martes, 8 de diciembre de 1998

El Ajuste que la Realidad Impone

 

Pulso Económico


El Ajuste que la Realidad Impone


Por: Jonathan Heath


El nuevo precio esperado para el petróleo en 1999 hace necesario un ajuste al presupuesto para el año entrante.  Dado que la iniciativa está en manos del Congreso, ahora los diputados tendrán que asumir parte de la responsabilidad de decretar la austeridad.

En diciembre de 1994 se estableció un récord en términos del tiempo transcurrido antes de que el documento de Criterios Generales fuera obsoleto.  El entonces Secretario de Hacienda, Jaime Serra, envió al Congreso el 9 de diciembre un documentito de 11 páginas en el que se detallaba lo que pensaba hacer el nuevo gobierno ante los problemas económicos del país (básicamente nada).  Doce días después el gobierno anunció una modificación drástica a la política cambiaria sin ningún respaldo de un plan o programa de ajuste.  Los resultados fueron trágicamente históricos.

Cuatro años después, el gobierno ha roto este récord con una nueva marca de menos días antes de que el marco macroeconómico se hiciera obsoleto.  El viernes 13 de noviembre se entregaron a la Cámara de Diputados los Criterios Generales para 1999 con un precio promedio de 11 dólares por barril de petróleo.  A la semana siguiente, el precio internacional se desplomó a niveles de 8 dólares por barril de la mezcla mexicana, ante la especulación de que no habría un acuerdo funcional entre los países miembros de la OPEP.  Dicho y hecho, la reunión celebrada 25 y 26 de noviembre pasados en Viena fracasó y hoy no se ve ninguna recuperación pronta en el precio.

Dado que el proceso de aprobación del presupuesto está todavía sin concluir, le correspondería al Congreso modificar la iniciativa de Ley de Ingresos y el proyecto de Presupuesto de Egresos, que se discute en la Cámara de Diputados.  Esto les da a los partidos políticos la oportunidad de determinar cómo se ajustarían las cifras actuales.  En vez de criticar al gobierno por incrementar los impuestos o por disminuir el gasto en ciertos rubros, podrán tomar ellos las decisiones.

Por un lado, esto representa una oportunidad interesante para los partidos de oposición.  Si se hubiera aprobado el presupuesto tal y como se entregó a la Cámara, el gobierno federal hubiera tenido que decidir cómo instrumentar los ajustes necesarios.  Sin embargo, ahora podrán tomar las decisiones con o sin la consulta y el consentimiento del Ejecutivo.

Por el otro lado, al tomar las decisiones no sólo ejercen el derecho de decidir cuáles y cuántos rubros se ajustan, sino que tendrán que asumir la responsabilidad de un presupuesto todavía más austero que el que presentó originalmente el Gobierno Federal.  Será interesante observar si los partidos de oposición tienen la madurez suficiente como para asumir la responsabilidad de decisiones tan difíciles y comprometedoras o si la evaden y le piden al Ejecutivo que haga los ajustes necesarios para después simplemente aprobar o no un presupuesto modificado.  Pero seguramente el Ejecutivo también buscará dar al Congreso la responsabilidad para deshacerse del estigma de ser el autor de una marcada austeridad.

Por lo pronto, podemos anticipar que ha aumentado la probabilidad de que se acepten las partes controversiales del presupuesto.  La discusión sobre el nuevo impuesto a los servicios telefónicos y el aumento en el ISR a las personas físicas empieza a perder importancia.  Ahora la discusión se tendrá que enfocar a los nuevos rubros que se tendrán que afectar para que los números cuadren a un marco con ingresos provenientes de 9 dólares por barril en vez de los 11 originales.

En esta discusión será importante entender que la austeridad que viene es resultado de un shock externo.  Dado que los precios del petróleo están disminuyendo y los mercados financieros internacionales se están secando, las perspectivas de crecimiento para el año entrante no son muy halagadoras.  Por lo mismo, el gobierno ha tenido que tomar decisiones muy difíciles y nada populares para ajustar el presupuesto a esta realidad.

Sin embargo, mucha gente piensa que el orden de los eventos es justamente al revés, es decir, como el gobierno está presentando un presupuesto muy austero, las posibilidades de crecimiento para 1999 no son muy buenas.  Esto simplemente no es cierto.

Podríamos alegar que el gobierno tiene que afrontar cierta responsabilidad por no haber realizado cambios estructurales de fondo en el pasado para reducir nuestra dependencia fiscal de los recursos petroleros.  Sin embargo, de haberlo hecho, el gobierno hubiera sido muy criticado por querer realizar cambios que en su momento nadie consideraba necesarios.  Es muy fácil criticar después de los hechos, ya que queda claro cuál debería haber sido el rumbo que se debía haber tomado.  Ningún partido político, de oposición u oficial, estaban proponiendo incrementar impuestos o buscar otras alternativas de ingresos cuando los precios del petróleo eran elevados.  Por lo mismo, la responsabilidad de nuestra sobredependencia es de todos.

Por último, cabe comentar que el gobierno todavía puede hacer más para acomodar el golpe de un presupuesto parco.  En una entrevista con los subsecretarios de Hacienda, publicado en Reforma el miércoles de la semana pasada, Santiago Levy le dio la mayor importancia al fondo de los ajustes y menospreció las formas.  Dijo que el gobierno no tenía por qué gastar en ajustes simbólicos que no contribuían a los ahorros importantes.  Sin embargo, estos señores son políticos y tienen que entender que la política es un juego de percepciones.  Por ejemplo, aunque el sacrificio de los aguinaldos de los funcionarios públicos puede pintar muy poco y no resolver ni siquiera una parte pequeña del problema, el público necesita sentir que el gobierno está compartiendo el sacrificio de un presupuesto austero con los más afectados.

El gobierno tiene que entender el enojo del pueblo.  Estamos hasta el cuello con la crisis, los ajustes y más sacrificios.  El público tiene que entender el dilema del gobierno.  No se trata de ajustar por gusto, sino porque la realidad lo impone.


Comentarios, observaciones y críticas constructivas al Email: heath@infosel.net.mx


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