo ultimo tiene mucha miga los comentarios políticos: quien le dijo que a quien, etc.  Sin embargo, desde mi óptica es mucho más importante discutir abiertamente la primera parte, es decir las decisiones de política económica que dieron pie a una situación de devaluación.  Desafortunadamente, esta parte es la que omite Aspe en su artículo.

Ciertos puntos quedan muy claros.  A principios de 1994 no existía la necesidad de una devaluación.  Había una cantidad amplia de reservas, las exportaciones estaban creciendo a tasas superiores a la mayoría de los países del mundo, todavía existían cuantiosas entradas de capital y el déficit en cuenta corriente del año anterior había cerrado en un nivel inferior a la de 1992, es decir, la tendencia del déficit era a disminuir.  Por otro lado, Aspe había comentado en muchas ocasiones que si México mantenía una política macroeconómica consistente, nunca tendríamos que enfrentarnos a una situación como la del final de 1994. También había dicho que si las entradas de capital empezaran a disminuir, el déficit externo se ajustaría por si solo, ya que lo que lo había causado en un principio eran las entradas de capital.

No queda claro cómo es que habiendo disminuido en forma importante las entradas de capital durante el año pasado, no solamente no existió la disminución del déficit externo, sino que aumentó en forma acelerada.  Dado que se provocó una situación de devaluación al final del año, según la lógica de Aspe, debería de haber ocurrido inconsistencias en la política económica.  Yo no las encontré explícitamente en los Criterios de Política Económica ni en ninguno de los otros documentos.  Sin embargo, si encontramos que en unos documentos se dice claramente que la devaluación fue producto de una sobrevaluación y un déficit insostenible en la cuenta corriente.  En otros documentos se dice que no existe evidencia de una sobrevaluación y que muchos países han podido vivir con déficit elevados. ¿Con cuál estará de acuerdo el ex-secretario?

También quedan muchas dudas en torno a la autonomía del Banco Central durante el año pasado. Se dice que Hacienda giró órdenes al Banco de México de no permitir que las tasas de interés se elevaran demasiado para no provocar una mayor crisis en el sector bancario. No obstante, esta política era inconsistente con el mantenimiento de la política cambiaria. También se oyen rumores de que Hacienda giró órdenes para que el Banco de México le adelantara al FIRA y a otros fideicomisos, el monto total de recursos que recibirían en el año, antes del primero de abril, fecha en que entraba en vigor la autonomía del Banco Central.  He oído que esta decisión se tomó antes del 23 de marzo, y que por lo tanto, no tenía que ver con los eventos delictivos.

En varios artículos publicados por funcionarios públicos años atrás, se dice que lo primero que se tiene que hacer cuando se enfrenta una situación de salidas de capital, es aplicar una política restrictiva que le reste liquidez a la economía.  Sin embargo, sabemos que se hizo exactamente lo contrario.  Quizá los argumentos expuestos en los documentos públicos tienen algo de razón, sin embargo, existe un debate muy fuerte en torno a este punto, especialmente fuera de México. ¿Cuál es la posición de Aspe?

Al final de cuentas, sabemos que el pasado fue año de elecciones y que muchas de las decisiones de política económica tuvieron que tomar esto en cuenta.  En 1993 vivimos un periodo de estancamiento económico que había que superar antes de que los electores fueran a votar.  Se repitió el patrón de todos los últimos sexenios.  ¿Cuál es la respuesta de Aspe?

Al final de cuentas, la política cambiaria se tenía que modificar hacia fines del año, ya sea en forma abrupta, a través de una modificación en el desliz, por medio de una flotación o de alguna otra forma.  Las decisiones tomadas en noviembre y diciembre seguramente hicieron que la crisis fuera mucho más grande de lo que era necesario.  Pero si las decisiones de política económica tomadas a través del año hubieran sido consistentes, la discusión del 20 de noviembre ni siquiera hubiera ocurrido.  Existen muchas incógnitas y faltan respuestas.  Creo que es muy saludable debatir estos puntos abiertamente. Ojalá que Aspe escriba otro artículo para aclarar esta primera parte a la que hace referencia.


Sugerencias y comentarios al email: heath@infosel.net.mx


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