jueves, 7 de mayo de 1998

La Política Industrial

 

Pulso Económico


La Política Industrial

Por Jonathan Heath


Las exportaciones mexicanas contienen una proporción muy elevada de insumos importados, dificultando la generación neta de divisas por parte de la balanza comercial.  Necesitamos producir internamente un mayor número de estos insumos para reducir nuestra dependencia del ahorro externo.

Uno de los problemas endémicos de nuestra economía ha sido la dificultad para producir nuestras propias divisas.  Este problema no es exclusivo de las últimas décadas, sino más bien ha estado presente desde que nacimos como República el siglo pasado.  La falta de divisas va aparejada con la escasez de capital que siempre hemos tenido.  Por lo mismo, para crecer hemos tenido que recurrir constantemente al exterior para conseguir financiamiento complementario a la oferta interna.

En tiempos pasados hemos tratado de reducir esta dependencia a través de una política de sustitución de importaciones, con la cual buscábamos producir localmente los bienes que anteriormente importábamos.  Para esto fuimos creando barreras comerciales para proteger del exterior a nuestra industria.  Si una empresa mexicana decidía fabricar algún producto importado, automáticamente se cerraba la puerta al exterior, forzando a la industria a comprar el producto nacional.  Sin embargo, esta protección fomentaba la ineficiencia, la mala calidad y prácticas monopólicas que resultaban en precios muy elevados.

El mismo proceso aseguraba una tasa de retorno muy elevada para las inversiones en el mercado nacional, especialmente si se comparaba con el retorno sobre las exportaciones.  El resultado fue una disminución sistemática de las exportaciones (no petroleras) a través del tiempo, lo que resultaba en una disminución de divisas.

La actitud nacionalista que teníamos nos hizo establecer una ley para regular la inversión extranjera, que a su vez reducía más las fuentes potenciales de divisas.  Al mismo tiempo, la poca inversión extranjera directa que entraba al país iba dirigida a construir fabricas para aprovechar el mercado interno.  Por lo mismo, representaba una entrada de divisas de una sola vez que no aumentaba la generación interna de divisas para los pagos futuros.

Al final de cuentas, tuvimos que recurrir sistemáticamente al endeudamiento externo.  Sin embargo, éste también tuvo sus límites y después de cierto tiempo llegamos al ciclo conocido de crisis recurrentes.  Las reformas estructurales que iniciaron a partir de la década pasada, no tuvieron otro propósito más importante que crear la habilidad de generar nuestras propias divisas.

La apertura comercial ha permitido a la industria nacional incrementar su productividad, creando productos más competitivos a nivel global.  Como resultado, hemos incrementado en forma exponencial nuestras exportaciones.  Por fin estamos logrando una base firme para generar nuestras propias divisas y en un futuro no muy lejano reducir nuestra dependencia del ahorro externo.

El problema que queda ahora por resolver es que nuestras exportaciones todavía tienen un elevado componente de insumos importados, por lo que no hemos logrado incrementar la generación neta de divisas.  Según datos del Banco de México, las importaciones de bienes asociados a la exportación como porcentaje de las exportaciones no petroleras, ha ido en aumento en forma sistemática desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio.  Este porcentaje era de 57.3 por ciento en 1995, 58.9 por ciento en 1996 y 59.9 por ciento en 1997.

Esto significa que no hemos logrado restablecer las cadenas productivas hacia el interior del país y que las empresas exportadoras no están encontrando hacia el interior la calidad suficiente ni el precio competitivo como para comprar internamente estos bienes.

Se ha hecho un esfuerzo importante para incrementar la calidad de los productos exportados.  Esto se puede apreciar no solamente a través del incremento en las exportaciones, sino en el número de empresas que están obteniendo certificaciones de calidad.

Ahora nos falta el último paso.  Tenemos que incrementar la calidad y competitividad de los bienes producidos para el consumo interno.  Los industriales mexicanos tienen que producir una proporción cada vez mayor de los insumos de los bienes exportados.  Ahora necesitamos una política de sustitución de importaciones, pero ya no dentro del contexto de una economía cerrada, sino más bien abierta.  Esto significará que con el paso del tiempo nuestros productos tendrán que ser más baratos y de mejor calidad.


Comentarios, observaciones y críticas constructivas al Email: heath@infosel.net.mx


No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Marcha de la Economía

  Pulso Económico La Marcha de la Economía Por: Jonathan Heath ® Las autoridades monetarias han manifestado su preocupación por los efectos ...